Hace unas semanas, Dmitri Rogozin, viceprimer ministro apoyó públicamente la adopción de una nueva arma en el ejército soviético. Hablaba de la pistolaStrizh que está dando mucho que hablar en la prensa especializada desde entonces. Sin embargo, los responsables de la lucha contra el crimen organizado de la ciudad Cunia han mostrado su preocupación por una inevitable consecuencia de ese anuncio: muchas GSh-18, no muy querida entre la oficialidad del ejército ruso, van a estar disponibles y a buen precio.

La pistola GSh-18 debe su nombre a las dos personas que la diseñaron: Gryazev y Shipunov (en realidad responsables de desarrollo porque en la KBP había más personas) y el 18 se debe al número de cartuchos que entran en su cargador. Ambos diseñadores son también responsables de otras armas y es posible que sus nombres te suenen de las revistas técnicas sobre el tema.

La GSh-18 es un arma operada por retroceso, con bloqueo de cierre en la culata. Tiene un seguro en el gatillo y otro adicional en el percutor, a semejanza de la Glock. Sin embargo, a diferencia de esta, sólo tiene 17 piezas (frente a las 34 de la Glock 17), lo que hace de ella una arma más sencilla de mantener y más fiable. A pesar de los dicho, la verdadera potencia de este arma es la munición especial que la KBP desarrolló para ella. Como arma militar, necesitaban que tuviera una gran penetración contra blindajes e hicieron un proyectil más pequeño, ligero (y por tanto veloz) con núcleo de acero endurecido. Es una munición contra chalecos anti bala.

Nota: da un +5 al daño contra chalecos, pero un -5 a la capacidad de parada.

La policía no cree que esta munición tan especial llegue a las calles de la ciudad, pero este arma puede disparar otras municiones de 9 mm más disponibles (de hecho, puede disparar la munición OTAN de 9 mm).

Este arma con munición normal puede alcanzar un precio de unos 750 euros, pero superar los 1000 euros con la munición especial. Sin embargo, si la oferta aumenta en los próximos meses, estos precios, sin duda, bajarán. En la fábrica de KBP, con los permisos pertinentes, es posible comprar un cargamento de estas armas por unos 500 euros la unidad.

Pesa 600 gramos, tiene una longitud de 184 mm, cargador de 18 proyectiles extraíble y miras en la parte delantera y posterior del arma (aunque esto nunca ha sido muy importante en una pistola). Los usuarios dicen que es un arma cómoda, muy ergonómica, pero como muchas armas rusas, con gran retroceso. Las pruebas realizadas por la policía federal dicen que la GSh-18 es capaz de atravesar 8 mm de acero o 6 milímetros de titanio a 10 metros.