A raíz de una reciente conversación sobre violencia en los juegos de rol, he empezado a pensar que existe una confusión en nuestra afición y aledaños sobre lo que es violencia, en especial en relación a lo que entendemos como «productos para adultos».
La confusión consiste en entender que la violencia hace más «maduro» un material y que la peor a la que podemos someter a alguien es aquella que se ejerce con la fuerza. Estoy seguro de que son mayoría quienes entienden que esto es efectivamente, una confusión, y sin embargo son mayoría los productos culturales, rol incluido, que tienden a caer en ella.
Quizás porque deseché en su momento la absurda idea de que el servicio militar me haría «un hombre» y opté por atender a enfermos terminales marginados en el servicio sustitutorio, sé que ni la violencia de los golpes es la única, ni es menos terrible recibir una paliza que perder el trabajo y el apoyo familiar por el estigma de una enfermedad. De hecho, estoy convencido de que lo segundo es peor.
¿Qué tiene esto que ver con Indalo, el juego de rol de posthumanos? Sin duda, las escenas de combate y acción de tintes épicos son las más representatvas del género de superhéroes. Por supuesto, el nuestro no sería un juego de cómics de superhéroes si no respetase esto y no incluyesen sus reglas procedimientos que ayuden a representarlo.
Sin embargo, Indalo no va a ser un cómic colorista que busque el impacto de la acción directa como única vía de emoción. La épica de sus personajes se construirá no solo con sus grandes hazañas sino con sus grandes sufrimientos y con la maldad del mundo que les rodea. Circunstancias, en definitiva más complejas de enfrentar que un sencillo, en ocasiones hasta pueril, intercambio de puñetazos o rayos.
No es, por supuesto, una idea nueva. Superhéroes que todos conocemos han sido privados de recursos económicos, arruinada su reputación, juzgados por delitos, anestesiados en un psiquiátrico, repudiados por un gobierno o por el público, víctimas de una terrible enfermedad o de un veneno inhabilitante. Estos temas han sido magníficamente explorados en cómics de superhéroes bien conocidos, desde el destrozo vital que Kingpin le hace a Daredevil en «Born again» hasta el problema principal de Ant Man en las películas de MCU que no es ningún superenemigo: es su condición de presidiario con la condicional.
Para sobreponerse a estos calvarios, los héroes han tenido que pasar por mucho más que el enfrentamiento directo. Actos de redención, aceptación y/o inteligencia que en términos de juego pueden merecer varias sesiones, serán necesarios para vuestras aventuras en el mundo de Indalo. Para ello, estamos dotando al juego de toda una mochila de oportunidades en forma de mecánicas y consejos de dirección pensados para que en vuestras partidas el enfrentamiento físico no tenga por qué ser la más temible fuente de dolor, desesperación u obstáculos para los héroes.
Imagen: Leo Leung