Número: 173. 4ª época. Año XXI ISSN: 1989-6289
Hace ya mucho tiempo que descubrí por primera vez Pangea. Fue con el suplemento "Fuera del Grakin", en la estantería de rol de mi tienda habitual. Recuerdo lo que me llamó la atención: había dinosaurios.
Mi amor por los animales prehistóricos viene de lejos. Ya de niño iba con mi tío a por fósiles y ahora que soy un adulto, mi pequeño estante de conchas de piedra se ha transformado en una basta colección de más de un centenar de piezas que van desde troncos y flores del carbonífero, hasta enormes amonites del Jurásico, pasando por muelas de rinocerontes, peces fosilizados, insectos incrustados en ambar, ostras y bivalvos petrificados y un sinfín más recogidos de todos los rincones de España (y algunos de fuera de ella) con mis propias manos (con la excepción de un puñado de ellos ). Creo que esto os dará una idea bastante acertada de la alegría que me dio conocer Pangea.
En cuanto lo leí supe que quería meter mano en la ambientación. Quería usar todos mis conocimientos en el tema para prehistorizar más la ambientación. A si que me animé y me puse en contacto con Juan Carlos.
Y tras muchas charlas y muchas horas delante de la pantalla la primera parte de mi trabajo con Ediciones Sombra está cercana de ver la luz en forma del suplemento de Narava.
Pero dejémonos de palabrería y pasemos a lo interesante. ¿Qué vais a encontraros en este suplemento? Pues toda una región de Pangea detallada. En concreto la región de Narava, que da nombre al suplemento. Se encuentra situada al norte de Aguaclara, y es cruzada de lado a lado por el río Púrpura.
La región se divide en 9 zonas más pequeñas, que conforman cada uno de los capítulos:
El Muro de Árboles, también conocido como el bosque dwandir lleno de misticismo y hogar de los clanes de esta raza y de criaturas prehistóricas como el espinosaurio o el kentrosaurio.
La Gran Pradera, una enorme llanura verde repleta de tribus nómadas, hábitat de multitud de especies de chillones, pequeños y grandes mamíferos prehistóricos (como el indricotherium) y las enormes bestias conocidas como titanes de la Taga.
La sabana del Oeste, donde los clanes gardan mantienen un férreo control del territorio. Donde los leones ccavernarios cazan entre gacelas y rechonchos amebelodones.
Las florestas negras, plagadas de tribus tikki, un lugar peligroso por la ferocidad de sus habitantes, donde habitan criaturas como los pequeños dodos y los impresionantes arsinoitherium.
El río Púrpura, cuyas orillas están salpicadas de pequeños asentamientos. Donde el río es fuente de vida y donde bestias como el barionyx (uno de mis dinosaurios favoritos, todo sea dicho) tiene su hogar.
La maldita hoz de tierrapartida, un lugar manchado por el Wukran, en cuyas profundidades viven horrores sin nombre surgidos de las pesadillas de los habitantes de Pangea.
Y por último las montañas Grises, el lugar de nacimiento del río. Una zona escabrosa donde los pumas de montaña serán la menor de tus preocupaciones.
Otro aspecto que quería añadir en Pangea es la de poblarla con más animales prehistóricos. A lo largo del libro descubrireis las características de 36 nuevas criaturas, de las cuales tan solo 3 son animales inventados, el resto son criaturas reales, tanto prehistóricas (y no solo dinosaurios), como actuales (como el ratel o el ñu).
También he querido dar gran importancia a las diferencias entre tribus, incluso entre miembros de una misma especie. Para ello cada uno de los clanes descritos en el libro (y son muchos) tienen sus propias particularidades a la hora de crear un personaje.
Aunque mi trabajo con Narava prácticamente ha terminado, no ocurre lo mismo con Pangea. Actualmente mis viajes por este mundo prehistórico me han llevado a otro lugar muy distinto a Narava. Una zona en las costas pangeanas, donde descubrir los secretos que esconden los océanos de este mundo. Sin embargo eso es otra historia, de la cual hablaré en otro momento. Hasta entonces, que la Taga os proteja.