Número: 36. 4ª época. Año XXI ISSN: 1989-6289
Los greiter han sido descritos habitualmente como "cosita peluda llena de dientes que nunca se está quieta". Sin embargo, los viajeros espaciales que los han sufrido los describen en términos mucho menos cariñosos. Se trata de una especie de pequeños mamíferos nativos del planeta Necrópolis (sistema Índalis), situado en el sector Extrema. Básicamente son una bola de pelo del tamaño de un puño, con un gran ojo de color amarillento y una boca llena de afilados dientecillos. Son omnívoros, y su prodigioso sistema digestivo les permite comer prácticamente lo que sea, incluso el metal o el plástico si es que no encuentran otra cosa.
Aunque a primera vista no lo parezca, tienen dos patas dotadas de pequeñas uñas que emplean para mantenerse erguidos en las escasas ocasiones en que se detienen, pero que habitualmente se encuentran retraídas dentro del cuerpo, ya que los greiter se desplazan rodando sobre sí mismos a una velocidad, que parece imposible de alcanzar teniendo en cuenta su aparente carencia de extremidades, y que de hecho, resulta que lo es: un reciente estudio realizado por la doctora Laia Trill, una joven tyrana licenciada en cosmozoología por la Universidad de Vettera, ha demostrado que el verdadero origen de su velocísimo desplazamiento no es enteramente natural, sino que se trata de una peculiar manifestación psiónica a la que ha bautizado con el nombre de "celeridad telequinésica". Al parecer, los greiter se impulsan a sí mismos rodando a gran velocidad mediante súbitos y cortos impulsos telequinésicos, lo que les permite realizar bruscos cambios de dirección en pleno movimiento, aunque no les permite "levantar el vuelo".
Sin embargo, la peor característica de los greiter y la que les ha valido el eterno odio de casi todos los tripulantes espaciales, es que, cuando una hembra se haya en condiciones de vacío (como por ejemplo dentro de una nave que carezca de gravedad artificial), sus habituales camadas de cinco o seis crías pasan a convertirse en multitudinarias camadas de un par de cientos de retoños. Las diminutas crías son completamente independientes desde el momento en que nacen, e inmediatamente comienzan a devorar todo lo que se pone a su alcance. Los jóvenes greiter alcanzan la madurez sexual apenas tres semanas después, y pueden llegar a vivir unos cinco o seis meses.
Afortunadamente, los greiter tienen una salud muy delicada, y tienden a enfermar si no se hallan en un clima extremadamente húmedo y caluroso, lo que ha permitido que esta molesta plaga no se haya expandido a demasiados planetas. De hecho, hasta el momento, aparte de en Necrópolis solamente han sido detectados en Extrema y en un par de planetas de tercera categoría de sectores cercanos.
La carne de greiter es comestible aunque tal vez un poco correosa para los paladares más delicados. En Necrópolis se preparan varios platos típicos basados en la carne de greiter. De hecho, hace apenas unas semanas, la factoría que Industrias BABUP posee en Necrópolis ha añadido las brochetas de greiter a la lista de productos locales que exporta a los planetas del núcleo.