Número: 133. 4ª época. Año XXI ISSN: 1989-6289
Muchas veces he pasado por la plaza Porticada en Santander. En ella podemos encontrarnos una estatua a cuerpo completo sobre un alto pedestal. Con letras doradas sobre piedra blanca podemos leer "Santander a la gloria del héroe. 1880." En la cumbre podemos ven un hombre uniformado blande un sable al lado de un cañón. Este héroe que es desconocido para la mayoría de los viandantes es Pedro Velarde y Santillán. Este fue un militar español, destacado por su participación en el levantamiento del 2 de mayo. Nació en Muriedas (Cantabria) el 19 de octubre de 1779.
A los 14 años, en 1793, ingresó como cadete en el Real Colegio de Artillería de Segovia. Terminó sus estudios como número 2 de su promoción y recibió un ascenso al grado de subteniente el 11 de enero de 1799. En 1801 fue destinado al ejército que operaba en Portugal. El 12 de julio de 1802 ascendió al grado de teniente.
En 1804 era ya un capitán del arma de Artillería destinado en el Estado Mayor de Madrid. Como experto en la medición de la velocidad de los proyectiles y otras materias técnicas pasaría a ser profesor en el Colegio de Segovia. El 1 de Agosto de 1806 nombrado Secretario de la Junta Superior Económica del Cuerpo de Artillería, por lo que tuvo que trasladarse a residir a Madrid por estar allí ubicado el Estado Mayor, cargo que le permitía disponer de mucha información.
Velarde siempre había sido un admirador de la obra de Napoleón Bonaparte pero cuando éste intentó ocupar España aprovechando las disensiones internas de la familia real empezó a conspirar para frustrar sus intenciones. Aunque Murat intentó atraerle a la causa napoleónica, Velarde no accedió a ese ofrecimiento.
En colaboración con el capitán Luis Daoíz, Pedro Velarde preparó un plan militar para la insurrección contra los franceses (la llamada "confabulación de los artilleros"), que quedó arruinado en los días siguientes por los traslados de tropas españolas y las precauciones que tomaron los franceses.
En la mañana del 2 de mayo Velarde se incorporó de inmediato a la lucha. Elaboró un plan de defensa de la villa que presentó al general español O'Farril, plan que en lugar de alcanzar los deseos del autor se volvió en contra de los militares españoles puesto que puso en guardia a las fuerzas francesas. Velarde entonces solicitó del Coronel del Regimiento de Voluntarios del Estado una tropa armada con el pretexto de disolver al pueblo que estaba agolpado a las puertas del Parque de Artillería de Monteleón exigiendo las armas allí custodiadas. Con una compañía de treinta y tres soldados, convence al capitán Daoiz, cuyas órdenes eran las de impedir cualquier intervención del Ejército en la revuelta, de que éstas órdenes eran contrarias al patriotismo del momento y debía anteponer su deber como patriota al deber militar y consigue por fin que Daoiz ceda y que se abran las puertas al pueblo y se les entreguen las armas. Los franceses atacaron entonces el Parque de Artillería, donde la lucha fue sangrienta y el comportamiento de los defensores, civiles y militares, heroico. El Capitán Pedro Velarde murió por un disparo de un oficial de la Guardia Noble Polaca.