Número: 90. 4ª época. Año XXI ISSN: 1989-6289
Durante la Primera Guerra Mundial, Dinamarca permaneció como un país neutral a pesar de las fuertes presiones que recibió tanto de Alemania como de Gran Bretaña. Unos deseaban que mantuviera los accesos al mar Báltico cerrados, mientras que los otros querían que los abriera. A pesar de esta lección sobre su estratégica posición desde un punto de vista militar, el gobierno decidió en 1924 reducir su ejército y ni siquiera la llegada del partido nacional socialista al gobierno de Alemania (y su discurso bélico) les hizo cambiar de opinión. Por esta razón, la armada danesa no era muy numerosa en la Segunda Guerra Mundial (a pesar de ser un país con una gran extensión de costa) y casi todos sus elementos eran barcos anticuados (cuando no obsoletos) para la época. Por si fuera poco, algunos de los barcos de los que disponía al final de la Primera Guerra Mundial fueron vendidos a otras naciones.
Durante la invasión alemana, la Armada danesa recibió la orden de no participar en ningún combate y, por ese motivo, no sufrió ninguna pérdida en las pocas horas que duró el conflicto. Los alemanes permitieron a los daneses quedarse con la flota (que tampoco les era de mucha utilidad en ese momento, 1940) y siguió operando como fuerza danesa durante la ocupación. Los alemanes se encargaron de minar las líneas de navegación al norte y al sur, mientras que los daneses se encargaban de hacerlo en el este y en el oeste. Esta división de tareas permitió salvaguardar el acuerdo de ocupación por el que los daneses no estaban dispuestos a colaborar con Alemania en su guerra contra Gran Bretaña. Estrictamente hablando, el minado de las aguas era un acto de guerra, pero fue un recurso que permitía a los daneses salvaguardar su imagen. Además, tenían la misión de vigilar la costa; una misión que hubieran tenido que hacer los alemanes de haber requisado la flota.
En febrero de 1941, los alemanes solicitaron a los daneses doce torpederas, pero los daneses se negaron a entregarlas. Al final, tras la negociación, entregaron seis torpederas al gobierno alemán a condición de que este suministrara todos los materiales para que se construyeran otras seis nuevas torpederas en los astilleros de Copenhague. Al contrario de lo esperado, los materiales para construirlas llegaron a Dinamarca, pero el gobierno danés tenía la firme sospecha que los nuevos torpederos serían requisados en cuanto salieran de los astilleros, por ello hizo que su construcción avanzara muy despacio. Llegó a detenerse después de los sucesos de 1943 y sólo dos llegarían a terminarse después de la guerra.
En el verano de 1943, los daneses tenían la firme sospecha de que los alemanes iban a requisar todos sus barcos, así que dieron la orden de a la mínima sospecha poner rumbo a Suecia o destruir los barcos. La tensión entre los daneses y los alemanes iba en aumento (recordemos el suceso con las identificaciones de los judíos a los que los daneses se negaron) y, al final, temiendo que Dinamarca llegara a un acuerdo para facilitar a los Aliados un desembarco en su territorio, dio la orden de capturar la armada danesa el 19 de agosto de 1943. Esta, que ya estaba sobre aviso, puso rumbo a Suecia con ese propósito; no todos consiguieron llegar y algunos barcos fueron embarrancados. Los suecos los mantuvieron a salvo hasta mayo de 1945, el final de la guerra en Europa, que la flotilla danesa tuvo vía libre para volver a Copenhague.
- Dos acorazados (Niels Juel y Peder Skram) que, en realidad, están más cerca de un crucero ligero que de un acorazado. Las fuentes los denominan acorazados costeros y la armada danesa los denominaba buques de defensa costera. Sólo uno de ellos pudo llegar a Suecia en 1943 (el Peder Skram), el otro fue embarrancado en la playa, capturado por los alemanes y botado de nuevo con el nombre de Nordland utilizándolo como buque de instrucción. En mayo de 1945 fue destruido por una bomba.
- Doce torpederas. Seis de ellas fueron cedidas a los alemanes que las utilizaron en ocasiones para minar las aguas. Las otras seis fueron a Suecia en 1943 y volvieron a Dinamarca en 1945.
- Siete submarinos, cuatro, concretamente los de la clase Aegir, resultaron dañados durante la invasión de 1940, los otros tres, los de la clase Rota conseguirían llegar a Suecia y se mantuvieron en servicio en Dinamarca hasta 1952.
- Cuatro minadores. Tres de ellos llegaron a Suecia en 1943 y el destino del cuarto (el Hjaelperen) está un poco confuso, probablemente se hundió.
Además de los barcos comentados, los daneses transformaron algunos torpederos antiguos en otro tipo de barcos, especialmente destinados al minado de las aguas, a la patrulla costera y al rescate marítimo. Unos doce barcos sufrieron estas transformaciones.