Número: 116. 4ª época. Año XXI ISSN: 1989-6289
Antes de nada quiero aclarar que esta ayuda está orientada a un tipo concreto de enfrentamiento de intelectos, un combate verbal que no tiene porque ser siempre el caso pero que recomiendo dadas las buenas experiencias para todos los participantes en las últimas partidas.
Un interrogatorio puede ser una escena muy amena como constatan las múltiples series que basan su estructura en este acto. Y debido a que suelen cambiar los participantes y el objetivo tiene muchas posibilidades de rejugabilidad y de uso.
Es un complemento a Interrogando () donde se dan las pautas generales para este tipo de escena, aquí se tratará de como planificar u orientarla para imprimirle un ritmo concreto dependiendo de la orientación que le quiera dar el interrogador que lleva la iniciativa, se recomienda que prime la interpretación.
Lo primero que hay que establecer es que la tortura y la violencia física no debería ser una opción, o al menos no una que sea fácilmente accesible, tiene que ser un último recurso muy peligroso.
Los interrogados deben permanecer normalmente entre el nivel 0 y el nivel 1. Es principalmente apropiado para miembros de bandas o del crimen organizado con un alto sentido del honor y/o un ego considerable o gente de la calle que tiene bastante que perder y que respeta la autoridad, aunque se sientan confiados y seguros.
Nos vamos a centrar en las estrategias psicológicas, como herramientas que pueden ayudar tanto a los jugadores como a los directores para representar y aprovechar el lado de la mesa en el que les toque estar.
Aparte de la clásica poli bueno, poli malo que es una versión de lo que se va a comentar a continuación hay más formas de conseguir información de alguien, el problema de las estrategias clásicas es que son fáciles de ver venir y de prevenir por eso se espera que el interrogador las aplique de una forma personal y diferente para que sean más eficientes.
Hay una serie de puntos básicos que conviene tener claros:
Por otro lado existe la corriente contraria que es dar confianza al interrogado para que acabe ahogándose con su propia soga. Un trato amable un uso de palabras neutras que no lo pongan a la defensiva (no acusarle o no implicarle directamente), solicitarle ayuda, demostrar interés preguntándole por datos personales y por su punto de vista, darle la opción de explicarle y contar su versión... Son formas de permitir que principalmente mediante la Dialéctica que se acomode, además de las contrarias a la anterior: ofrecerle refrigerios, bebidas o algo de comer, una silla cómoda, darle tiempo para pensar sus respuestas, ponerle en antecedentes de porque está siendo interrogado...
Este ritmo se puede integrar, complementar con o incluir en estrategias clásicas como el dilema del prisionero (se detienen a varios sospechosos, se les va interrogando por etapas, dándoles tiempos muertos para pensar que se habla con el otro y hacerles creer que el otro les ha cargado "el muerto" a cambio de un trato más favorable) o marcar un tiempo límite antes de que su ayuda sea útil y se le pueda aportar ventajas (a veces por la naturaleza del caso como un secuestro o una bomba).
Es una posible opción y una de las más usadas en películas y series, sobre todo por su espectacularidad y desarrollo, por lo que también son muy divertidas de interpretar. Además pese a tener un esquema básico claro, se crea una rutina y se va escalando hacia un giro dramático deja mucho margen a que cada uno la amolde a su estilo y a su forma personal de interpretarla.
Quiero agradecer a David F. sus conocimientos y sobre todo a Rubén Ramos la idea para esta ayuda principalmente por sus reacciones, interpretaciones y por la estupenda partida donde los interrogatorios fueron una parte tan fundamental para desvelar una trama tan bien hilada y sorprendente.