Número: 114. 4ª época. Año XXI ISSN: 1989-6289
Ipalw dijo que cuando pierdes el Camino lo mejor es volver al principio. Eso intento, pero es difícil porque los fantasmas de los que estuvieron acallan con sus gritos mis lamentos. Soy Dameral y emprendí la misión de liberar a los esclavos del yugo iroiendi, pero estamos perdiendo, estamos perdiendo por mucho.
Me digo que es mejor morir que vivir esclavizado, pero cuando tantas vidas se han perdido me pregunto si es un axioma válido. No nos enfrentamos a un rival para el que la vida de los demás tenga algún valor; no es que la menosprecien, eso significaría que saben que está ahí, sino que la ignoran completamente. Cuando viajé al espacio Alfeiron pensaba que los iroiendi mantenían esclavizadas a las poblaciones y que una llama de esperanza bastaría para que rompieran el yugo. Los iroiendi no practican la esclavitud. Ellos han deformado la percepción misma de la realidad, han manipulado a esta gente durante cientos de años, generación tras generación. "Esclavitud" es una palabra demasiado sencilla para explicar lo que ha hecho esta gente.
He visto a la gente de Marifrei defender que su mundo era plano, incluso me han enseñado fotografías de sus ingenios aéreos que lo demuestran; he visto argumentar a los de Maralay que un dios ha creado su planeta como algo único en el espacio; he visto a padres matar a sus hijos a las órdenes de una máquina en Ramsus III; he visto a hijos dejar morir a sus padres en Ballara; he visto a generaciones sacrificadas por sacar material radiactivo con sus manos desnudas en Sarped.
No es esclavitud, es una especie de no-vida contra la que es difícil luchar. Los iroiendi son los responsables. Sus experimentos a escala planetaria son incomprensibles, inadmisibles para cualquier pensador racional. En Llerar 4 nos arrojaron bombas que explotaban a unos metros del duelo y cubrían una extensión de kilómetros con un techo de fuego durante minutos. Las víctimas morían abrasadas. Pero he visto lanzar esas mismas bombas en ramilletes de tres para formar un triángulo equilátero. Aquellos que no morían quemados, morían asfixiados a chupar todo el aire el vórtice que se formaba en el centro. He visto robots del tamaño de un pulgar programados para volar y alcanzar un objetivo; y robots que explotan al derribarlos. Pero lo peor de todos es cuando mandan a los propios habitantes del planeta a luchar contra sus libertadores. ¿Cómo enfrentarte a alguien que sabes que ha sido engañado durante generaciones? ¿Cómo enfrentarte a tu hermano?
Ipalw Izkai nos enseña que la ira queda fuera del Camino, pero, en verdad, estoy disgustado. Enfadado conmigo por las muertes que me han acompañado, por las que no he podido evitar. Si mi Camino va a estar lleno de cadáveres, prefiero elegir yo a los muertos. He decidido cambiar de estrategia; he decidido que no voy a presentar más una batalla frontal contra un enemigo que se escuda tras lo que intento salvar. Los iroiendi deben aprender una lección y de hoy en un año, uno de los iroiendi, morirá.
Ipalw, ¿podrás perdonarme?
Los nombres de los planetas y sistemas estelares han sido modificados para proteger a sus habitantes.