Número: 56. 4ª época. Año XXI ISSN: 1989-6289
Nota: todo lo que viene a continuación es información extraída del libro Los Telmitas: secretos desvelados (3.412 dV.), de la periodista Vanesa Echegaray.
La Sociedad Telmita, también conocidos simplemente como los telmitas, es una de las religiones más secretistas de la galaxia. Este pequeño culto no pasaría de ser una mera curiosidad sin mayor relevancia si no fuera porque la mayoría de sus miembros son personas extremadamente influyentes en los círculos empresariales, políticos y académicos de la R.F.P., con lo que la influencia que son capaces de ejercer es considerable.
La Sociedad Telmita fue fundada en el año 2.732 dV. por dos miembros de la Cofradía Escarlata, la más elitista de las fraternidades estudiantiles de la Universidad de Vettera. Los dos estudiantes, ambos humanos y de buena familia, se llamaban respectivamente Telma Smitz (principal ideóloga que luego daría nombre al grupo) y Eral Gasón. Ambos estaban desencantados con el ambiente frívolo y la falsa camaradería que se respiraba dentro de su hermandad estudiantil.
Durante un cursillo de verano de la Universidad, los jóvenes entraron en contacto con las ideas radicales de Jacques Mycroft, profesor de la asignatura de Teología Exótica de la Facultad de Filosofía. Dentro del mundillo académico vetterano, el profesor Mycroft tenía fama ser un defensor de teorías revolucionarias, por no decir que incluso extravagantes. Tras ese seminario de verano y con el asesoramiento de Mycroft, fue donde Smitz y Gasón abandonaron su cofradía y comenzaron a gestar las ideas que pronto reciclarían en un dogma que integraba el misticismo ascético con el materialismo económico más descarnado, así como con una visión elitista de la sociedad republicana.
El primer grupo de telmitas se formó a lo largo del curso siguiente en el seno de la facultad de Ciencias Galactopolíticas y, desde entonces y hasta ahora, los telmitas han estado ineludiblemente vinculados a la Universidad de Vettera. Al principio, la sociedad solamente admitió miembros humanos hasta el año 2.992 dV., fecha en que, repentinamente, se abrió a los miembros de otras especies por aún motivos desconocidos.
En realidad nadie sabe a ciencia cierta a qué actividades se dedican los telmitas tras abandonar la universidad. Aparentemente solamente se trata de hombres de negocios y profesionales liberales de lo más vulgar, aunque casi todos ellos con un gran éxito en su carrera profesional. Frecuentemente han sido catalogados como un culto místico o movimiento religioso porque fue en esa categoría asociativa en donde ellos se inscribieron en el Registro de Asociaciones de la Universidad de Vettera, aunque está claro que esto es probablemente no es nada más que una cuestión de pura conveniencia. Sin embargo, no se les conocen auténticas prácticas religiosas aunque sí se sabe que realizan ceremonias secretas a las que solamente los iniciados pueden participar.
Es precisamente el aura de secretismo y elitismo que la rodea lo que le ha acarreado la mala reputación que persigue a la Sociedad. Sus detractores afirman que realizan tenebrosos rituales orgiásticos, así como que encubren los delitos cometidos por los demás miembros de la Sociedad. En la Universidad de Vettera, los telmitas están bastante mal vistos por la mayoría de los demás estudiantes, quienes les consideran una versión incluso más clasista, secretista y exclusivista que las habituales fraternidades estudiantiles (pese a que muchos de ellos harían lo que fuese por poder ser miembros). Los telmitas se defienden afirmando que no son nada más que un club de debate filosófico con exigentes criterios de admisión.
A pesar de las acusaciones de secretismo, en realidad es posible saber quiénes pertenecen actualmente a la Sociedad Telmita. Hasta hace apenas tres décadas, a través del Canal Estudiantil de Holovisión de la Universidad se anunciaban públicamente los nombres de los nuevos miembros de esta organización, que más que secreta era discreta. Sin embargo, esta costumbre de filtrar voluntariamente los nombres a los medios fue abandonada tras la algarada universitaria del año 3.438 dV., ya que la sede de la Sociedad dentro de la Universidad (un edificio llamado "La Mansión") fue asaltada y saqueada por un grupo de estudiantes sublevados. Algunos de los telmitas reconocidos fueron retenidos en contra de su voluntad y juzgados por el delito de "Clasismo manifiesto e insufrible arrogancia" por un tribunal formado por otros estudiantes. Desde entonces se ha interrumpido la costumbre de "revelar" al público la identidad de los nuevos telmitas. Sin embargo, la práctica de "destapar" los nombres de los telmitas ha sido asumida desde hace unos años por un tabloide solnudista del campus conocido como Noticias desde el Sol. Aunque no siempre resulta posible adivinar la identidad de todos los integrantes, los responsables de Noticias desde el Sol se esfuerzan por destapar las actividades de éste y de otros grupos de la Universidad cuya ideología se opone a la suya propia.
Resumiendo, mientras que los nombres de los actuales miembros de la Sociedad y las actividades que estos llevan a cabo no son oficialmente divulgados, de hecho es de dominio público quiénes son al menos parte de sus integrantes.
La sociedad recluta a sus nuevos aspirantes entre los alumnos que se encuentran en el año previo al de su graduación. Tradicionalmente, los telmitas captan a los suyos entre los "números uno" de cada promoción pertenecientes a las carreras más "prestigiosas" del campus: Derecho, Económicas, Empresariales, Ciencias Galactopolíticas, etc., así como entre los mejores jugadores de pel·les de la Universidad y los más destacados miembros del, casi legendario, Departamento de Cartografía Galáctica de la Universidad.
Muchas figuras influyentes de la historia de la R.F.P. han formado parte de la Sociedad Telmita, y también existen familias influyentes que han tenido en ella a múltiples miembros a través de sucesivas generaciones. Los telmitas cuentan entre sus filas al menos a tres presidentes de la República así como a banqueros, militares, magnates de los medios de comunicación, jueces de los más altos tribunales federales y, por supuesto, hombres de negocios y destacados senadores de toda la R.F.P.
Según un reportaje emitido recientemente por "20 horas con...", la composición de la Sociedad Telmita es muy variada. Se calcula que un tercio de sus miembros pertenece al mundo de la política y el resto al de las finanzas, la judicatura federal, los medios de comunicación, el comercio y la industria, con una pequeña minoría de militares (la pertenencia a este tipo de grupúsculos semisecretos no está bien vista entre los jerarcas militares republicanos). Algunos telmitas reconocidos o personajes públicos sospechosos de serlo son:
Los estudiantes telmitas se reúnen en "La Mansión". Se trata de un pequeño edificio situado en una de las zonas más caras y exclusivas del barrio universitario en Vettera. En La Mansión se dispone de unas veinte habitaciones para los estudiantes (aunque normalmente ninguno de ellos vive allí), sala de reuniones, un pequeño auditorio, gimnasio, sauna, cocina, salón de banquetes, sala de estar, habitación del pánico, caja fuerte, etc. Solamente los telmitas y los robots de mantenimiento están autorizados para entrar en el edificio y, desde los disturbios de hace unas décadas, las medidas de seguridad del edificio se han vuelto más rigurosas, incluyendo al menos a dos robots de seguridad, aunque podrían ser más.
Se dice que en La Mansión todos los relojes están adelantados exactamente una hora para recordar a los miembros que tienen la obligación de ir por delante de los demás. Además, existe una leyenda urbana que asegura que cuando los estudiantes irrumpieron en La Mansión hace tres décadas, descubrieron que los telmitas guardaban una urna blindada que contenía los restos de uno de los últimos líderes aolha, robados de su tumba y al parecer sustituidos por un duplicado. La veracidad de esta aseveración nunca ha podido ser contrastada.
En su libro, Vanesa Echegaray asegura que durante su primer año en la Sociedad, todos los miembros de la misma se reúnen varias veces por semana para llevar a cabo debates y exámenes del rendimiento académico de los demás, probándose continuamente unos a otros para llevarse mutuamente hasta el límite. El objetivo de estos encuentros es crear un vínculo duradero entre ellos una vez hayan dejado la universidad, en lugar de que su relación solamente perdure durante su permanencia. Al parecer, los miembros también pasan bastante tiempo debatiendo acerca de temas de la actualidad política y económica galáctica. La periodista también afirma que, cada noche, cenan todos juntos usando una lujosísima vajilla de platino que perteneció a la antigua familia real vetterana.
Desde el 2.873 dV., los telmitas han venido usando como símbolo una especie de T blanca y azul (colores oficiales de la Sociedad), con el número 1890 debajo.
El número 1890 es algo así como la "cifra clave" del grupo. Por motivos desconocidos para los no iniciados, el 1890 es considerado por los telmitas el "número perfecto" que abarca en sí mismo cualquier otro número. De hecho, la Sociedad Telmita está formada por, exactamente, 1890 miembros, un número que permanece constante en todo momento. Cuando un telmita fallece, los "compañeros" (ver más abajo) reciben el encargo de buscar un nuevo "aprendiz" que lo reemplace cuanto antes.
El polémico libro de Echegaray asegura que los nuevos miembros reciben nuevos nombres secretos, que solamente usan durante los rituales secretos del grupo y en presencia de otros telmitas. También asegura que se llaman a sí mismos "devotos", y que simultáneamente llaman a todos los demás "profanos". También asegura que los telmitas recién captados reciben el grado de "aprendiz", mientras que los que están en su último año de universidad son llamados "compañeros", y los que ya se han graduado (la aplastante mayoría de la Sociedad) reciben el título de "maestros".
Una de las principales responsabilidades de los compañeros consiste en seleccionar a los aprendices del año siguiente que deberán reemplazar a los maestros fallecidos durante ese año. Este proceso es denominado la "captación", y se trata de una simple invitación abierta a los candidatos para unirse al grupo. A partir de ese punto y hasta el día de su graduación en la universidad, los miembros captados se citan en La Mansión todas las tardes, para debatir entre ellos y recibir adoctrinamiento en los misterios de la Sociedad de manos de los miembros más experimentados. En ocasiones, reciben la visita de algún maestro de la Sociedad que les instruye en materias prácticas.
Pero todo lo aquí anotado se refiere únicamente a los miembros de la Sociedad Telmita de la Universidad de Vettera, los aprendices y compañeros. Las actividades y objetivos de los maestros telmitas una vez que han abandonado la Universidad continúan siendo un completo misterio para la opinión pública.
La estación espacial Van Root es un satélite de propiedad privada perteneciente a la Sociedad Telmita, el cual gira en torno a Vettera en una órbita estable desde hace más de quinientos años. Este lugar es mantenido como club social y sede de los telmitas que ya han dejado atrás la universidad. Entre las instalaciones del satélite se encuentran habitaciones para todos los miembros (sí, para los 1890), una pequeña pista de pel·les, numerosas dársenas de atraque para naves privadas y un gran anfiteatro. El satélite Van Root sirve como lugar de reposo y reunión para los maestros telmitas, y es el lugar que se emplea para celebrar las reuniones de la sociedad, que se celebran, nada sorpresivamente, cada 1890 días.
Oficialmente, el Satélite Van Root es una propiedad privada gestionada por el Club Social del Satélite Van Root. En la práctica, este club solo está formado por telmitas y no admiten a nadie que no lo sea. Según los datos recopilados por la investigadora Vanesa Echegaray, aunque hasta hace cien años el satélite era un sofisticado lugar de descanso. Muchos de los actuales telmitas (del momento de publicación de su libro, hace ya varias décadas) consideraban que el antes lujoso satélite era un pedazo de chatarra orbital que, el día menos pensado, se abatirá sobre Vettera. De eso hace ya varias décadas y el satélite sigue permaneciendo en uso, suspendido en el cielo e invisible por las luces del planeta-ciudad. Al parecer está en tan malas condiciones que es posible que los telmitas estén planteándose cambiar su cuartel general, posiblemente a alguna luna deshabitada en algún sistema solar cercano a Vettera.
A través de los años, se ha arraigado la creencia de que los telmitas han participado en todo tipo de actividades ilegales, y han surgido todo tipo de especulaciones en torno a la orden como son: su intervención en la guerra Sheller, el tráfico de influencias en el Senado de la República, los ritos orgiásticos que llevan a cabo sus miembros, los tratos con las mafias vetteranas o que están en posesión de los restos óseos de uno de los últimos líderes aolha, entre otras historias de terror. Una de las que más ha perdurado en el campus de Vettera es la de que los miembros que intentan abandonar la Sociedad suelen morir en extrañas circunstancias.