Autor: Francesc Almacelles
«3 de agosto, 2013
Ya han pasado cinco años de la muerte de Pedro. Cinco años de su asesinato irresuelto en el aeropuerto. Cinco años de no saber nadie que hacia allí, que pista de que caso se supone que seguía. Ni, evidentemente, de quien, o quienes, fue su asesino.
Cinco años que decidí hacerme cargo de la agencia de detectives de mi hermano, en los cuales me tuve reciclar mis conocimientos de Derecho y pasar a ser una investigadora más, y llevar la administración, y la contabilidad…
Han sido cinco duros años que, gracias a los ‘chicos’, los he podido soportar. Han sido un pilar fundamental en permitir que siga existiendo la agencia que con tantas ganas montó de la nada mi hermano. Codo con codo trabajamos todos para no bajar el listón.
Sigo despertándome empapada en sudor muchas noches con la imagen ensangrentada de Pedro en mis brazos. Tampoco puedo quejarme de la infinita paciencia que muestra Alonso. Tener malas noches no solo me afecta a mí sino que también se las hago pasar a él. De ser uno de mis primeros clientes a mi pareja actual parece que solo pase a la gente con suerte, de la cual no creo que yo tenga. Pero aquí lo tengo, a mi lado.
Un día más, una noche más. Más cerca de saber quien asesinó a Pedro, sea cuando sea.»
La agencia
Campoamor Detectives lleva desde sus inicios en unas oficinas del entresuelo de la de Roma, en el barrio de la Catedral. Ampliado con las oficinas de al lado del rellano cuando el negocio prosperaba, consta en la actualidad de un vestíbulo-sala común, donde tiene sus dominios Agnes, la secretaria, 3 despachos y una sala de reuniones, con su lavabo y una pequeña habitación que hace las veces de cocina.
Ocupa un chaflán que también da a la calle de la Cortijuela, permite que casi todas las dependencias den al exterior y puedan disfrutar de luz natural. Convenientemente decoradas con cortinas tipo screen, que ocultan a ojos indiscretos lo que se cuece dentro.
Clara ocupa el despacho más grande, situado al lado de la sala reuniones, a la derecha conforme se accede por la puerta principal. Una puerta interior separa ambos espacios. Al otro lado se encuentran los otros dos despachos, la cocina y el lavabo. El espacio central, abierto, sirve como sala de espera y como recepción/administración.
Delante de la puerta de acceso del edifico se encuentra el Bar Parrot’s, donde no es extraño encontrar a los integrantes de la agencia desayunando, o más de una vez comiendo o cenando cuando el trabajo les absorbe.
Los trabajadores
· Clara Campoamor, es la actual propietaria de la agencia Campoamor Detectives. 32 años, de estatura media-baja, pelo castaño claro, de complexión fibrosa que cuida mucho yendo habitualmente al gimnasio, dejó su trabajo de abogada en un bufete de Barcelona tras la muerte de su hermano para encargarse de su agencia. De mente abierta y muy perspicaz, ha sabido reencontrarse en esta nueva profesión. Tampoco encuentra mucha diferencia en su desempeño de la anterior, solo es el momento y el punto de vista sobre una misma situación. Práctica y anteriormente de una personalidad alegre y desenvuelta, el asesinato de su hermano Pedro le ha ensombrecido la mirada y el carácter. A veces puedes ver su anterior yo, pero rápidamente vuelve a su estado actual. Aunque ello no es sinónimo de depresión. Simplemente el mundo es un lugar más triste. Resolver el asesinato de Pedro y poder llevar ante la justicia a su asesino es su gran leif-motiv, evidentemente.
· Leopoldo Cifuentes, fue en su día la persona que introdujo en el mundo de los detectives a Pedro Campoamor, su maestro en todos los campos. Le ayudó a montar la agencia y años después, cuando lo vio afianzado decidió de mutuo acuerdo con Pedro irse a otra agencia de más renombre. La muerte del hermano de Clara le hizo volver para ayudar en todo lo posible para la subsistencia de la agencia, y de paso poder investigar la muerte de su antiguo pupilo. Rozando la cincuentena, su melena canosa y su gran bigote en esa cara chupada lo identifican rápidamente. Una mirada serena parece siempre dar confianza a sus interlocutores, aunque si lo observas fijamente cuando él no te está mirando puedes comprobar unos ojos de halcón que no dejan piedra sobre piedra y casi dirías que puedes ver los engranajes de sus cavilaciones funcionando al 1000%.
· Andrés Maté, es el otro trabajador de la agencia que ejerce de detective. Llevaba ya con Pedro 5 años cuando este falleció y se ha dedicado en cuerpo y alma a hacerle lo más fácil posible el trabajo de Clara. Es el manitas con la tecnología y los ordenadores. 33 años, moreno, de estatura alta y piel cetrina. Tiene unos andares desgarbados que lo hacen muy visible a la gente pero, en cambio, parecen no hacerles ver que están delante de un detective. Lo suyo es estar en el meollo de los casos, como por accidente. Sus dedos largos y huesudos, como si de un pianista se tratase, parece que vuelan sobre el teclado de un ordenador.
· Elisenda Castelló, es la administrativa/secretaria de toda la vida de la agencia. Lo sabe todo sobre todo y todos, es el hombro en el que puedes reclinarte. Controla casi sin trabajo todos los temas de la agencia. A sus 40 años y poco, en cambio, la vida parece no haberle sonreído por lo que respeta a la vida privada. Pocos amigos, ningún novio conocido, hacen que se dedique en cuerpo y alma a la agencia… y a sus ‘animales exóticos’ que abarrotan su apartamento. No muy alta, ni muy delgada, pero tampoco gorda. Con sus cambios constantes de color de pelo, unos ojos almendrados y un vestuario amplio, en cantidad de prendas, como en gustos de moda parecen ser su coraza ante el mundo, Y no duda atestiguar que sus compañeros de agencia son su familia.
Los secundarios
· Alonso de Celis, empresario que en su día, en los inicios de Clara en la agencia, demandó sus servicios para un tema de espionaje en una de sus empresas y que con el tiempo intimaron, siendo en la actualidad su pareja. Rubio, cuerpo de gimnasio, alto, ojos verdosos,… es un típico modelo de persona triunfadora que se ha hecho a si misma. Un halcón en los negocios (o eso le gusta pensar a Alonso, aunque bueno si que es) con una personalidad extrovertida y arrolladora con la gente, que pone toda la carne en el asador cuando un tema le interesa. Y un puntal para Clara en su complicado duelo por la pérdida de su hermano… aunque esconde un terrible secreto: es el asesino de Pedro.
Siguiendo una pista que le llevó al aeropuerto el día fatídico, Pedro se encontró con que el ‘correo’ que pensaba encontrar era un emergente hombre de negocios de Cunia: Alonso de Celis. Este no tuvo más remedio, eso pensó él, que matar a Pedro para evitar que se conocieran sus negocios ocultos. Y cuando estaba sobre el tema y la agencia del difunto, para comprobar que no se le seguía el rastro, y vio la llegada de Clara, decidió contratar sus servicios bajo la excusa de una investigación en una empresa suya, quizás poder trabar amistad con la hermana y estar encima de los posibles avances de la muerte de Pedro. Con el tiempo ha visto como esta amistad ha llegado a más y en la actualidad aún teniendo claro que quiere ocultar su participación en el asesinato, desea fervientemente que Clara no lo descubra y así poder seguir compartiendo su vida con ella.
· Enrique Romero, es un ‘empleado’ del CNI en Cunia. Hombre de carácter osco y mirada torva, a veces contrata los servicios de la agencia para que le ayuden en algún tema poco peliagudo sobre su trabajo. Es una manera de tener ayuda en sus investigaciones a la par que puede relacionarse con Clara, a la que le demuestra un interés más allá de lo profesional. No la acosa, no la intimida, pero… Sabe ser discreto en sus demostraciones ya que no quiere tener que enfrentarse a Alonso de Celis del que sabe su mal carácter, desconocido por los que no saben de su vida oscura.
· Familia Campoamor, el parentesco lejano con esta parte problemática de la familia podría ser uno de los hechos que parecen influir en los Campoamor (Pedro, Clara, su padre) para dedicarse a profesiones dedicadas al servicio del público y su defensa. No tienen tratos, aunque de vez en cuando han tenido algún roce. Desde la muerte por envenenamiento de Adrián Campoamor () no han tenido noticias.