Número: 132. 4ª época. Año XXI ISSN: 1989-6289
Dicen los supersticiosos que los continentes de Eriloe flotan en el aire porque los dioses no querían que las criaturas menores anduvieran de un lado para otro. Para esta gente, los aeronautas y las naves del Vacío son una aberración que debería ser destruida. Cuando esta gente ve alguno de los sistemas de protección personal para el vacío o chalecos salvavidas, murmura por lo bajo y si tiene algún héroe al que encomendarse le encarga la tarea de acabar con los herejes. Por el contrario, aunque su utilidad es bastante discutible, cualquier navegante agradecerá tener uno de estos dispositivos cerca.
Es el más habitual en las tripulaciones (no así en los pasajeros). Consiste en un chaleco realizado con cuerdas o cuero en el que se han atado o sujetado tiras pequeñas de tillium. El chaleco es más parecido a un delantal, tiene una cinta que debe pasarse por la cabeza y unas cintas que se enganchan en la espalda.
Al estar pegado al cuerpo es muy difícil moverse con él en el vacío. El usuario quedará inmóvil y poco podrá hacer para acercarse a la costa o a un barco. Para rescatar a alguien con un chaleco es preciso que alguien lance una cuerda o acerque un palo y tire del náufrago. Aún así, es el método más eficaz de cuantos comentaremos en el artículo, puedes tener problemas si quedas boca abajo.
En los compartimentos de pasajeros y a lo largo de la cubierta de estos navíos existen estas bolsas de lona con tres o cuatro maderos de tillium en su interior. Los modelos más preparados llevan los troncos atados por cinta, pero, por lo general, estarán sueltos, aumentando el riesgo de que se salgan solos. En caso de accidente en el vacío, el usuario debe coger la bolsa por las dos asas con una mano o las dos y dejar que los troncos tiren de él.
Su utilidad es muy limitada porque el pasajero quedará colgado de la bolsa y muy poca gente tiene fuerza para aguantar así mucho tiempo. Algunos supervivientes lograron mantenerse más tiempo atándose una de las muñecas a las asas, pero tras rescatarles hubo que cortarles la mano al haber comenzado la necrosis (los que no lo hicieron murieron por envenenamiento de la sangre).
Ideado inicialmente para señalar y salvar mercancías en caso de accidente, muchos pasajeros y tripulantes las han usado como última opción. Se trata de una bola de madera de tillium atravesada por un hierro y atada a una cuerda. El otro extremo de la cuerda se sujeta a los hombros o a la cintura de la persona.
Como decimos, no es un método salvavidas pensado para personas, por lo que su utilidad es discutible. La madera de tillium no tiene fuerza suficiente para mantener el peso de una persona a la altura de navegación y ello hace que floten más abajo (entre 20 y 60 metros). Esto hace que los rescates sean un poco más complicados. Además. Dada su forma esférica, tienden a dar vueltas y a ser arrastrados por el viento. Muchos han quedado inconscientes o han muerto al golpearse con los restos flotantes del aerofragio o con otros supervivientes.