Número: 99. 4ª época. Año XXI ISSN: 1989-6289
Pese a que ya te habían advertido de lo que podías esperar no puedes evitar sorprenderte... se trata de una criatura deforme y contrahecha, que asemeja un cruce entre un gruba y uno de los perros que merodean libres por el grakin. Lo más sorprendente de todo es que lleva varios objetos en sus torpes manos, probablemente para su extraño amo. La criatura pasa a tu lado sin prestarte atención y prosigue su camino, seguida por un enjambre de niños...
El hombre-perro es un ¿animal? que tiene asombrado a la mayoría de los habitantes del grakin de Aguaclara. De altura ligeramente inferior a la de un hombre adulto, camina erguido sobre dos piernas, si bien algo encorvado. Su cuerpo está cubierto de un pelaje grisáceo mientras que su cabeza se asemeja a la de los perros que suelen pulular cerca de los campamentos de los mendwan de las llanuras.
El hombre-perro de Aguaclara nunca emite ningún sonido, si bien está claro que comprende mucho de las órdenes que Xue, su amo, le susurra en un extraño idioma. Se ignora cuál es su nombre, ya que Xue no parece necesitar llamarle nunca, limitándose a silbar cuando le necesita.
Durante el día se limita a cumplir los encargos de su amo, llevando y trayendo objetos de acá para allá, lo que ha hecho creer a algunos que podría tratarse de un ser inteligente, más concretamente un esclavo propiedad de Xue. Sin embargo, también se le ha visto beber inclinado en la orilla del río de la misma forma en la que lo hacen los animales.
Tres chamanes han hecho público su temor de que el hombre-perro pudiera tratarse de una aberración del Wukran, y uno de ellos, un dwaldur, incluso ha hecho una petición formal a Ursus para que se dé muerte a la criatura o, al menos, sea expulsada del interior del poblado. Se comenta que Ursus podría haber hecho una petición al chamán llamado Abathon para que determine si la criatura es una amenaza para el grakin. En todo caso, Xue ha manifestado su predisposición a que, quien quiera, pueda examinar a la bestia de cara a determinar que en ella no anida la corrupción.
Sea como sea, allá donde el hombre-perro va le acompaña un montón de niños del grakin, deseosos de ver qué hace. Curiosamente, el único altercado con la criatura ha sido con un viajero gardan a quien el mero olor del hombre-perro parecía soliviantar.
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