Número: 86. 4ª época. Año XXI ISSN: 1989-6289
Súbitamente aparece corriendo entre los matorrales un aguilucho de patas largas. Salta sobre ti y comienza a arañarte y picarte en el rostro. De reojo ves que media docena de sombras surgen chillando de la maleza en pos de su líder.
PD: 13. FUE 4/12. Alerta 14. Avistar 20. Esconderse 14. Sprint 12. Volar 20. Ataque pico 16. Ataque garras 12.
El picomalo es un rapaz diurno con una longitud superior al medio metro y el triple de envergadura. El cuerpo es de color marrón, pero el cuello y el pecho son blancuzcos. Posee unas características manchas claras en la zona inferior de las alas y la cola, únicamente visibles durante el vuelo. Su patas son largas y su pico grueso y de apariencia robusta. Desde los ojos hasta la mitad del pico, la piel facial es color oscuro. El pico en sí es color hueso y termina en forma de gancho.
El picomalo nunca vuela durante más de unos minutos seguidos, ya que es una rapaz perezosa a la que no le gusta esforzarse ni siquiera para buscar alimento. Ocupa las zonas costeras, sobre todo las cercanías de las colonias de aves marinas, focas y pingüinos. Se alimenta de huevos, polluelos de aves marinas, pescado e incluso crías de foca desatendidas. En tierra se mueve de forma sorprendentemente rápida para ser un pájaro.
Suele anidar en lugares en donde la vegetación no sea muy alta pero haya algunos árboles en los que pueda refugiarse volando en caso de peligro; sin embargo, lo más habitual es verlo escondido entre los matojos.
Las parejas anidan en solitario, lo más lejos que sea posible de los demás picomalos. El nido lo construyen en las ramas de árboles solitarios, a resguardo del viento. Se emparejan para toda la vida y suelen reconstruir el mismo nido cada año.
La nidada consiste en dos o tres huevos color canela con motas oscuras. Ambos progenitores colaboran en la incubación y en la defensa del nido. Lo habitual es que ataquen a todo aquél que se acerque al nido, ya que son extremadamente protectores de sus crías. Éstas son capaces de valerse por sí mismas en pocos meses, pero nunca abandonan el nido voluntariamente ya que la madre continúa alimentándolas aunque ya estén completamente desarrolladas. Sin embargo, cuando llega el siguiente período de cría expulsan violentamente a la anterior nidada, que a partir de ahora deberá buscarse su propio sustento. Estos jóvenes picomalos suelen unirse a otros, formando bandadas que se comportan de forma extraordinariamente agresiva, incluso entre ellos mismos. Estas bandadas nómadas suelen estar compuestos por una decena de individuos liderados por el más fuerte y agresivo de todos. También es posible encontrarles en grupos más numerosos, especialmente cuando se están alimentando; se sabe que en tales casos han llegado a reunirse más de un centenar y que son capaces de abatir incluso animales de gran tamaño. Cuando alcanzan la edad de reproducirse, en torno a su quinto o sexto año de vida, se emparejan y abandonan la bandada para establecerse en solitario, volviéndose sedentarios. Los picomalos suelen vivir unos veinte años.
El picomalo le teme a pocas cosas. Si está hambriento su primera respuesta será atacar a todo lo que se ponga a su alcance, y si no pueden vencer a su presa huirá volando. En gran número pueden llegar a ser bastante peligrosos, sobre todo para los niños pequeños. En la zona litoral de Entrovia se cree que los picomalos acechan las afueras de los poblados a la espera de que un niño quede desatendido. También se cuenta que algunas tribus costeras de ogros crían picomalos, aunque es improbable debido al carácter indómito de estas aves.