El acrónimo que esconde el nombre de la mayor nación de Exo (República Federal de Planetas) oculta también una de sus características políticas más importantes: federal y planetas. No se trata de una nación monolítica en torno a un poder central, aunque a veces Vettera lo aparente, sino de una organización descentralizada en torno a planetas. En realidad, los casos de sistemas planetarios con más de un planeta habitado (por encima del millón de habitantes que es el máximo oficioso para que no te consideren colonia) son raros; el planeta principal suele hablar por todos los habitantes del sistema estelar: los que viven en la superficie, en órbita y en las múltiples colonias interplanetarias que se puedan haber establecido.
Formar parte de la RFP implica que el Senado de la República apruebe el ingreso del planeta por una mayoría cualificada (dos tercios), aunque cualquier planeta puede desligarse cuando quiera. No es fácil entrar porque esa mayoría es de votos y no de planetas, luego explicamos esta diferencia, aunque, en ocasiones, son varios los planetas que ingresan de golpe. La última gran «adquisición» ocurrió tras la Caída de Oeon; varios de los sectores del Imperio vecino solicitaron en masa ingresar en la República y el Senado, más concentrado en los beneficios comerciales, aprobó su ingreso casi sin debate. Sin embargo, para los planetas individuales, la entrada es algo más complicada y puede ser un proceso que dure años. Este sistema se aprobó tras el ingreso precipitado del planeta de la especie de los erow que derivó en una guerra contra los verrianos de cientos de años de duración. Ahora se nombran comisiones de estudio y los planetas se analizan con lupa antes de proceder a la votación. Es muy raro que se expulsen planetas, se ha dado en contadas ocasiones, porque el Senado tiende más a imponer sanciones económicas. También ha habido casos de misiones de erradicación (por prácticas ilegales como clonaciones o manipulación genética), pero los planetas no fueron expulsados, solo arrasados.
En el Senado de la República cada planeta tiene un senador (más un séquito de asesores), pero no tiene un voto sino que cada representante tiene tantos votos como habitantes tenga su planeta (incluyendo colonias y asentamientos espaciales del sistema). Este criterio, que no era así cuando empezó la república de Vettera, fue una defensa de los planetas más poblados (Vettera, Sila, etc.) para evitar perder peso político en una Cámara con miles de representantes. Hay una organización que se encarga de controlar el censo de cada planeta y dicha organización es federal, no depende de los planetas. Un fraude en el censo (del que dependen ayudas económicas) se considera también un delito federal.
Dentro de la RFP hay dos grandes bloques legislativos: la parte federal (también llamada macrolegislación) y la parte planetaria (no muchos la llaman microlegislación). Es rarísimo encontrar gente de leyes que esté especializada en más de una legislación planetaria, aunque muchas son similares. Sí hay jueces, fiscales y abogados que se dedican solo a la macrolegislación; es donde está el dinero y la repercusión mediática (el presidente actual, Ayala, fue un abogado especializado en la legislación de Vettera y en la federal).
Esto crea en una buena parte de Exo un extraño fenómeno, y la razón de esta entrada del diario, de variedad legislativa; lo que es legal en un planeta no tiene que serlo en el siguiente o viceversa. Hay cierta indefensión legal fruto del desconocimiento y puede ser una fuente de conflictos en tus partidas en el universo Exo. ¿Cómo que no sabías que en el planeta Tántalo es ilegal ir desarmado por la calle? [Nota: en Tántalo hay unas aves nocturnas de 3 metros de envergadura de las que te tienes que defender a tiros o te arrastran a su nido].
También abre algunas posibilidades de personajes, ya sean PJ o PNJ. Los primeros son los cazarrecompensas. Muchos criminales cambian de planeta para evadir a la justicia planetaria, pero no todos los planetas están dispuestos a dejar escapar sin castigo a sus criminales (en especial si son delitos graves como asesinatos). Los cazarrecompensas van a sus lugares de retiro, los «capturan» (no siempre es legal hacerlo) y los entregan a las autoridades del planeta donde cometió el crimen a cambio de la recompensa. Los planetas donde se hacen las capturas no siempre ven con buenos ojos estos secuestros; en general, cuanto más poblado y habitado sea el planeta, menos problemas pondrá a que te lleves a un criminal de su superficie (en algunos incluso ayudan a los cazarrecompensas, pero no suelen ser el destino de los fugados).
El segundo personaje sería los agentes locales: abogados (o no) especializados en tramitar licencias y peticiones ante la legislación planetaria. Sus oficinas suelen estar cercanas a los espaciopuertos porque son los extranjeros los que más les contratan. Muchos tienen un gran conocimiento de la legislación federal.
Para cerrar esta entrada del diario, comentar que la legislación federal no es muy amplia en campos, aunque sí en leyes, decretos, actualizaciones y demás. Principalmente se ocupa de las relaciones interestelares (lo que incluye el comercio, el transporte civil, la economía, la diplomacia), del ejército (estos tienen sus propios tribunales e incluyen los delitos de crímenes de guerra) y de los delitos contra la República (son los más graves, incluyen por ejemplo los delitos contra el censo, la traición o la clonación en espacio extraplanetario y se juzgan en la llamada Sala Especial de Vettera). Cuando hay duda de si un delito es federal o planetario, suele juzgarse en los planetas, salvo que estos se eximan y lo eleven a los tribunales federales (para quitarse el problema de en medio).