Número: 99. 4ª época. Año XXI ISSN: 1989-6289
El final de la Primera Guerra Mundial, donde Bulgaria estaba alineada con las potencias centrales que resultaron perdedoras del conflicto, dejó a la armada búlgara en un nivel ridículo. Casi todos sus barcos fueron desmantelados o entregados a los vencedores. Sólo cuatro buques torpederos y algunas patrulleras de vigilancia costera permanecieron en activo. Y eso que Bulgaria tiene una costa bastante estratégica en el mar Negro, a la entrada de los estrechos turcos, pero los vencedores no querían más problemas en esa zona. Durante los años veinte, la flota mercante búlgara se reforzó algo gracias al trabajo del Ministerio de Comercio, pero la única adquisición militar fueron dos viejos patrulleras antisubmarinas comprados a Francia.
La situación económica de Bulgaria fue muy mala durante los años 30, la peor de todos los países balcánicos y eso no permitía reforzar la Armada. Además, Bulgaria seguía sujeta por los tratados del final de la guerra y si hubiese querido aumentar su flota tendría que haberlos roto. Bulgaria no denunciaría el tratado de Neuilly hasta 1937, después de llegar a un acuerdo con otros países balcánicos para aumentar sus poder militar en la zona y después de firmar un tratado de no agresión con Alemania. Fruto de este acuerdo, fue el préstamo alemán de 30 millones de marcos que le permitirían comprar cinco lanchas torpederas germanas. De estas, sólo llegarían cuatro ya que el inicio de la Segunda Guerra Mundial en Europa hizo que Alemania no entregara la quinta.
En marzo de 1941, Bulgaria se unió al Eje como país beligerante y tres nuevas lanchas torpederas (de origen holandés) le fueron entregadas para reforzar la armada. En este periodo (entre 1937 y 1941), Bulgaria reconvirtió bastantes barcos civiles en buques de auxiliares. Mencionar el Assan y el Kamicia que se convirtieron en buques de entrenamiento, el Voievoda que se usó como remolcador o Ganekura que se preparó como transporte de tropas. Muchos de estos buques civiles fueron capturados por los soviéticos en 1945 y algunos serían devueltos a Bulgaria después.
En resumen, la armada búlgara era muy reducida e incapaz de enfrentarse en términos de igualdad con el teórico enemigo (los soviéticos). Si los turcos hubieran entrado en la guerra a favor de los Aliados o, si de alguna forma, hubieran dejado pasar a la flota británica por el estrecho de los Dardanelos, la armada búlgara hubiera sido insuficiente para cualquier misión defensiva.
Todos ellos eran reliquias de la Primera Guerra Mundial: Drski (convertido en museo en 1955), el Khrabry y el Strogi (desmantelados ambos en 1955) y el Smely (hundido el 19 de mayo de 1943).
También de la Primera Guerra Mundial, aunque un poco más modernas que los torpederos (1917). Ambas pertenecían a la clase Belomorec y fueron la Belomorec (antes C27) y la Chernomorec (antes C80). El destino de ambas es incierto, pero lo más probable es que resultarán hundidas
Denominadas F1, F2, F3 y F4 iban armadas con una ametralladora antiaérea de 20 mm y dos lanzadores de torpedos y podían alcanzar los 37 nudos gracias a 3 motores Daimler Benz de 2850 caballos. El ejército soviético capturó las cuatro lanchas, pero se las devolvió a Bulgaria en abril de 1945.
Denominadas I, II y III, las tres eran de la clase T-52. Iban armadas con un cañón de 37 mm, dos de 20 mm y dos lanzadores de torpedos. Podía alcanzar los 34 nudos gracias a tres motores de aviación Rolls Royce de 2850 caballos (los motores se habían recuperado de aviones derribados). También fueron capturadas por los soviéticos, pero las devolvieron en abril de 1945.