Autor: Michel du Avernie
Biografía
Gino Bartali fue un ciclista italiano nacido en la Toscana en 1914. Su familia era humilde y se dedicaba a trabajar en el campo; Su padre le encontró un trabajo en un taller de reparación de bicicletas y gracias a este trabajo comenzó su carrera como ciclista, ya que el dueño de la tienda, contento por su trabajo, le regaló una y le animó a que se entrenase.
En 1938 Bartali redobla el reto y renuncia al Giro para correr el Tour de Francia, la enigmática ronda gala. Sólo un italiano la había ganado hasta entonces, Ottavio Bottecchia. Correr en casa era algo familiar, un ejercicio de gran dureza doméstica al sol de la propia patria. Correr fuera era algo más cercano al excursionismo y la aventura, una misión más hostil en la que tantos uomini habían fracaso anteriormente. Pero Gino Bartali fue y volvió vestido de amarillo. Se impuso con creces sacándole más de quince minutos al segundo y al tercero, completando un Tour fantástico que ganó, sobre todo, tras una gran cabalgada en solitario en la decimocuarta etapa entre Digne y Briançon. Todo el país se había enamorado de su ciclismo inmaculado, fiable, de una forma de correr armónica y graciosa.
Su carrera deportiva se vio interrumpida por la Segunda Guerra Mundial, pero en 1948 se tomaría la revancha, consiguiendo su segundo Tour de una forma espectacular, con siete victorias de etapa. Con estas dos victorias, se convierte en el único ciclista hasta la fecha, vencedor de dos Tours en un intervalo de 10 años. Circunstancia que también logro en el giro con sus victorias en 1936 y 1946
Bartali fue un excepcional escalador, vencedor del gran premio de la montaña del Giro de Italia en siete ocasiones y del Tour de Francia en dos. Fue pionero en utilizar el cambio de marchas Campagnolo. Anteriormente, las bicicletas incorporaban dos piñones y el cambio entre ellos significaba tener que parar y realizar el cambio, quitando la rueda trasera y volviéndola a poner dándole la vuelta, de forma manual. Con este nuevo sistema, el ciclista podía realizar el cambio de piñón sin necesidad de bajarse de la bicicleta. Esta operación se convirtió rápidamente en una señal de que Bartali estaba dispuesto a lanzar un ataque. [En la imagen se puede ver a Bartali accionando las varillas de su cambio]
Palmarés
En su palmarés cuenta con dos Tour de Francia (1938, 1948), tres Giro de Italia (1936, 1937 y 1946), dos Vueltas a Suiza (1946 y 1947), doce etapas del Tour de Francia, diecisiete etapas del Giro de Italia, seis etapas de la Vuelta a Suiza, cuatro Campeonatos de Italia (1935, 1937, 1940 y 1952), una Vuelta a los Países Bajos (1935), un Giro a la Romandía (1949), cuatro Milán-San Remo (1939, 1949, 1947 y 1950), tres Vueltas a la Lombardía (1936, 1939 y 1940) y cinco Vueltas a la Toscana (1939, 1940, 1948, 1950 y 1953).
Su gran rival: Fausto Coppi
Bartali en la Segunda Guerra Mundial
Bartalli vivió en unos tiempos en los que Europa era un hervidero, una época en la que a los heroes populares se les pagaba su peso en oro para que se afiliaran a una u otra causa, Mussolini hizo los propio con Bartali, y él se dejó querer por los fascistas.
Bartali era el ciclista preferido del Duce, era uno de los abanderados del régimen y esta fue la fama que le acompañó hasta su muerte en el año 2000.
Sin embargo, sus acciones han revocado esta etiqueta que siempre lo persiguió y que él nunca se molestó en desmentir. Quizá fuera su fe católica que le impregnaba de cabeza a pies, o quizá la búsqueda de una buena acción en el momento más perverso, crudo y salvaje de toda la historia de la humanidad. El caso es que Bartali formó parte de un plan. Un plan perfecto que se acabó descubriendo 60 años después de ser ejecutado.
Un judío de la Toscana, llamado Giorgio Nissim, organizó una red de pasaportes falsos para que los judíos amenazados de exterminio pudieran huir del país. La organización contaba con la complicidad de la Iglesia Católica, que en los sótanos de sus parroquias, abadías y conventos instaló maquinarias de imprenta para materializar los pasaportes que salvarían la vida a los judíos.
Había un problema: hacían falta fotografías y datos básicos para rellenar los documentos de forma creíble. Y ahí fue donde entró en escena Bartali.
Escondidos en los tubos de su bicicleta, el ciclista llevaba datos y fotografías que acabaron salvando la vida a más de 800 judíos italianos. Ataviado con ropa deportiva, con su nombre bien grande para que se pudiese leer desde lejos, recorría Italia aparentemente entrenando, con la imagen del mito que refugiado en su soledad esperaba tiempos mejores para volver al Olimpo de los títulos. «Sigo trabajando para las carreras que vengan después», decía cuando una patrulla militar le daba el alto, entonces, los guardias militares le dejaban continuar, ufanos de haberse encontrado uno de los héroes nacionales, que tantas tardes de gloria les había dado escalando montañas imposibles, y no pensaban en registrarlo ni hacer una inspección minuciosa de su bicicleta. En ocasiones el ciclista variaba las rutas alegando que debía entrenar sobre distintos terrenos para adaptar su cuerpo a cualquiera de las condiciones que se le pudieran presentar, pero lo cierto es que ejercía de guía para algunos judíos que no podían acceder a los pasaportes mostrándoles el camino más fácil y seguro para huir del país. Y así fue como Bartali fue por toda Italia salvando vidas sobre dos ruedas, burlando las autoridades y aprovechándose de su condición de estrella nacional.
Fuentes
http://es.wikipedia.org/wiki/Gino_Bartali