Número: 90. 4ª época. Año XXI ISSN: 1989-6289
Nombre: Servicios Militares Integrales
Mercado: Servicios asistenciales a unidades mercenarias. Tiene entre su clientela a numerosas unidades mercenarias de la RFP, la Federación y Tyran
Consejero delegado: Candela Taloran
Servicios Militares Integrales es el nombre de lo que podría definirse como un extraño híbrido mutante a medio camino entre un sindicato, una compañía de seguros, una agencia de colocación y una mutua médica para mercenarios.
SMI puede presumir de ser una de las empresas más antiguas de la RFP, ya que remonta sus orígenes al año 1035, durante las guerras corporativas, cuando cinco unidades mercenarias refeperas, los Pelotudos de Max, la Escuadrilla Boomerang, los Boinas Magentas, los Coraceros de Kasir y la Compañía de la lágrima, sirvieron juntas durante una prolongada campaña en la región del núcleo de la RFP.
Durante el conflicto, los distintos comandantes de estas unidades protestaron en repetidas ocasiones acerca de las malas condiciones en que llevaban a cabo su trabajo, ya que consideraban que sus patrones corporativos no valoraban suficientemente su labor y que sus circunstancias de trabajo no eran las adecuadas. Pronto llegó la gota que colmó el vaso: tras una batalla especialmente sangrienta contra el bando anti-corporativo, gran número de mercenarios que habían resultado heridos fallecieron porque la nave médica corporativa que supuestamente debía estar presente no había llegado debido a "problemas burocráticos". Enfurecidos, los comandantes mercenarios de estas cinco unidades se reunieron y decidieron aliarse para hacer presión y reivindicar mejoras laborales a sus patrones. Pronto se les unieron otras unidades mercenarias humanas que se consideraban igualmente maltratadas, lo que en parte ocasionó que, poco a poco, las megacorporaciones comenzaran a emplear robosoldados y mercenarios alienígenas, más baratos y menos propensos a desertar.
La cuestión es que de esta alianza surgió una asociación de unidades mercenarias creada con el objetivo de sufragar la adquisición de una fragata médica, así como una asociación profesional de mercenarios, una especie de primitivo "sindicato" que, con el paso de los años, fue evolucionando progresivamente hasta convertirse en lo que es la actual SMI.
SMI tiene su sede en Vettera. Ofrece servicios de lo más variado a unidades mercenarias de la RFP, la Federación, La Marca y Tyran (aunque aquí desde hace unos cuantos años la tendencia es a rescindir los contratos con los mercenarios extranjeros), desde cursillos de formación hasta asistencia médica privada, pasando por servicios de reclutamiento, representación legal e incluso un servicio de gestión de contratos que ayuda a poner en contacto a las unidades con sus potenciales clientes.
¿Así que quieres ser mercenario, eh? Muy bien, ya te has procurado un arma y tal vez puede que, con suerte, incluso un poco de entrenamiento, ¿qué se supone que debes hacer ahora? Pues muy fácil, acercarte a una sucursal de SMI.
Por una pequeña cantidad, SMI se encarga de que aquellos de sus afiliados que deseen ponerse en contacto con una unidad mercenaria pueda hacerlo para ofrecerle sus servicios. De hecho, en todas las oficinas de SMI trabajan uno o más orientadores que pueden ayudar al intrépido aspirante a mercenario a encontrar la unidad en la que mejor encaje en base a sus aspiraciones, carácter y grado de competencia. Por otro lado, las unidades mercenarias que carezcan de centros de reclutamiento propios (casi todas excepto las más grandes) se ven beneficiadas de un constante flujo de refuerzos en forma de nuevos reclutas. Por supuesto, la unidad es libre de rechazar a los candidatos propuestos si estos no son de su agrado.
En ocasiones, SMI ofrece a sus afiliados (y a veces a quienes no lo son) la posibilidad de inscribirse a diferentes cursos de formación, desde cursos de adiestramiento básico para neófitos y aspirantes a mercenario o cursillos de perfeccionamiento para personas que ya tengan adiestramiento militar, ¡incluso cursos de reciclaje para que incluso los más avezados mercenarios aprendan a emplear equipo y vehículos modernos! Todo tipo de formación es posible, desde entrenamiento de combate a conducción de aerotanques o táctica y logística. Y todo ello en uno de los cinco campamentos de entrenamiento de los que dispone SMI en la RFP. La mejor formación que se puede pagar al mejor precio. Descuentos del 5% para afiliados.
Como reza la publicidad de SMI, "Comandante, ¿por qué iban a tener los chicos de la Armada al SAS y los suyos nada?" SMI ofrece un completo servicio de cobertura legal a sus afiliados, lo que incluye desde la asesoría y consultoría hasta representación jurídico-legal. Podría decirse sin equivocarse demasiado que se trata del SAS de las unidades mercenarias. Adicionalmente, los contables de SMI también prestan labores de contabilidad y asesoría económico-fiscal a los mercenarios con menos talento para los números. Por último, de ser necesario también llevan a cabo tareas de mediación entre unidades mercenarias que sostengan un litigio entre sí.
Las unidades afiliadas que lo deseen, pueden contratar un seguro de rescate antes de iniciar un trabajo. Esto significa que, si son capturados, SMI negociará con sus captores para establecer un precio por su liberación, con los límites económicos marcados en las diversas modalidades de seguro.
SMI ofrece a sus unidades mercenarias afiliadas un servicio de asistencia sanitaria que cubre tanto la fase de hospitalización como de rehabilitación en uno de los seis lujosos resorts y balnearios que SMI posee en Xa-Xalna.
Cuando alguien necesita contratar mercenarios de calidad a cualquier escala, ya sea un par de guardaespaldas o un batallón completo, contactan con la SMI. Los términos de la oferta de trabajo son minuciosamente revisados por la asesoría jurídica para comprobar que realmente se adecúan a las leyes de guerra vigentes y que se trata de una oferta legal. A continuación, se selecciona una o más unidades mercenarias que se adapten al perfil de lo que el cliente está buscando, para que éste escoja la que más le guste. SMI pone en contacto a las dos partes para que negocien el precio; si hay acuerdo y todo está correcto, SMI se encarga de exigir el pago por adelantado (en el pasado ya tuvieron problemas con patrones que no pagan). El dinero (o la parte del mismo que corresponda) permanece en una cuenta de depósito gestionada por SMI durante la duración del contrato o hasta que la misión haya sido completada. SMI se queda un 10% del pago como gastos de gestión y ofrece un porcentaje de cancelación del 25% del precio, aunque el trabajo no haya llegado a realizarse o no se haya completado satisfactoriamente. Los reintegros al cliente por pifias o trabajos sin realizar se efectúan en el plazo de quince días tras las fecha límite.
Independientemente de su tamaño, cualquier unidad mercenaria puede afiliarse a SMI pagando una pequeña cuota de 25 estándares anuales por miembro de la unidad inscrito y año. El resto de los servicios (reclutamiento, asistencia jurídica, gastos sanitarios, etc.) se pagan aparte, si es que son necesarios.
A pesar de las indiscutibles ventajas que supone el SMI, no todas las unidades mercenarias pertenecen a sus filas. Son muchos los mercenarios que creen que fuera de él es posible encontrar contratos más jugosos (no siempre legales) y aunque tener cobertura legal o médica es interesante, la vida de mercenario es arriesgada (y es lo que les gusta).