Número: 159. 4ª época. Año XXI ISSN: 1989-6289
Los faroles aioll son, desde hace unos años, una visión muy habitual en bases espaciales e instalaciones de la Unión Pangaláctica. El nombre de faroles ha sido una traducción interesada por parte de sus creadores. En lengua Aioll en realidad lo más cercano es “luciérnagas” o “luces vivientes”.
Los faroles son unos insectos arácnidos cuyos cuerpos han sido modificados para generar una potente luz azulada. Estos animales en libertad tienen la capacidad de generar una tenue luz para atraer presas y para atraer machos en la época del apareamiento. Los Aioll lo que han hecho ha sido potenciarlo al máximo para obtener una luz intensa y contínua.
Un farol por sí solo no ilumina en exceso. Su tamaño es similar a un puño Aioll cerrado. Para iluminar una zona se han de reunir en pequeñas colmenas estáticas que van desde una docena para un cubículo espacial hasta a los cientos de miles el los nódulos de conexión de los espaciopuertos.
La luz que emite este animal depende de lo bien alimentado que esté. Para tal fin, es necesario liberar en el aire con un aerosol unos ácaros que pueden filtrar con sus bocas. Podemos pensar en el plancton y las ballenas, como símil cercano. Esto tiene dos consecuencias: el arácnido no siente la necesidad de desplazarse demasiado para irse de caza y por otra, las zonas con faroles aioll están saturadas en muchas ocasiones por un “polvo” en suspensión inocuo pero molesto.
Como dato interesante, los arácnidos primigenios eran venenosos. Los Aioll han eliminado ese veneno para mayor seguridad (nadie quiere que uno de estos animales se pasee por la estancia y le de por darle un amable mordisco a quien esté por allí). Sin embargo, se rumorea que las redes espías utilizan animales sin modificar para llevar a cabo asesinatos discretos.
Un farol aioll es útil e inocuo, si bien no todo el mundo tolera que haya arañas merodeando por la pared y el techo de la habitación. Si se utiliza como arma, hay que saber que es un veneno de tipo II, sofocante, que provoca daño tipo II.