Número: 164. 4ª época. Año XXI ISSN: 1989-6289
El gel forense es una sustancia de color azulado que se endurece en contacto con el aire creando una cobertura aislante con el exterior. La sustancia, una molécula de diseño, tiene muchos usos y, en especial, el uso forense para preservar pruebas sobre cadáveres en crímenes, de ahí su nombre.
La sustancia es fría al tacto y una vez colocada sobre una superficie se autonivela alrededor de la misma creando una capa de 3 milímetros de espesor. Da igual como sea la superficie, incluso su posición, el gel forense se irá moviendo hasta cubrir todo lo que pueda con ese espesor de 3 milímetros. Durante el proceso se puede añadir más gel para que este abarque una zona mayor y, en teoría, no hay límite a la superficie que se puede cubrir (salvo el precio, no es un producto barato).
Cuando el gel se detiene, un minuto después, adquirirá cierta consistencia y un tono transparente. A algunas personas les recuerda el tacto de las golosinas infantiles más duras. Puede ceder a la presión, pero recupera su forma después de dejar de presionar. Un cuchillo afilado o un bisturí pueden cortar el gel endurecido, pero el corte será muy evidente porque la zona expuesta se vuelve negra; es difícil ser discreto, incluso con una aguja hipodérmica.
El gel también impide el paso de gran parte de las ondas de luz (solo deja pasar el espectro visible), lo que cegará a la mayoría de los sensores. Sin embargo, una corriente eléctrica a una frecuencia concreta (depende del lote y el fabricante) hará que el gel desaparezca de forma inocua (como vapor de agua).
El principal uso del gel forense es preservar pruebas: la mano de un fallecido, un modium abandonado en la escena del crimen, una huella dactilar. Cualquier cosa queda preservada dentro del gel y puede ser analizada más tarde en las condiciones controladas de un laboratorio. En muchos planetas de la RFP es el procedimiento policial habitual en la escena del crimen. En el antiguo Imperio de Oeon, que según ellos tenían pocos crímenes, preservaban los cadáveres completos de esta forma y luego los analizaban en los laboratorios.
Además de este uso evidente, algunos contrabandistas lo utilizan para cegar las mirillas de los contenedores. Permitirá ver lo que hay dentro, pero no analizarlo. No todos los agentes de aduana son muy sistemáticos y se contentan con acercar un sensor al contenedor, si este no detecta nada anómalo ni se molestan en abrirlo.
Hay caso documentados del uso del gel para tapar brechas en cámaras de seguridad de laboratorios que ha impedido que determinadas sustancias víricas salgan de laboratorios. También se usa para sellar trajes espaciales en caso de emergencia y de no tener a mano un sellador de trajes más adecuado.
No es un producto barato. Un bote cuesta 25 estándar y con el podrías cubrir un cuarto de metro cuadrado de superficie. Para que os hagáis una idea, un humano normal tiene unos 2 metros cuadrados de piel, se necesitarían ocho botes para cubrirlo por completo, unos 200 estándar.
Aunque hay muchos fabricantes en la RFP y en Oeon, la patente parece pertenecer a una pequeña empresa llamada Ubinsoc, y aunque ha cobrado grandes sumas por su invento, se ha gastado otra igual de grande en pleitos fallidos contra corporaciones que han copiado su molécula.