Número: 117. 4ª época. Año XXI ISSN: 1989-6289
Los representantes del Concejo de Guadalajara acuden a Madrid para participar en el acto protocolario de legitimación de José I como rey de España.
Debido a que la interferencia de la iglesia católica española en el conflicto, José I firma decretos regulando la supresión y reordenamiento de las órdenes religiosas.
Desde el 21 de diciembre de 1808 el ejército francés inician el II Sito de Zaragoza. La ciudad tiene una importancia estratégica, no solo en lo que respecta a comunicaciones sino en lo que en lo moral, ya que su resistencia y victoria durante el primer asedio se convirtió en un símbolo de lucha contra los invasores franceses. En esta ocasión el ejército francés al mando del mariscal Lannes al mando de más 37000 hombres se encontró con una ciudad mejor preparada. El bando español, al mando de Palafox, pero en esta ocasión más de 300000 soldados, a los que hay que sumar los voluntarios civiles, mejores posiciones defensivas, más armamento y un buen aprovisionamiento, con la cosecha recién recolectada.
El 21 de diciembre comenzaron los ataques de manera simultánea sobre diversos puntos de la ciudad pero fueron retenidos. En los días siguientes los franceses empezaron obras de ingeniería construyendo puentes suplementarios y avanzando mediante trincheras paralelas sobre las defensas de la ciudad. Los ataques y contraataques se convirtieron en una constante. El 15 de enero caía el reducto del Pilar, último de los fortines extramuros del perímetro español. Los franceses empezaron a instalar baterías desde esas posiciones y el día 28 lanzaron un ataque general en los que se combatía casa por casa.
Los defensores empezaron a tener falta de víveres y las higiénicas propiciaron una epidemia de tifus. Palafox enfermó gravemente y fue sustituido por Saint-Marq. Este, en connivencia con la Junta de Defensa, decidió rendir la ciudad, incapaz ya de seguir luchando. Zaragoza quedó prácticamente destruida y solo 12000 civiles sobrevivieron al asedio (el 20% de la población)
Tras la derrota de Molíns del Rei, el general español Réding, con 10000 hombres, se encuentra en Tarragona, y el general Castro, con 15000 hombres en Olesa. El general Saint-Cyr marcha con 18.000 franceses hacia Igualada forzando a Castro a retirarse a Cervera y cortando la retirada a Réding en Valls de madrugada. Los españoles son atacados por cargas de caballería y bayoneta francesas. El propio Réding es acorralado debiendo luchar a sable por su vida, resultando herido, falleciendo en abril por las lesiones sufridas Los españoles sufren 3.000 bajas y pierden la artillería. Después de esta victoria los franceses ocuparán Reus y sitiarán Tarragona.