Número: 232. 4ª época. Año XXI ISSN: 1989-6289
Ya comentábamos cuando hablamos del Maus (12363 ) que dos compañías compitieron por construir un carro superpesado para el ejército alemán: la casa Porsche, que acabaría haciendo el Maus, y la casa Krupp que diseñaría lo que se conoció como el E100, objeto de este artículo.
El diseño de Krupp se inició en la torreta (que acabaría compartiendo con el Maus) y su objetivo era hacer el vehículo lo más ligero posible (sin perder prestaciones de armamento y blindaje) y aprovechar al máximo otros elementos que ya estuvieran en fabricación, en este caso del Tiger. El resultado fue un carro de combate conocido como Tiger-Maus que pesaba unas 130 toneladas (40 menos que el Maus) y utilizaba un cañón de 150 mm, con un cañón de 75mm como arma coaxial. Sin embargo, las pruebas demostraron que la torreta era demasiado grande y pesada para un chasis tan ligero (que, en esencia, era el del Tiger).
El ejército alemán se decantó por el diseño de Porsche del Maus y Krupp detuvo toda investigación de carro de su carro de combate superpesado. Sin embargo, de forma extraoficial, un responsable de la oficina de desarrollo de carros de combate alemana le hizo llegar a la empresa Adler lo que tenían hasta ese momento del Tiger-Maus. Era la primavera de 1943 y la empresa Adler empezó a desarrollar un vehículo empezando donde lo había dejado Krupp. A ese vehículo se le denominó E100 (la E procede Entwicklung, en desarrollo). La falta de apoyo oficial y recursos hizo que el proyecto avanzara muy despacio. Uno de los añadidos más interesante fue el diseño de unas orugas separables del chasis. De esta forma, el carro reducía su ancho y facilitaba su transporte en los vagones de tren estandarizados.
Un año después de empezado el proyecto, Krupp se enteró de que se lo habían robado y, claro, no le hizo mucha gracia. Adler no había avanzado mucho. Había trabajado principalmente en el chasis, pero le quedaba el espinoso tema de la torreta superpesada. Para calmar la justificada ira de Krupp, le propusieron que se encargara él de la torreta del E100, contrato que le vino al pelo porque ya estaba desarrollando la torreta para el Maus II y ambas serían la misma. Esta nueva torreta era más ligera que la precedente y solucionaba bastantes problemas.
A principios de 1945, Adler puso a tres operarios a tiempo completo a preparar chasis del E100 y aunque era una cantidad insuficiente, casi se acabaron algunos chasis. Las dificultades del final de la guerra hicieron que ninguno se terminara del todo y, sobre todo, que no llegara ninguna de las torretas. Ningún E100 estaba acabado antes del armisticio y ninguno se completó después.
Al finalizar la guerra, los estadounidenses capturaron los chasis en la fábrica Adler, pero la documentación del carro había sido destruida por los trabajadores de la fábrica. Sus captores, sin embargo, les obligaron a recrear aquellas partes que pudieran. Uno de los cascos fue enviado a Gran Bretaña para realizar estudios en profundidad y se desconoce el destino del resto.
Inicio: prototipo
Final: *