Número: 86. 4ª época. Año XXI ISSN: 1989-6289
Los perros génicos, también llamados perros de Curete o barghest, son una de las aberraciones creadas durante la guerra Génica por los genolores del imperio Curete. Se trata de un grotesco híbrido de ADN animal y humano. El musculoso cuerpo recuerda al de los caninos, pero carece por completo de pelo. La cabeza es ligeramente humanoide, con un rostro de dientes afilados. Los dedos están a medio camino entre la pata de un animal y los dedos prensiles, y son capaces de cierto grado de destreza manual (como por ejemplo, pulsar botones) y la cola, reminiscente de la de los roedores y extremadamente diestra, termina en un extraño apéndice articulado que les permite manipular objetos de forma tosca.
El objetivo de este blasfemo experimento era crear una bestia de guerra dotada de gran inteligencia y el instinto asesino de un depredador sediento de sangre. Y lo lograron.
Los informes conservados desde la época de la guerra Génica afirman que los perros génicos se agrupan en manadas de entre cuatro y doce individuos, lideradas por el más astuto de todos ellos. Estos grupos se rigen por la ley del más fuerte y, cuando uno de sus miembros es gravemente herido o muestra debilidad, a menudo es cruelmente devorado por los demás. Contradictoriamente, los etólogos suelen presentarlos como criaturas taimadas y crueles que devoran vivas a sus presas y que no merecen otra cosa que ser exterminados, al tiempo que insisten en que se trata de meros animales. Pero los informes, sobre todo en épocas de conflicto y cuando hablan del enemigo, pueden ser propaganda de guerra…
Los perros génicos son capaces de un razonamiento lo suficientemente complejo como para ser considerados, casi, casi, una especie inteligente. A pesar de que originalmente fueron creados por los genolores para matar sin sentir dudas, piedad o remordimientos, lo cierto es que su carácter y modo de actuar dependen de cómo sean educados. Si bien es cierto que su capacidad intelectual es muy limitada en comparación con el razonamiento complejo propio de las especies inteligentes, si se les enseña desde pequeños son capaces de llegar a aprender los rudimentos de un idioma (nunca más allá de su puntuación de Inteligencia), o incluso a emplear herramientas tecnológicas simples (siempre que su configuración corporal no se lo impida).
Considerados aberraciones genéticas de la peor clase y a pesar de que la RFP trató de exterminarlos por todos los medios a su alcance, tras la guerra algunos perros génicos lograron sobrevivir y escapar. Sus descendientes sobreviven hoy en las zonas más remotas de planetas que fueron devastados durante la guerra. Se rumorea que en algunos lugares han llegado incluso a crear los cimientos de sus propias sociedades primitivas, casi siempre de tipo tribal. Unos pocos de estos cubiles comercian con elementos al margen de la ley, ofreciéndoles sus servicios a cambio de comida, transporte, tecnología y protección. Por supuesto, transportar, ocultar o ayudar de cualquier forma a un perro génico está terminantemente prohibido y constituye un delito gravísimo. De hecho, en algunos planetas del brazo Curete se ofrece una recompensa de 500 estándares por cada cadáver de perro génico que se entregue a las autoridades. Hay gente que incluso se gana la vida con este negocio.
Cola prensil: la cola de los perros génicos es extraordinariamente diestra, capaz de manipular objetos de forma rudimentaria, pulsar botones, etc.
Memoria: los perros génicos son capaces de recordar cosas y son bastante rencorosos si son maltratados o traicionados.
Olfato agudo: los perros génicos pueden rastrear a sus presas por el olfato empleando su habilidad de Observación.
Parlante: si son enseñados desde que son pequeños, los perros génicos pueden aprender a comunicarse rudimentariamente en un idioma (máximo igual a su característica de INTeligencia).
Desconfiados: siglos de persecución han hecho que los perros génicos desconfíen de aquellos a quienes no conocen, por lo que las TA de reacción están penalizadas con un +1GD.
Nota: La imagen que inspiró este artículo puede encontrarse en el blog de David Light [ver página].