Número: 228.     4ª época.     Año XXI     ISSN: 1989-6289

228 > Equipo > Objetos > Antorcha de varghulas (Eri). Por: Francesc Almacelles

 

Antorcha de varghulas

Iluminar la oscuridad es fundamental cuando te mueves en ella, o estas guareciéndote de lo que puede aguardar escondido en ella. Si bien una hoguera serviría para, además de calentar, fundir las sombras a tu alrededor en un campamento establecido, si te estás moviendo esta no es la solución. Para ello los habitantes de Eriloe utilizan las antorchas, tradicionalmente un palo o madera con un extremo envuelto en un trozo de paño empapado de brea o algún otro material inflamable. Cuando se prende fuego a este extremo las llamas dan la luz necesaria para ver en la oscuridad. Con el tiempo el paño es consumido del todo y es necesario agenciarse otra antorcha o aprovechar el mismo palo e incorporar una nueva tela empapada para, de nuevo, una vez encendida volver a ver.

Pero existe un cierto número de artesanos que desde tiempos pretéritos fabrican unas antorchas muy peculiares y que dan una gran iluminación respecto a las tradicionales.

En el extremo que normalmente se colocaría el paño, se impregna de las conchas de ciertos crustáceos y similares bioluminiscentes. Aparte se prepara un polvo especial, formado también en parte por conchas y por otros elementos que mantienen en el mayor de los secretos. De por sí, sin hacer nada más, la antorcha ilumina muy poco y no haría ningún favor a su portados. Es necesario espolvorear y fregar una pequeña cantidad del polvo en el extremo que tiene que iluminar. Y en pocos segundos empieza a encenderse iluminando como una antorcha de paño, quizás algo más, pero con una luz más nítida y clara.

Dependiendo de la calidad y cantidad de conchas impregnadas en la antorcha y del polvo, el radio que ilumina puede ser mucho más amplio y brillante. Que decir que a más calidad mucho más cara será el precio de venta. Y las más normales, dada su naturaleza, ya no son baratas de por sí.

Iluminará hasta que se consuma por la propia luminiscencia el polvo que se ha fregado en la antorcha. A más cantidad utilizada de una vez más tiempo dará luz. Por ello, si no se quiere malgastar polvo, lo inteligente es ir frotando cada cierto rato una pequeña cantidad. De esta manera no estaremos malgastándolo en demasía cuando ya no hiciera falta ver en oscuridad. Porqué cuando nos quedemos sin polvo será necesario comprar más si queremos seguir utilizándola.

Son los propios artesanos que recorren infinidad de cuevas para localizar los crustáceos que necesitan para fabricar estas antorchas, normalmente de la especie de los varghulas hildontea. Casi siempre, los de mejor calidad, los encuentran a bastante profundidad en simas donde la humedad que rezuma por las paredes es muy notoria. Se necesitan casi 5 quilos para poder crear una sola tea, y bastante tiempo para preparar los componentes para sustituir el paño y para el polvo.

Pero lo que realmente hace que la luz y el brillo sean espectaculares es que los artesanos fabricantes son además magos, o conocen sus secretos. Utilizan componentes mágicos que incorporan a las mezclas y que, cuando se ponen en contacto las dos partes esa magia es la que potencia mucho los efectos de la iluminación.