Número: 204. 4ª época. Año XXI ISSN: 1989-6289
En Cunia existe una gran tradición de billar. Es una actividad practicada como puro ocio o (menos habitual, pero más lucrativo) en los circuitos de apuestas. Tanto es así que en Cunia existe un torneo que hace unos siete años ha conseguido el estatus de oficialidad y que en la actualidad compite con el resto de torneos que se juegan en todo el mundo y en particular, en las Islas Británicas.
Es conocido como el Masters de Cunia y se juega en los lujosos hoteles que hay en la costa. El torneo dura unas tres semanas y por lo general atrae a jugadores que están empezando a despuntar o que se encuentran en una posición media en el ránking mundial. A pesar de que los organizadores esperan que en algún momento que algún peso pesado se anime a participar pero hasta la fecha no ha sido el caso.
Las reglas son sencillas: se sigue el reglamento del snooker y se juegan partidas que se deciden al mejor de nueve. Todos los jugadores juegan el mismo día, salvo los cuartos y las semifinales que se juegan en días diferentes. Éstas últimas, junto con la final, se juegan al mejor de quince partidas.
A pesar de los intentos por establecer una cantera, todos los vencedores han sido extranjeros. El actual «canterano» cuniense es Alfonso Shennigan, que actualmente se encuentra en el puesto 48º del ranking.
El vencedor del torneo se lleva la copa de Cunia (hecha en plata) y un premio de 20000 euros. En las tres semanas que dura (enero) se produce un gran movimiento de apuestas lo que ayuda a que el torneo gane en interés por los beneficios económicos que se pueden ganar.
Por supuesto, esto también ha provocado más de un conflicto debido al dinero en movimiento: sobornos, amaños, consumos de drogas para mejorar rendimiento (o reducirlo). El más sonado se produjo en 2019 con un intento de secuestro de Mike Smith, el campeón gibraltareño, que fue evitado gracias a la policía cuniense.