El jefe llegó tarde…, a su hora, con la precisión de un mecanismo de un alquimista. Los aún cálidos vientos de principios de otoño quedaron tras él al cerrar la puerta. Observó un pequeño montón de arena húmeda y le preguntó a su ayudante que llegaba a la carrera:
—¿Han venido los que iban a hacer la canalización al río?
—Sí, a primera hora como dijeron. Tuvimos que convencerles de que éramos nosotros porque querían llevar la zanja al sótano de al lado.
—¿Entonces ya funciona la instalación de fontanería?
—Sí, está probada y hemos comprobado que no hay fugas.
—¿Le has dicho a los aguadores que dejen de traer cubos?
—Sí, hecho.
—¿Has llenado la piscina?
—¡Tenemos piscina?
Desde el Sótano (desdeelsotano.com/).
Los contenidos de este número 179: Sigue leyendo