Número: 221. 4ª época. Año XXI ISSN: 1989-6289
En estos tiempos en los que consultamos la hora en nuestros teléfonos móviles, un reloj de pulsera es un signo de distinción, quizás de clasicismo o incluso de tener un carácter distinto. Si además se trata de un reloj caro, arroja información sobre su portador. Si además de caro es una pieza clásica del siglo pasado, el conjunto de esfera, manillas y pulsera abre algunas preguntas y muchos ojos de par en par.
Un Navitimer o un Rolex Submariner de los años 50 harán girar la cabeza a los entendidos. Un Omega Speedmaster como los que llevaban los primeros astronautas que pisaron la luna es una elección que habla por sí misma. Si queremos epatar además con un diseño distintivo y de un siglo de edad, podemos optar por enseñar en nuestra muñeca un Reverso o un Santos. Un Special Pilot Watch reviviendo el estilo de los años 30 hará que nos pregunten por nuestra licencia de pilotos y un Lange 1 evocará en quien lo examine el aire fresco de las cámaras acorazadas suizas.
Tasoskessaris (2007). Rolex Submariner Professional Wikimedia Commons. Imagen con licencia de Documentación Libre GNU.
Pero el reloj que realmente hará girar cabezas en Cunia es la esfera azulada de un Lapize modelo 1971. Lapize es una marca española, cuniense para más señas, que lleva vistiendo las muñecas de políticos, criminales y empresarios de alto nivel desde los años sesenta. Sus modelos no son los más caros, de hecho, son hasta accesibles y no es extraño ver a personas de la llamada clase media aspiracional llevar uno a un bautizo o una entrevista de trabajo. Sin embargo, ninguno de ellos será el modelo 1971. En ese año, Vicente Querol, dueño de la marca, fabricó solo trece ejemplares de este modelo y los regaló al final de una fiesta exclusiva que él no paga. Desde entonces, Vicente primero y sus descendientes después han estado regalando tres más de estos relojes cada año, con lo que sigue habiendo muy pocos y son un signo de haber sido invitado a una fiesta muy especial de la que nadie sabe nada.
Esta regla solo se aplica si el reloj es, además de caro o exclusivo, un modelo diseñado antes de 1990.
Si llevamos uno de estos relojes en nuestra muñeca y nuestro interlocutor se da cuenta y reconoce la calidad del modelo, obtendremos un grado menos de dificultad en todas las TAs sociales con esta persona. Si el reloj en cuestión es un Lapize 1971 y se lleva en Cunia, todo el mundo que lo vea reconoce el modelo y su significado automáticamente.