Pangea – Hormigas mordedoras

Autor: Sergio Jurado

Mordedora

¿Todos sabemos lo que son las hormigas, verdad? Las mordedoras son una variante especialmente grande de hormigas, de casi medio dedo de longitud y armadas con unas poderosas mandíbulas. Sin embargo, a pesar de su fiero aspecto no son muy agresivas, a menos, claro, que se las provoque invadiendo su nido…

Aunque las tribus de las llanuras las conocen por su nombre de «mordedoras», los turgan las llaman «pequeñas hermanas». Las mordedoras se agrupan en pequeñas colonias de un centenar de individuos, construidos en agujeros oscuros. Se pueden encontrar colonias de mordedoras en lugares de clima seco, casi árido, y siempre alejadas de la costa. Son especialmente frecuentes en las estribaciones rocosas del desierto del Escorpión.

Aunque casi todas las mordedoras de una colonia serán obreras vegetarianas (se alimentan de hongos que ellas mismas «cultivan» en galerías subterráneas), más o menos una cuarta parte de la colonia serán soldados (a menos que se encuentren «en guerra» con otra colonia, en cuyo caso la Reina comenzará a alumbrar más soldados).

Al contrario que las obreras, las soldado son carnívoras pero, debido a su escaso número, no suelen constituir peligro alguno para animales mayores que una musaraña. Generalmente se alimentan exclusivamente de otros insectos a los que dan caza en grupo, como mantis y grandes saltamontes. Una partida de caza de mordedoras soldados sale a buscar alimento todos los días, desperdigándose en distintas direcciones para peinar mejor el terreno y regresando a casa con sus presas.

Pero si por algo son importantes las mordedoras para los pueblos de Pangea, especialmente para los turgan, es porque se emplean para que una herida en la piel permanezca cerrada y pueda cicatrizar.

La técnica consiste en atrapar una o más hormigas mordedoras y acercarlas a la herida abierta, intentando que sus poderosos mandíbulas se claven a ambos lados de la misma. Cuando lo hacen, se les aplasta el cuerpo dejando la cabeza en su sitio, convertida en un punto de sujeción que evita que la herida se abra o se infecte. Además, y aunque esto no lo pueden saber los curanderos de Pangea, la propia hormiga es fuente de sustancias antisépticas naturales que evitan que la herida se infecte (probablemente tenga algo que ver con los hongos que cultivan las obreras).

Por supuesto, para que el tratamiento sirva de algo las cabezas de las hormigas deben ser sustituidas diariamente, ya que las cabezas tarde o temprano se sueltan.

Los curanderos turganos son maestros en esta técnica aunque pueden estar dispuestos a enseñársela a miembros de otras razas a cambio de un regalo, un servicio o un conocimiento equivalente.

Reglas

Primero hay que encontrar y agarrar a la hormiga sin que ésta nos muerda y sin aplastarla, lo que conlleva tener éxito en una tirada de COOrdinación. Su uso en el tratamiento de una herida abierta proporciona un bonificador -4 a las tiradas de Curandería.

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