Si en Pangea existieran biólogos nos indicaría, sin duda, que este brontoanélido no está emparentado con las serpientes; sin embargo, dada la longitud que puede llegar a alcanzar (3 metros) muchos habitantes de Pangea creen que es una serpiente acuática (por su piel húmeda) y porque siempre aparece en terrenos húmedos cercanos a cursos de agua, incluyendo el mar. En realidad, se trata de un gusano que pasa la mayor parte del tiempo enterrado en la arena en las orillas de los ríos o en la playa. Suele salir de noche a cazar a otros gusanos, insectos y pequeños crustáceos.
Los kotai aseguran que existen serpientes desdentadas del tamaño de una persona que pueden introducirse en sus cavernas y devorar a una tribu entera que se refugie en su interior. Esta parece una exageración destinada a asustar a los pequeños kotai y enseñarles a observar antes de entrar en una cueva desconocida. Las únicas referencias de ataque a animales o seres de gran tamaño es cuando estos introducen una mano, el hocico o una pierna (sin darse cuenta) en un agujero ocupado por la serpiente desdentada. Está no distinguirá, se aferrará a lo que se haya metido en la boca e intentará tragarlo. La extremidad atrapada sufrirá un punto de daño por asalto debido a la presión del cuerpo y a la potencia de los jugos digestivos. Librarse del mordisco no es fácil ya que es un bicho tenaz.
La piel de las serpientes desdentadas tienen 4 puntos de defensa. Independientemente del golpe realizado y los puntos que superen su armadura, sólo recibirá 5 puntos de daño por asalto. El resto, si lo hubiera, se trasmitirán al miembro atrapado dentro del brontoanélido. Se han dado casos de animales de gran tamaño, como osos, que al librarse del gusano se han causado tantas heridas en su propio miembro (al morder o arañar) que luego han muerto desangrados. La serpiente desdentada tiene 25 puntos de vida.