Las editoriales y las distribuidoras no somos una industria especialmente eficiente en el tema medioambiental. Trabajamos con papel y cartón y aunque ha mejorado mucho, es una especie de espina clavada que tenemos. No hacemos lo suficiente, nunca se hace, pero hoy quería contaros algunas cosas que hacemos.
Recuerdo cuando se publicó la segunda edición de Comandos de Guerra (Cronópolis) que las editoriales empezaron a añadir en las contraportadas el símbolo de reciclaje, indicando que no se talaban árboles para hacerlo. Luego estalló la polémica del clareo del papel (con cloro) y que contaminaba más que cortar el árbol y los símbolos desaparecieron. Sin embargo, la industria del papel ha evolucionado mucho y, aunque se siguen talando árboles para hacer papel, gran parte se reaprovecha, hay puntos de recogida en casi todas partes y todos los libros tienen un porcentaje elevado de papel reciclado (y, al parecer, sin cloro). Sigue leyendo