Número: 114. 4ª época. Año XXI ISSN: 1989-6289
Me gusta jugar a rol. Creo que es una de esas aficiones que no me canso de practicar. Tengo otros vicios (los wargames, las miniaturas) e, incluso, algunos no relacionados con los juegos como el fútbol americano (el auténtico fútbol, añado), la literatura o la astrofísica, pero creo que las partidas de rol siempre me gustan. No soy un buen jugador de rol (ni un DJ bueno aunque todo el mundo se empeñe siempre en que le haga partidas); no soy narrativo y aunque me gusta darle personalidad a mis personajes, soy incapaz de mantener un acento toda una partida o una pose sobreactuada. Al revés, soy el primero que suelta un chascarrillo y le fastidia al narrador todo el ambiente, pero me gusta jugar. Creo que es por la parte imaginativa del rol, por la historia que se cuenta y en la que participas. Es como leer un buen libro en el que te identificas tanto con el personaje que es como si lo vivieras.
Tengo actividades de juegos todos los fines de semana hasta mediados de enero del año que viene. No ha sido algo organizado, ha surgido así. Un amigo te llama y te dice: "¿Tienes el día tal libre para probar tal juego?" y, al final, vas añadiendo, vas añadiendo y llenas la agenda. La sensación que tengo en este momento es que estoy a punto de entrar en una biblioteca, con un montón de libros esperando para leerlos, una chimenea encendida en un rincón y algunos dulces de la época a mano.
¡Feliz lectura!