Número: 147. 4ª época. Año XXI ISSN: 1989-6289
La taba es el hueso de la rodilla de algunos animales. En la actualidad se obtiene de las ovejas, pero en la época de Pangea se obtenía de varios animales y, por tanto, su tamaño variaba desde el tamaño de medio dedo al tamaño de un puño. Los hay más grandes, pero no tienen mucha utilidad y, generalmente, los pangeanos no los utilizan, salvo como decoraciones pintadas o talladas.
El hueso de la taba se extrae después de cocer los alimentos, una vez que el calor ha desprendido toda la carne y se deja secar al sol varios días hasta que cualquier resto orgánico está suficientemente seco para desprenderse. En algunas zonas blanquean el hueso sumergiéndolo de nuevo en agua y guardándolo en algún lugar cálido, pero no directamente al sol. Van cambiando el agua con regularidad (huele bastante mal) hasta que el hueso se queda blanco.
La importancia de la taba en las culturas de Pangea es que se utiliza para varios entretenimientos, dependiendo de la edad. Para ello se aprovecha de que la taba tiene cuatro caras (dos anchas y dos estrechas) [Nota: en realidad tiene seis, pero los extremos superior e inferior están redondeados y la taba nunca termina apoyados sobre ellos]:
Los niños de los grakines reúnen varias tabas en el suelo. Una de ellas es blanca o distinguible de las otras. El juego consiste en lanzar la taba diferente al aire y mientras está en el aire coger el máximo número posible de las tabas que están en el suelo de una en una y luego coger la arrojada al aire antes de que toque el suelo. Hay diferentes variantes, a ver quién coge más, a ver quién las coge más deprisa (compiten uno contra otro) o a ver quién lanza menos veces la taba para cogerlas todas. Si la taba arrojada se cae al suelo o bien pierdes o bien debes volver a empezar (dependiendo del tipo de competición). Es un juego de habilidad.
Los jugadores, mínimo cuatro, se sientan en corro y cada jugador va arrojando la taba al centro por turnos y en función del resultado van sucediendo una serie de cosas:
Todos lanzan la taba cuando llega su turno, incluyendo al guerrero y al jefe del grakin. Se puede dar el caso de que un guerrero se tenga que golpear a sí mismo o que tenga que golpear al jefe del grakin.
Este juego no reviste mucha habilidad, pero si cierta resistencia al dolor.
Se trazarán dos rayas en el suelo a unas tres varas o pasos de distancia. El lanzador (llamado cazador) se colocará detrás de una línea, elegirá a un rival (llamado presa) antes de lanzar la taba y la arrojará; debe caer tras la segunda línea para considerarse un lanzamiento válido. En función del resultado cada uno de los jugadores cogerá una piedra (llamadas piezas) de un montón (o rebaño) preparado antes de la partida.
La partida termina cuando se acaba el rebaño y gana aquel que tiene más piezas, más piedras. Las partidas de tabas adultas son, en realidad, un juego de azar y como tales suelen incluir algunas apuestas.
La elección del primer cazador, la primera persona que empieza a lanzar y tiene más posibilidades de obtener piezas desde el principio, no es un tema sencillo. Las reglas de cortesía estipulan que el extranjero, si lo hay, empiece primero, pero tampoco es raro que cada jugador lance varias tabas y sea el primer lanzador quién consiga la tirada más alta (culo gana a frente, este a valle y este a cumbre).