Acabé agotado de la última revista. No tanto por la revista, que volvió a funcionar como una maquinaria bien engrasada, sino por el resto de cosas que hubo que presentar o entregar esos mismos días. Por fortuna, hubo varios días de descanso justo después. El problema de tener tanto tiempo libre es que empiezo a hacer planes y planes en los planes y al final, claro, acabas con más proyectos entre manos.
El tema al que le he estado dando más vueltas, y que ya he puesto a debate en el sótano, es cómo enfocar la publicación de suplementos de rol en ebook. He pensado en el tema gráfico (en el que no hay mucho que hacer) y en los contenidos que pueden ser interesantes. Y he llegado a la conclusión de que no se puede publicar en ebook las mismas cosas que publicarías en papel, aunque no excluyo publicarlas. Me parece que son dos formatos diferentes y debemos pensar en contenidos diferentes, complementarios, pero que uno no sea una simple copia del otro. No voy a negar que he pensado en algo, para Exo, pero antes de comentarlo me gustaría madurarlo un poco más. Ya contaré.
Aprovechando que es el día del libro, comentaré otra reflexión que ha cruzado mi cabeza estos días. Me he leído un libro de China Meville (La Ciudad y la Ciudad) y una Antología de Relatos de ciencia ficción (Terra Nova 2). Se supone que ambos libros, cada uno a su manera, son un buen ejemplo de la literatura de género actual. Me temo que no me han gustado. China Meville ya se me atragantó en Embasytown, pero me pareció justo darle una segunda oportunidad. No me entendáis mal, ambos libros están muy bien escritos y las tramas son interesantes (he acabado de leerlos y si un libro me parece malo, no pierdo el tiempo con él). No me han gustado porque creo que están recargados artificialmente (como si el autor cobrara por número de adjetivos). La reflexión que me he hecho o, mejor dicho, lo que me he dado cuenta es que, últimamente, esta tendencia a recargar los textos la detecto en muchos juegos de rol, aventuras, blogs y demás. Quizás pertenezca ya a una generación diferente, pero ese estilo de lenguaje no acaba de gustarme. Soy más sencillo.