Número: 226.     4ª época.     Año XXI     ISSN: 1989-6289

226 > Ambientación > General > Segunda Guerra Musical: Estados Unidos I (CdG). Por: Jacobo Peña Conversa

 

Segunda Guerra Musical: Estados Unidos

A pesar de su entrada tardía en la Segunda Guerra Mundial, los Estados Unidos fueron una pieza de gran peso en la victoria aliada y nuestra cultura está especialmente impregnada de su participación en la guerra a través de películas, libros, cómics… Igualmente, la música estadounidense es mucho más conocida para nosotros y la relacionamos con más facilidad con este periodo histórico. En consecuencia, es mucho más el material que necesitaremos mostrar en este artículo, motivo por el que lo vamos a dividir en dos partes.

Clásica

Muchos son los factores que influyeron en el desarrollo y distribución de la música clásica a partir de los años 30. El jazz, el folk y la música popular lograron abrirse paso para influir en composiciones de música culta y los autores y directores americanos procuraron hacer una buena difusión de artistas modernos. En respuesta a que las tasas de desempleo entre los músicos estadounidenses rondaban el 70 por ciento en 1935, la Works Progress Administration lanzó un programa dirigido por el director Nikolai Sokoloff para dar trabajo a unos diez mil músicos.

Como ocurría en el resto del mundo, la música clásica de principios del siglo XX en Estados Unidos estaría influenciada por el modernismo, una corriente estética que abarcó, en su sentido más amplio, desde 1890 hasta 1930. El modernismo se caracterizó por la reinterpretación de las antiguas categorías musicales y la innovación en armonías, melodías, sonidos, ritmos y temas. Algunos de los autores que centrarían en la experimentación durante la primera mitad del siglo XX serían Charles Ives, George Antheil o Henry Cowell.

Ives se zambulló en la experimentación y el progresivo uso de la disonancia, lo que le procuró ser apenas escuchado en vida. Un personaje aficionado a su música será un experto que goza de los autores más oscuros de los años treinta y cuarenta.

Sinfonía nº4 de Charles Ives - escuchar Ver

George Anthell, además de por su música, es reconocido por co-inventar junto a Hedy Lamarr la primera versión del espectro ensanchado. Aunque gozó de fama durante su carrera profesional en Francia, acabó fracasando allí y volviendo a los Estados Unidos, donde debió compatibilizar su carrera musical con la de periodista y corresponsal en la Segunda Guerra Mundial.

Sinfonía nº 4 de George Antheill - escuchar Ver

En cuanto a Cowell, su corriente de experimentación, excesiva para la crítica, estaba influenciada por su afición a la música oriental (que luego influiría en su discípulo John Cage). En cuanto a su carrera musical, destacaría como concertista de piano en Estados Unidos y Europa, así como investigador becado y conferenciante.

La música de piano de Henry Cowell - escuchar Ver

No fue Cowell el único en sentirse inspirado por las músicas de otras tradiciones. A principios del siglo XX, el popular neoyorquino George Gershwin estuvo fuertemente influenciado por la música afroamericana, mezclada con el jazz y la música clásica. Obras como «Rhapsody in Blue», «An american in Paris» o «I got Rhythm» deberían ser familiares a los oídos de los personajes estadounidenses, así como la imagen de Fred Astaire y Ginger Rogers bailando al ritmo de su música.

«Rhapsody in Blue» y «An american in Paris» - escuchar Ver

Otros autores bien conocidos como Leonard Bernstein, Leroy Anderson o William Grant Still incluirían músicas no tonales y jazz con sus composiciones clásicas. Merece la pena destacar aquí la importantísima figura de Leonard Bernstein, uno de los principales directores de orquesta y compositores de música para cine de la historia, conocido por sus obras para Broadway, como «West Side Story». Sin embargo, durante la II Guerra Mundial los personajes le conocerían solo por ser un emergente director de orquesta que llegó a coger la batuta de la Orquesta Filarmónica de Nueva York en 1943 y dirigir su Jeremiah al año siguiente con la orquesta sinfónica de Pittsburgh.

Sinfonía nº1 «Jeremiah» - escuchar Ver

Los músicos afroamericanos lucharon en esta época contra el racismo institucionalizados, rompieron los muros de la segregación en los salones de conciertos. Aquí destacaron las compositoras afroamericanas como Ruth Crawford, Johanna Beyer, Marion Bauer y Florence Price.

Price fue la primera mujer afroamericana en ser reconocida como compositora sinfónica. Florence también hizo uso de la música de los espirituales afromericanos para incluirla en obras de tradición clásica. Price ya habría recibido el aplauso de la crítica durante la II Guerra Mundial y sobre todo los personajes afroamericanos es fácil que hubieran escuchado algunas de sus composiciones.

My soul's been anchored in the Lord. - escuchar Ver

George Nelidoff (circa 1940). «Composer Florence Price». Dominio Público.

George Nelidoff (circa 1940). «Composer Florence Price». Dominio Público.

Por motivos similares destacamos a William Grant Still, el primer afroamericano que dirigió una orquesta estadounidenses de primer nivel, en concreto la Filarmónica de Los Ángeles en 1936, y el primero en conseguir que una sinfonía propia fuera interpretada por una gran orquesta. Creador heterogéneo, escribió sinfonías, óperas, piezas para piano, de cámara, ballet y música para cine.

Afro - American Symphony - escuchar Ver

Si hay algo tradicional de los Estados Unidos es la integración de autores inmigrantes en su repertorio. En esta época, la llegada de músicos migrantes hizo que universidades y conservatorios americanos, como el Instituto de Artes Musicales en Juilliard y la Universidad de California en Los Angeles se beneficiaran del influjo y talento de los artistas extranjeros. Los músicos llegaban por diversos motivos a América, siendo el auge del fascismo en Europa uno de los principales, como en los casos del compositor austriaco Arnold Schoenberg o el director polaco Otto Klemperer.

Cuarteto número cuarto de Arnold Schoenberg - escuchar Ver

Sinfonía nº 9 de Bruckner, dirigida por Otto Klemperer - escuchar Ver

Caso distinto a estos fue el del ruso Igor Stravinsky, quien llegó a los USA en 1939, después de haber vivido en otros países y con la fama ya bien asentada. Este llegó a ser uno de los músicos más influyentes del siglo XX. Aunque su obra es extensa y abarca varios estilos, es conocido sobre todo por los ballets de su periodo ruso, considerados una renovación del género. Nacionalizado estadounidense en 1945 en esta época ya era considerado un importante pianista y director de orquesta, por lo que sus obras rusas podrían resultar muy reconocibles para los personajes.

Firebird Suite - escuchar Ver

Sin embargo, en este artículo debemos mencionar su obra más estadounidense, la posterior a 1939, ya inmerso en su periodo neoclásico.

Sinfonía en Do de Igor Stravinsky - escuchar Ver

Militar

Al contrario que las canciones de la Primera Guerra Mundial, muchas de las de la Segunda se enfocaron más en el romance y la fuerza que en la propaganda, la moral o el patriotismo. El público solía rechazar las más bélicas de las tonadas, algo que también se reflejaba dentro del propio ejército, con la opinión de los soldados sobre el tema.

Intentando imponer su criterio, el ejército publicó un Libro de Canciones del Ejército con 67 temas patrióticos, folclóricos o de tarea que se esperaba los soldados aprendieran.

Forward March - escuchar Ver

Algunas de estas canciones fueron interpretadas por cantantes de la talla de Sinatra para popularizarlas, como esta versión de Sinatra publicada al final de la guerra.

América, the beautiful - escuchar Ver

El Cuerpo de Intendencia incluyó panfletos con canciones religiosas junto a las raciones de campaña, y el ejército organizó eventos musicales, además de designar en cada pelotón un cuarteto musical, un instrumentalista de campamento, un acordeonista y un líder de canciones.

Pero, como decíamos, este esfuerzo encontró resistencia. El ejército podía decirles qué hacer pero no tanto qué cantar y cuándo. Los soldados tendieron a seguir sus propias reglas en la elección de canciones y a la hora de acudir a los eventos oficiales. Así, sobre la base de temas de música popular, himnos patrióticos o canciones folclóricas inventaron sus propias estrofas. A menudo eran paródicas, obscenas, sarcásticas, racistas o vengativas, pero siempre honestas hasta lo brusco. Muchas de estas canciones directamente ridiculizaban a los poderes del Eje.

We'll Knock the Japs Right into the Laps of the Nazis - escuchar Ver

El cantante Spike Jones popularizó varios de estos temas, en particular Der Fuehrer's Face, que a su vez inspiró un capítulo animado del Pato Donald.

Der Fuehrer's Face - escuchar Ver

Por supuesto, no podíamos cerrar este apartado sin una mención a las marchas militares utilizadas en los desfiles.

Stars and Stripes - escuchar Ver

National Emblem March - escuchar Ver

Grid Iron Club March - escuchar Ver