Por: Olef, hijo de Oleg
Habitual de las zonas montañosas, la garra azul es una planta herbácea perenne de hoja oscura y flores azules. Crece en vertical, como si fueran dedos que salen de la tierra, razón del nombre que le dan los dwandir, la garra azul, y por la que la conocen casi todas las razas de Pangea. Las flores tienen una extraña forma ya que uno de los pétalos se curva sobre la flor formando una especie de casco que ha llevado a algunos supersticiosos a creer que se trata de diminutos seres con forma de flor.
Dicen las leyendas que existen garras blancas, amarillas, rosas y púrpuras, pero se hayan en los terrenos al norte, cerca de las tierras del Wukran y pocos son los que se vanaglorian de haberlas visto. La variedad azul es la más común y está presente en buena parte de las laderas montañosas del sur de Pangea.
Los chamanes utilizan el veneno de la planta azul para matar animales que deben sacrificarse y cuya carne no puede comerse, aunque la piel y los tendones sí pueden aprovecharse. Colocan una pizca de esta sustancia (que se cuidan mucho de coger con las manos) en la lengua del animal y este muere a los pocos puños. Se sabe que algunas tribus ogras han utilizado este veneno en animales de otras tribus, no en mucha cantidad, y que han provocado dolencias varias al comer la carne de los animales fallecidos.
Se puede utilizar el veneno para matar a un ser inteligente, pero la muerte, por lo que se sabe, es atroz. La víctima siente que su cabeza, y luego las extremidades, se expanden, como si crecieran mientras el dolor cubre todo su cuerpo. Luego se paraliza, pero sigue consciente de todo lo que le pasa, hasta que al final muere asfixiado al dejar de respirar sin perder en ningún momento la conciencia. Sólo se decreta la muerte por garra azul en los crímenes realmente graves, a enemigos enconados o a personas que han puesto en peligro el grakin a conciencia. Se dice que usarlo es abrir la puerta al Wukran.
El veneno de la garra azul es muy doloroso y es casi imposible curarlo. De hecho, no existe antídoto y la curandería no servirá de nada en este caso. La víctima debe hacer una tirada de resistencia cada puño desde que ingirió el veneno o cada día si el contacto fue por la piel. Si la supera, recibirá daño 0 y si no la supera, daño II. La única forma de sobrevivir a este envenenamiento es superar tres tiradas de Resistencia seguidas y no morir por los puntos de vida perdidos. Si se superan las tres tiradas seguidas, el personaje no tendrá que hacer más y será inmune, a partir de entonces, a la garra azul. Eso sí, estará un paso más cerca del Wukran.