Número: 65.     4ª época.     Año XXI     ISSN: 1989-6289

65 > Ambientación > Personajes > Vardial (Exo). Por: Sergio Jurado

 

Vardial

Historia

Vardial ("El que doblega mentes") es el nombre de uno de los siete iroiendi, aunque no siempre fue así. Antes de eso, Vardial fue un ensalzado científico ghar. Durante eones, Vardial continuó siendo uno de los principales pensadores ghar, muy respetado entre los suyos por su intelecto a pesar de su insolente lengua, que en su juventud le metió en no pocos problemas. Una de las principales aficiones de Vardial era el estudio de la miríada de formas de vida que, ya en esos tiempos primigenios, poblaban la galaxia. No es de extrañar que, cuando una de las naves exploradoras ghar regresó de una tournée por el extremo más alejado de la galaxia con la noticia del descubrimiento de la primera especie inteligente (aparte de los mismos ghar, se entiende), Vardial quedase asombrado y mostrase un inusitado interés, que pronto se convertiría en pasión, por esos seres extraños y toscos.

Poco a poco, los ghar fueron encontrando otras primitivas especies inteligentes, lo que a algunos les fascinaba, a otros les repugnaba y a la mayoría de ellos les resultaba completamente indiferente. Algunos de los ghar, fascinados por esos primitivos, se convirtieron de facto en sus "guardianes", asegurándose de que "sus" criaturas se desarrollaban "en la dirección adecuada". En ocasiones, los ghar rivalizaban por ver quién patrocinaba a la especie más hábil e inteligente de todas, e incluso en un puñado de desgraciados incidentes, dos ghar enemistados entre sí hicieron que sus protegidos compitieran o incluso que se enfrentasen violentamente.

En un momento dado, Vardial se convirtió en el guardián de una de estas especies. Al principio, se contentó con estudiar desde lejos a sus protegidos, unos torpones homínidos tetráquiros semiinteligentes, evolucionados a partir de un depredador de un inhóspito planeta volcánico con baja gravedad y escasa atmósfera. Durante largo tiempo se limitó a observarlos y a preservarlos de desastres naturales graves; incluso desvió de su curso un gigantesco meteorito que sin duda habría terminado prematuramente con toda la vida del planeta. Poco a poco, las criaturas de Vardial evolucionaron lo suficiente como para que el ghar pudiera llevar a cabo sus planes: con infinita paciencia seleccionó a los individuos más inteligentes, estableciendo un programa eugenésico que, decenas de miles de años más tarde, dio lugar a una nueva raza, formada por individuos mucho más listos que sus antepasados. Una vez que Vardial hubo perfeccionado la especie, exterminó sistemáticamente a los individuos descartados, para que sus genes no se pudieran volver a entremezclarse con el linaje de aquellos que habían sido elegidos.

Por supuesto, la atención de Vardial sobre sus protegidos no era constante, ya que a menudo se aburría u otros proyectos le reclamaban, por lo que sus ausencias en ocasiones duraban milenios. A lo largo de cientos de miles de años, los individuos elegidos por Vardial evolucionaron desde los meros grupos familiares hasta llegar a formar las primeras tribus. Cuando el ghar lo descubrió, se maravilló que estos seres, tan primarios y estúpidos como le parecían, hubieran sido capaces de tal logro por sí solos. Redoblado su interés por ellos, se dignó por fin ponerles un nombre, dando en llamarlos semshar, que en la antigua lengua ghar significaba "los que sueñan" (al alcanzar la inmortalidad los ghar habían perdido tanto la capacidad como la necesidad de dormir, y por tanto de soñar). Sea como sea, la cuestión es que finalmente Vardial terminó por revelarse ante sus criaturas, instaurando una teocracia con él como única deidad del panteón. Como siempre, durante todo este tiempo Vardial alternaba breves visitas con largos períodos de ausencia.

El tiempo pasó y los semshar continuaron evolucionando, comenzando a crear estructuras sociales más complejas: primero ciudades, luego reinos y, finalmente, auténticas naciones. Poco a poco fueron descubriendo los misterios de la tecnología, llegando a construir máquinas que se alimentaban del vapor y la energía termal de los volcanes del planeta.

Fue en este momento cuando otra de las especies protegidas por los ghar alcanzó las estrellas a bordo de una nave construida por ellos mismos... lo que hizo que aquellos ghar (la mayoría) que nunca antes habían prestado atención a las "especies inferiores", de repente sintiesen amenazada su condición de "seres superiores, únicos y especiales". Este hecho generó un acalorado debate en la sociedad ghar: por un lado estaban aquellos que defendían que el desarrollo natural de la galaxia no debía ser frenado bajo ningún concepto, y que si la galaxia había decidido crear "más vida inteligente" aparte de ellos mismos, los ghar debían proteger a los recién llegados y dejar que la evolución siguiera su curso; a estos se les comenzó a llamar skardar, que quiere decir "los que han visto". En el extremo ideológicamente contrario se encontraban quienes se negaban a permitir que unos "advenedizos" hollasen su galaxia, que consideraban suya por derecho propio (a fin de cuentas habían llegado primero); estos se dieron a sí mismos el nombre de iroiendi, que significa "sin mácula".

Poco a poco, el debate entre ambas partes se fue agriando, y las meras desavenencias ideológicas fueron dejando paso a un enfrentamiento cada vez más enconado, sin que los intentos de mediación de los ghar que abogaban por tomar un camino intermedio ("no debemos intervenir en los asuntos de las especies inferiores") sirvieran para nada.

Entonces, el llamado Nor ("Aquel que destruye estrellas"), uno de los iroiendi más "jóvenes" y radicales, actuó unilateralmente. Sin previo aviso destruyó el mundo natal de la especie que había provocado la discordia. Los skardar, horrorizados por la acción de Nor, exigieron a los iroiendi que éste les fuera entregado para ser puesto bajo custodia, a lo que los iroiendi se negaron. Envalentonado por el unánime respaldo de sus correligionarios, Nor comenzó una cruzada a través de la galaxia en busca de los planetas habitados por las especies protegidas por los skardar, sembrando la muerte y la destrucción a su paso.

La reacción de los skardar no tardó en producirse. Ishel ("El que ha visto el pasado"), uno de los más ancianos y respetados líderes skardar, estaba decidido a salvaguardar a toda costa a la especie de la cual era guardián. Ishel se interpuso en el camino de la nave de Nor, negándose rotundamente a abandonar el planeta natal de sus protegidos. Tras un duro intercambio de palabras entre ambos, el colérico Nor destruyó el planeta, y al propio Ishel en el proceso.

Ésta fue la gota que colmó el vaso, y la guerra civil entre skardar e iroiendi estalló con una violencia inusitada. Las terribles fuerzas que los ghar emplearon transformaron para siempre la galaxia. Las estrellas explotaron en violentas supernovas, los meteoritos fueron desviados y arrojados contra la superficie de cientos de planetas inocentes o éstos fueron arrancados de sus órbitas y arrojados al vacío del espacio. La mayor tecnología que el universo jamás haya conocido se puso al servicio de la destrucción, una destrucción que desgajó la galaxia hasta convertirla en lo que hoy conocemos; destruyó cualquier forma de vida; detuvo la evolución millones de años y, por último, casi destruyó a los propios ghar.

Durante el conflicto, Vardial luchó junto a sus camaradas skardar hasta que llegó un momento en que solamente restaron dos de ellos con vida, la skardar actualmente conocida como Ceimar y él mismo, mientras que todavía quedaban nueve de los iroiendi. A estas alturas, la guerra había quedado reducida a una caza del ratón y el gato en la que los dos skardar trataban de ocultarse como podían de sus enemigos, golpeando por sorpresa y huyendo antes de que éstos pudieran responder. Por su parte, los iroiendi intentaban capturarlos o destruirlos de una vez por todas. Pese a todo, el fin del conflicto parecía a la larga indefectible... Y fue entonces, en la hora crítica, que la fe y el valor de Vardial flaquearon. Se aproximó sigilosamente a sus enemigos y les ofreció su lealtad a cambio de salvar sus vidas. Tras una ardua deliberación éstos aceptaron, aunque le exigieron una inmediata prueba de su dedicación: la destrucción de sus amados semshar, cuya localización había mantenido hasta entonces en secreto. Vardial no lo dudó ni un instante, reveló a los iroiendi la posición del planeta natal de sus criaturas y éste fue completamente destruido, aunque no antes de que Ceimar lograse rescatar y poner a salvo a unos pocos...

Ceimar, que antaño había sido la discípula predilecta del difunto Ishel, consideró que Vardial la había traicionado y rechazó la oferta de paz de los iroiendi. Finalmente, fue acorralada en el gélido planeta Araia. Allí, los ahora diez iroiendi se enfrentaron a la última skardar. Tres de ellos perdieron la vida y sus nombres ya solo se recuerdan en una construcción de dicho planeta, pero la skardar fue finalmente capturada. Los iroiendi, siendo Vardial uno de los supervivientes, no acabaron con su vida, sino que la encerraron en una prisión en el propio planeta antes de retirarse a una parte de la galaxia que había quedado más o menos intacta: el actual brazo Alfeirón. Allí dejaron pasar el tiempo. Al principio siguieron vigilantes y destruían cualquier vestigio de civilización que descubrían pero, con el tiempo, hasta esa misión les resultó tediosa y poco a poco se fueron enfriando, deteniéndose, aburriéndose... hasta que un día dejaron de salir de sus planetas y abandonaron sus visitas al resto de la galaxia. Podríamos decir que fue como si se durmieran...

Pese a todo, lo único que podemos asegurar con seguridad es que la gran guerra Ghar no terminó con la capacidad evolutiva de la galaxia; las estrellas siguieron girando, se crearon nuevos planetas y en ellos surgió de nuevo la vida. Y así, tras la destrucción total, la naturaleza se las ingenió para llevar a cabo un segundo intento...

Descripción

Vardial ofrece un aspecto similar al de los otros seis iroiendi: una esbelta armadura de más de dos metros de altura ataviada con una vaporosa capa de tonos iridiscentes. Todo en él emana una sensación de majestad y de gran poder... ¡y ay de quien se atreva a poner ese poder en entredicho!

Personalidad

Vardial es probablemente el más razonable y paciente de los siete iroiendi. Podríamos decir que se trata del polo opuesto del agresivo e impulsivo Nor, con quien sostiene frecuentes y desagradables choques dialécticos. Vardial siempre sopesa enormemente todas sus opciones antes de actuar, generalmente decantándose por la más cauta de todas ellas. A Vardial no le gusta "mancharse las manos"; nunca mata personalmente si puede evitarlo, prefiriendo dejar que sus sirvientes se encarguen del trabajo sucio. Por estos motivos, el colérico Nor le ha acusado repetidas veces de pusilanimidad.

Podría parecer que sus continuos enfrentamientos con Nor y el hecho de que Vardial sea un "desertor" del bando skardar podrían restarle prestigio y peso político ante el resto de los iroiendi; sin embargo, hay que tener en cuenta que mientras Nor era (y sigue siendo) uno de los ghar más jóvenes que existían en la época de la guerra, por entonces Vardial ya era un respetado pensador, y de que su conversión en iroiendi (a la cual Nor se opuso) fue un hecho tremendamente celebrado entre los demás miembros del grupo. Esto compensa la influencia política entre ambos, un empate técnico que hasta ahora ninguno de los dos ha sido capaz de romper.

Respecto a la "cuestión de las especies inferiores", Vardial es sin duda el más moderado de todos los iroiendi. Su opinión es que la situación ideal para todos es la actualmente existente en Alfeirón. Es decir, que cuando los iroiendi conquisten la galaxia deberían confinar a los supervivientes en planetas aislados unos de otros, negándoles el viaje espacial y manteniéndoles tecnológicamente atrasados, pero que no deberían matarlos. Para él, experimentar con ellos sería mucho más interesante e instructivo, y evitaría que los iroiendi volvieran a "enfriarse".

Vardial es, probablemente, una de las mentes más maquiavélicas de toda la galaxia. Disfruta enormemente diseñando continuos juegos mentales y experimentando con las percepciones de sus súbditos y prisioneros. Su gran pasión es el diseño de sociedades; muchos de los planetas de Alfeirón poblados por especies inferiores son creación suya. Vardial ha diseñado los entresijos de estas sociedades desde la nada, experimentando con ellas para llegar a comprender cómo se desarrollan y cómo influenciarlas a su antojo. Algunos de estos experimentos han sido un éxito y llevan siglos perpetuándose a sí mismos (o al menos hasta que el iroiendi decide desmantelarlos o se acuerda de ellos). Otros han sido un rotundo fracaso, y han terminado por destruirse a sí mismos en autenticas orgías de sangre. A Vardial le da exactamente igual, con ambos resultados obtiene conocimiento.

Solamente hay una cosa en la galaxia que realmente tema Vardial. Teme terriblemente la venganza de Ceimar.

Cómo jugarlo

Debido al miedo que siente por Ceimar, en los últimos años Vardial apenas abandona el espacio iroiendi, así que resulta muy difícil encontrarle lejos de allí. Basándose en la información proporcionada al SSR por la skardar, algunos creen que el establecimiento de la base Adrasta bien pudo ser otro de sus jueguecitos sociológicos, y que posiblemente era él quien representaba el papel de embajador iroiendi allí.

La única relación que podrían llegar a tener unos PJ con Vardial es si éstos fueran (voluntaria o involuntariamente) agentes iroiendi, enviados desde el misterioso Alfeirón para cumplir sus designios en otros puntos de la galaxia. Aun así, es improbable que conozcan siquiera el nombre del iroiendi, al que solamente denominarán "el amo". También es muy posible que Vardial haya jugado con sus mentes y ni siquiera recuerden que ellos son agentes iroiendi. Si alguno de los PJ sacó el resultado 35 en la tabla par de defectos, "Doble personalidad", es posible que su personalidad oculta sea en realidad un "candidato manchú", creado por las manipulaciones del iroiendi.

De no ser agentes suyos, los PJ todavía podrían coincidir con él en Alfeirón, durante una de sus aleatorias visitas a sus "mundos experimentales". En cualquier caso, lo más probable es que, de encontrarse con él, los PJ estén a punto de morir o de ser capturados, así que...

Si, por lo que fuera, los PJ llegaran a mantener una conversación con esta criatura, su tono metálico será inequívocamente despectivo, a la vez que ligeramente sarcástico. A la mínima oportunidad se burlará de las capacidades intelectuales de los PJ que, casi con toda seguridad, serán inferiores a las suyas. Por lo menos hablará más rápido que la mayoría de los iroiendi, ya que debido a su gran ego no consulta tanto como debería sus respuestas con los otros.

Ficha

CUE: 2 fue: 2(9*) vit: 2(9*) res: 2(9*)
DES: 5 agi: 4(7*) coo: 4(7*) vel: 4(7*)
INT: 10 mem: 9 log: 10 inv: 9
PRE: 7 car: 6 vol: 6 apa: 3
INS: 4 per: 3 int: 4 con: 4
PSI: 0 pot: 0 sen: 0 imp: 0

* Valores modificados por la armadura ghar [ver artículo]

Habilidades

Con. Académico
Con. Científico
Con. Técnico
Con. Militar
Armas de Apoyo

Pelea 12

Buscar datos 24

Observación 24

Dialéctica 29

Interrogación 26

Mando 25

Protocolo 18

Operador

Pilotar
Técnico

Habilidad secundaria: técnicas de lavado de cerebro con especies inferiores 27

Habilidad secundaria: muerte 17

Capacidades Especiales

Reputación. Vardial es considerado un gran erudito por los demás iroiendi. -2 a las TA de hab. sociales con los demás iroiendi.

Red de espías. Vardial posee una red de espías que se extiende a numerosos rincones de la galaxia. Si algo sucede en algún lugar que pueda ser relevante para los iroiendi y nadie toma medidas para evitar su difusión entre el gran público, Vardial se enterará de lo sucedido con un 0 en la tirada de un dado. Esta vasta red de informantes, formada por miembros de todas las especies, responde únicamente ante el propio Vardial y actúa al margen de los clanes jional que sirven a los siete.

Defectos

Insolente. Vardial se considera a sí mismo el individuo más inteligente de la galaxia. Por supuesto, es algo de lo que está bastante orgulloso, por lo que es improbable que deje pasar una oportunidad de insinuárselo a todos sus interlocutores, a menudo poniendo en duda su intelecto en el proceso. +2 a las TA de hab. sociales.

Sentimiento de culpa. +1 GD a las TA de hab. ofensivas contra criaturas inteligentes. +2 GD a las TA de hab. ofensivas contra los yemer.