Número: 90. 4ª época. Año XXI ISSN: 1989-6289
Existimos para servir; servimos con orgullo - lema del SAR.
El Servicio Aduanero de la República (SAR) fue fundado por el Conde Orlan Gothic II, entonces ministro de Comercio, en el año 77 dV. con el nombre de Servicio Aduanero de Vettera, motivo por el cual sus actuales integrantes presumen de pertenecer a uno de los servicios gubernamentales más antiguos de la RFP. Actualmente, el SAR es una fuerza espacial integrada en la Armada, por lo que se trata de un servicio uniformado y cuyo personal está sometido a disciplina militar. Su misión es vigilar por la seguridad de las rutas espaciales republicanas y hacer que se cumplan las normas de comercio y tráfico espacial. Tiene jurisdicción en el territorio de la RFP que no está directamente bajo la jurisdicción planetaria. En otras palabras, controlan una extensión enorme de espacio, aunque la mayor parte de él está vacío.
La autoridad legal del SAR emana directamente del Senado, y debe ser reconocida en los acuerdos y tratados de adhesión de todos los planetas miembros de la RFP. Debido a su bifronte naturaleza policial y militar, en tiempos de paz funciona como un servicio que realiza tareas de policía en el espacio perteneciente a la RFP, orgánicamente integrado en la Armada pero funcionalmente al servicio del Ministerio de Transportes (a la sección de Comercio). Por el contrario, en tiempo de guerra el SAR puede ser transferido al Ministerio de Defensa a requerimiento del Presidente, con la aprobación del Senado de la República.
El Servicio Aduanero de la República (SAR) fue fundado en el año 77 dV. por el Conde Orlan Gothic II, entonces ministro de Comercio, con el nombre de Servicio Aduanero de Vettera (SAV), bajo la autoridad directa de la Secretaría del Tesoro. Contando con apenas tres naves, la primera base del SAV estuvo situada, cómo no, en la superficie de Vettera. Hasta el establecimiento oficial de la Flota Planetaria de Vettera, el SAV fue la única fuerza espacial con capacidad para enfrentarse a los piratas que operaban impunemente tras los Años Oscuros, si bien su principal misión fue luchar contra el contrabando entre Vettera y los nuevos mundos humanos que estaban siendo "redescubiertos". En el Museo de la República se conserva documentación y órdenes de servicio, destacando una famosa circular del mismísimo Gothic enviada a sus capitanes que reza: "Vayan ahí fuera y eviten que esos malditos ladrones sigan robando a nuestro planeta. Y si de paso encuentran a alguien en apuros ayúdenle, demonios, que para algo somos la maldita flota de Vettera".
"La Flota Cero" es el término informal con el que a veces algunos oficiales de aduanas se refieren al SAR, si bien esta denominación nunca ha sido empleada de forma oficial en ningún documento de la Armada. Este apelativo hace referencia al hecho de que durante aquellos remotos tiempos las patrulleras aduaneras fueron las encargadas de proteger y hacer seguras las rutas espaciales que unían Vettera con los primeros planetas que se iban uniendo a la naciente República, en una época incierta en que cualquier reyezuelo pirata podía, con una única nave, someter a todo un mundo a su capricho.
Con los años, el SAV se convirtió en el SAR, pasando por numerosas reorganizaciones y cambios de denominación hasta su actual configuración.
Como hemos dicho, en tiempos de guerra el SAR pasa a operar bajo la autoridad militar. El SAR ha participado en mayor o menor medida en casi todos los grandes conflictos militares en los que se ha visto inmersa la RFP, la guerra Humano-Veddia (en la que jugó un papel muy destacado, ya que por entonces sus patrulleras todavía eran una fuerza a tener en cuenta en un conflicto), la guerra Corporativa (en la que luchó a favor de ambos bandos y es este un hecho que no gustan comentar), la guerra Génica (en un rol meramente defensivo), la guerra contra los NheTi:Narâ (en la que su función fue frenar la infiltración NT:N evitando los viajes de pequeñas naves independientes entre sectores, hoy en día sigue siendo una misión importante) y, por supuesto, las dos guerras verrianas.
La 2ª guerra Verriana fue la última ocasión en que el SAR fue movilizado y colocado bajo la autoridad directa de los militares, si bien en ocasiones y de forma puntual alguna nave o grupo de abordaje es transferido temporalmente a ese tipo de servicio por solicitud de un Almirante de Flota, mientras el resto del SAR continúa realizando sus tareas habituales.
Desde hace cinco siglos, el cuartel general del SAR está situado en los confines exteriores del sistema Ofehafo (sector Elión, cerca de Vettera). Se trata de una base espacial bautizada con el nombre de Base Iivtnu, en honor al mítico semidios de la arcaica mitología vetterana que custodiaba las puertas de la morada de los dioses. Se trata de una colosal estación espacial excavada en un enorme asteroide con capacidad para albergar con holgura a más de 250.000 personas, así como docenas de naves. Adicionalmente, el SAR cuenta con bases navales en todos sectores de la RFP, y con un centro de adiestramiento situado en el cercano sistema Fatuma.
Los miembros del SAR alardean de que mientras que otros servicios militares solo ven acción de forma esporádica, ellos entran en acción todos los días en algún lugar de la RFP. Con una organización descentralizada y una gran responsabilidad sobre los hombros de todos sus integrantes, el SAR es famoso por su rápida capacidad de respuesta y capacidad de adaptación a una amplia variedad de situaciones de emergencia.
El SAR juega un papel determinante en la seguridad interna de la RFP, tanto por su labor policial en la persecución de la piratería como por su habitual participación en las tareas de rescate y situaciones de emergencia, las cuales realiza en estrecha colaboración con las autoridades de Tráfico espacial, el SREP [ver artículo] y otras agencias planetarias de protección civil; otra de sus responsabilidades es el mantenimiento y protección del sistema de boyas NAV y la vigilancia de las fronteras de la RFP con otras naciones galácticas. El SAR generalmente lleva a cabo tres tipos de operaciones, que pueden subdividirse en nueve misiones. Las tres Operaciones (números) y sus nueve misiones (letras) son:
1. Vigilancia espacial.
a. Persecución del comercio ilícito (esclavos).
b. Operaciones antipiratería.
c. Vigilancia y defensa fronteriza.
d. Control de inmigración ilegal (NTN, zelonitas, etc.)
2. Respuesta a situaciones de emergencia.
a. Auxilio a naves en peligro.
b. Búsqueda y rescate.
3. Mantenimiento de las rutas espaciales.
a. Vigilancia y mantenimiento del sistema de boyas NAV.
b. Vigilancia y protección de la fauna espacial.
c. Estrecha colaboración con la OTE (Oficina de Tráfico Espacial)
Cualquier persona mayor de edad según los baremos de la Armada nacida en la RFP que carezca de antecedentes penales puede solicitar ingresar en el SAR en cualquier momento. Los interesados han de dirigirse a cualquiera de las bases existentes en cada una de las capitales de los sectores de la RFP, en donde realizan una serie de test físicos y psicotécnicos así como una entrevista con un oficial de enganche especializado en psicología; la entrevista versa acerca de sus calificaciones, méritos, motivaciones, expectativas profesionales, etc. Aquellos que superan las pruebas son emplazados en una fecha posterior (una nueva promoción llega cada dos meses) para ser trasladados al centro de adiestramiento que el SAR posee en el sistema Fatuma (sector Elión), en donde comenzará su formación, ya sea como recluta (para los cinco rangos inferiores) o como cadete (para los seis rangos superiores), en función de los resultados de sus pruebas.
Una vez en Fatuma, a todos los reclutas se les afeita la cabeza al cero (una vieja tradición castrense humana no siempre aplicable a algunas especies que sin embargo hace especialmente gracia a los tyranos), se les realiza el tallaje para los uniformes (que el caso se los reclutas y cadetes son azul celeste) y se les asigna un instructor, generalmente un sargento, insignia o alférez retirado del servicio activo debido a su edad o problemas físicos. Por delante tienen un duro entrenamiento de doce semanas de duración en el que aprenderán a marchar, a disparar con armas de fuego, defensa personal básica y a trabajar en equipo, con especial énfasis en el desarrollo de sus habilidades físicas (mucha gimnasia y pista de obstáculos). También aprenderán nociones de supervivencia básica en el espacio así como un fuerte adoctrinamiento acerca de los procedimientos operativos básicos del SAR y su código de conducta. Durante este periodo se intenta inculcar a los reclutas disciplina, habilidades militares básicas, nociones de técnica espacial, educación física, habilidades de combate y supervivencia en el espacio, valores morales (honor, respeto y devoción por el deber) así como un fuerte esprit de corps. Al final del adiestramiento reciben el rango de tripulantes (si bien aún están lejos de poseer las habilidades que posee un verdadero tripulante espacial profesional) y se les concede un permiso de una semana, tras lo que deben incorporarse a la tripulación de una nave. El resto de su adiestramiento se realizará durante el desempeño del trabajo; los reclutas se comprometen a servir durante un mínimo de seis años, considerándoseles durante los dos primeros tripulantes "en prácticas" (75% de la paga) y debiendo obedecer a los tripulantes veteranos.
Por su parte, las personas sin estudios previos relacionados con el espacio serán seleccionadas para la Academia de cadetes, debiendo superar un período de formación de cuatro años tras los cuales poseerán el equivalente a una titulación de grado medio universitario en la especialidad de Ciencias espaciales. Tras su graduación se les concede un periodo de permiso de un mes de duración, tras el que deberán incorporarse a la tripulación de una nave, en calidad de oficial de sensores, armamento, ingeniero, navegante o piloto, en función de cuál haya sido su particular especialización durante el último año del adiestramiento.
Alternativamente, aquellas personas que ya posean previamente una titulación universitaria de grado medio o superior en una titulación relacionada con las Ciencias espaciales pueden ingresar en el SAR tras superar el Programa FOSAR (Formación de Oficiales del SAR), un riguroso periodo de adiestramiento de 36 semanas de duración que supuestamente capacita al cadete para convertirse en oficial. Esta forma de acceso, que solamente es superada por un 23% de los cadetes que lo acometen, supone una dura y vertiginosa inmersión en el modo de vida militar, ya que solamente gozarán de un único permiso de dos días, a mitad del mismo. La dificultad es doble, tanto por los duros requisitos físicos como por la intensiva formación técnica recibida en tan breve espacio de tiempo, tan necesaria para el desempeño de sus futuras funciones.
Los cadetes se gradúan con el rango de insignia, si bien hasta el 3% de los mejores de cada promoción pueden graduarse con el rango de alférez, si es que sus calificaciones finales son extraordinariamente altas. Los oficiales se comprometen a servir durante un mínimo de doce años de servicio activo. La mayoría son asignados a patrulleras, si bien los que hayan conseguido las mejores calificaciones pueden optar a servir en naves más grandes o en bases; en ocasiones algunos de los cadetes más talentosos pueden ser seleccionados para recibir entrenamiento avanzado como piloto de combate en alguna de las Flotas, y se conocen varios casos en que alguno de ellos ha sido posteriormente seleccionado para formar parte de los célebres Grupos Exo.
Sin contar el durísimo FOSAR, la promoción interna por méritos y antigüedad es la única vía de ascenso, con un límite máximo del rango de alférez para quienes no hayan acudido a la academia de oficiales. El personal transferido al SAR desde otros servicios de la Armada puede también recibir a su ingreso un rango acorde con su experiencia y veteranía previas pero, igualmente, este personal también debe realizar un curso de adaptación de cuatro semanas de duración en Fatuma.
Además de su personal sujeto a disciplina militar, el SAR emplea gran número de civiles en cientos de ocupaciones diferentes, incluyendo técnicos especializados en investigación de accidentes, agentes encubiertos infiltrados en grupos criminales espaciales, abogados, ingenieros, tecnos, personal administrativo, agentes comerciales, enlaces protocolarios con los servicios aduaneros planetarios, y personal médico o religioso (a diferencia de la Armada, el SAR no mantiene personal sanitario o policapellanes propios [ver artículo aquí], prefiriendo recurrir a la contratación de civiles y a los policapellanes de la Armada respectivamente para llevar a cabo estas tareas; esos especialistas externos llevan el uniforme del SAR, reemplazando si es necesario el emblema del mismo con el de su propio cuerpo de origen.
El SAR, al igual que otros servicios armados de la RFP, posee un sólido código de conducta que sirve como líneas éticas básicas para todas sus actuaciones. Según las ordenanzas de funcionamiento, estos valores son:
· Honor: los miembros del SAR deben mantener en todo momento un profundo sentido de la integridad, demostrando una conducta ética de acuerdo con el código de conducta de la Armada de la RFP. Es de suma importancia este punto, ya que de este comportamiento honorable depende que el SAR siga manteniendo la confianza pública.
· Respeto: todos los miembros del SAR realizan una tarea valiosa. Todos sus integrantes se comprometen a obedecer con lealtad a los superiores y a tratar con el debido respeto tanto a sus subordinados como a los detenidos, actuando siempre dentro del pleno respeto a la dignidad de la persona.
· Devoción por el deber: los miembros del SAR son profesionales altamente capacitados en una doble vertiente, civil y militar. En ambas facetas deben actuar en todo momento con plena conciencia y responsabilidad por sus actos, y trabajar por el pleno éxito de los objetivos del Servicio al que pertenecen y por la defensa de los intereses de la RFP.
Al término de su adiestramiento, tanto los reclutas como los cadetes deben realizar el siguiente juramento:
"Soy el guardián del vacío.El SAR ha cambiado de uniforme en más de cien ocasiones a lo largo de su dilatada historia. El actual uniforme, empleado desde el año 3432 dV., consiste en una guerrera de color azul claro (más claro que el habitual uniforme de los miembros de la Flota) y unos pantalones más oscuros (idénticos a los empleados por los miembros de la Flota), rematados con botas negras. Los galones se llevan únicamente en los hombros, formados por una banda negra surcada por franjas del mismo color que el uniforme.
El uniforme de gala es idéntico al de los miembros de la Armada de idéntico rango, sustituyendo las insignias y medallas por las suyas propias. Normalmente solo es empleado durante las ceremonias de entrega de mando y las paradas o desfiles en honor de una autoridad, o bien durante las cenas, recepciones u otros actos sociales afines organizados por el SAR.
El "uniforme operacional estándar" (UOE), más conocido como el "traje de faena", es el más habitualmente empleado a bordo de las naves; consiste en un mono de trabajo azul claro con numerosos bolsillos, con la insignia de rango cosida sobre el bolsillo izquierdo del pecho. Lo completa un par de botas de trabajo, si bien en muchas naves es habitual que los tripulantes novatos empleen botas magnéticas, una concesión que queda a discreción del capitán. También forma parte del UOE una gorra tipo visera, con el emblema del SAR y el nombre del propietario, la unidad a la que pertenece y otros datos grabados en un pequeño chip de datos escondido en el forro.
Como parte de su papel policial, los miembros del SAR están autorizados para ejercer la fuerza, siempre con el objeto de mantener y hacer cumplir las leyes. Tienen pues la consideración legal de autoridad en el ejercicio de sus funciones, y están autorizados para:
· Portar armas de fuego en todo tipo de instalaciones de la República, incluyendo bases y naves militares, excepto cuando así lo prohíban sus normas específicas a través de instrucción reglamentaria u orden expresa de la máxima autoridad de la misma.
· Ejecutar y hacer cumplir cualquier norma legal de la República.
· Dar órdenes a civiles en situaciones de emergencia.
· Realizar detenciones por cualquier violación del derecho de la República, o debido a cualquier actuación ilegal que vaya en contra del interés de la RFP. Estas detenciones no se pueden realizar en territorio planetario donde la jurisprudencia del planeta está por encima de la de la RFP. Sin embargo, no es raro que los agentes planetarios colaboren con los agentes del SAR.
· Llevar a cabo cualquier otra tarea policial o militar cuya competencia se les atribuya expresamente en una norma de la República.
La estructura del SAR es mucho más sencilla que las de las demás ramas de la Armada, ya que debido a las pequeñas naves que la integran no se hace necesario complicar innecesariamente la jerarquía de las naves.
El personal de menor rango son los tripulantes y cabos, que forman la inmensa mayoría de los miembros del SAR; para ser nombrado cabo es necesario haber servido un mínimo de tres años como tripulante.
Los sargentos, insignias y alférez son considerados suboficiales, siendo el de alférez el rango más alto que puede llegar a alcanzar una persona sin acudir a la academia de oficiales (de hecho, a alguien que alcance este rango por méritos de Servicio se le suele insistir para que acuda a la misma). Los ascensos están regulados en la normativa interna, estando basados en un sistema que combina la valoración de méritos y la formación con la antigüedad.
Por su lado, los cadetes recién salidos de la academia de oficiales suelen comenzar su carrera con el rango de insignia, pudiendo llegar normalmente hasta el rango de capitán al final de sus carreras (los rangos superiores son muy escasos). Los insignias pueden estar al mando de pinazas, mientras que para comandar una cañonera o patrullera ligera suele ser necesario un rango de alférez, aunque esto no es una regla rígida. Los tenientes y capitanes suelen estar al mando de patrulleras pesadas. Sin embargo, para ser seleccionado para comandar una corbeta o portanaves del SAR es requisito indispensable ostentar previamente el rango de capitán.
Solamente hay un comodoro destinado en cada sector de la RFP, generalmente emplazado en la base local o bien, excepcionalmente, como comandante del portanaves del sector. Su misión consiste en comandar todos los operativos del sector y coordinarse con los de los sectores vecinos.
Solamente hay seis almirantes del SAR, todos ellos destinados en la base de Iivtnu; cada uno de ellos se encarga de supervisar varios sectores adyacentes. Juntos forman la Comandancia Superior del SAR. La Comandancia Superior responde a su vez directamente ante una autoridad civil de rango ministerial en tiempo de paz o bien bajo la autoridad militar bajo la cual sean colocados en tiempo de guerra, generalmente un oficial con rango de almirante perteneciente al Alto Mando de la Armada.
Existen varios honores a los que pueden optar los miembros del SAR, siendo las más frecuentes la Citación por especial desempeño en el informe de misión realizado por el oficial al mando. En tiempo de paz, la máxima distinción ofrecida a los miembros del SAR a título individual es la medalla al servicio distinguido, mientras que la Citación Honorífica Presidencial es la más alta distinción que se otorga a una unidad de forma conjunta. En tiempo de guerra los miembros del SAR pueden recibir las mismas condecoraciones y distinciones que el resto de los miembros de la Armada.
Hace unos años, el Presidente Ayala otorgó la Medalla al mérito humanitario a todos los miembros del SAR a título común por su participación en las labores de rescate durante el desastre de Rindhare.
Todos los miembros del SAR reciben:
Durante la realización de una revisión aduanera, y si consideran que ésta puede conllevar riesgo, suelen equiparse con todo o parte del siguiente material:
En tiempos de guerra, es habitual que se proporcione a todas las tripulaciones algún tipo de arma pesada de apoyo tipo ametralladora SH20A. Durante las guerras contra los verrianos este arma solía ser un lanzallamas Inferno.
Paradójicamente, en una fuerza militar tan organizada y eficiente como el SAR no existen unos modelos estandarizados de naves para todo el Servicio. Esto es debido tanto a la necesidad de adaptarse a las necesidades concretas del sector del espacio en que desarrollan sus tareas como a las necesidades del cambiante presupuesto anual, siempre sometido a las veleidades de los constantes vaivenes políticos que se dan en el seno de las comisiones de control de gastos militares del Senado. Puedes ver algunos de los tipos de naves más habitualmente empleados en el siguiente artículo [ver].