Número: 127. 4ª época. Año XXI ISSN: 1989-6289
La Undécima Iglesia es una secta (al menos así ha sido catalogada por la Policía Nacional) de creencias protestantes, con influencia de los menonitas y un notable componente apocalíptico. También son conocidos como "winterianos" debido a que fueron fundados en 1931 por Charles C. Winter, un antiguo corredor de bolsa de Nueva York que se había arruinado en el Viernes negro del '29. En completa bancarrota, Winter intentó suicidarse arrojándose por la ventana de un octavo piso. Sin embargo, el follaje un frondoso árbol frenó su caída y las ramas lo retuvieron, combándose bajo su peso y depositándole prácticamente indemne en el suelo. Este hecho, considerado milagroso por Winter, le convenció de que Dios tenía reservada para él una gran tarea. Durante unos meses se encerró en su apartamento con su máquina de escribir para redactar "El manifiesto de Winter", una serie de epístolas que constituyen la base de las creencias de la secta. Poco después comenzó a predicar sus enseñanzas y pronto atrajo a otros que, como él, lo perdieron todo durante la gran depresión.
Los winterianos creen que el Apocalipsis es inminente, y que la única forma de salvarse consiste en estar preparado para el fin de los días. Las comunidades winterianas son completamente autosuficientes: cultivan su propia comida, emplean solo tecnología que ellos mismos son capaces de mantener y reparar, los miembros se entrenan en técnicas de supervivencia al aire libre, cazan con arcos y ballestas, etc. Su carácter cerrado y sus prácticas, a menudo consideradas paramilitares por las autoridades, les ha hecho ganarse la consideración de "secta" en muchos países, también en España. Sin embargo, hasta el momento las autoridades no han actuado contra el grupo, ya que no constan indicios fehacientes de actividades ilegales.
Actualmente, los winterianos suman en torno a los 350.000 miembros en todo el mundo, repartidos por 33 países (principalmente Estados Unidos y Canadá). En España cuentan con algo más de trescientos miembros, que se concentran en las zonas más despobladas de León (en donde han ocupado y reconstruido un pueblo abandonado) y las cercanías de Cunia.
La comunidad winteriana de Cunia reside en la finca de Fontfreda, una granja de la zona rural, situada al pie de la Sierra de Irta. Está formada por medio centenar de personas, de los cuales la mitad son menores de edad. La hacienda es bastante grande. Dispone de su propio suministro de agua (el manantial natural de Fontfreda), está rodeada de densos pinares y acotada por una alta valla coronada por una alambrada de púas. En ocasiones, los winterianos se dejan ver por Cunia para vender sus productos frescos (artesanías, hortalizas orgánicas, etc.), en donde su imagen rústica (su estética es muy similar a la amish) llama poderosamente la atención.
El líder de la rama cuniense, el reverendo Sergio Bustos, tomó contacto con los winterianos holandeses durante un viaje que realizó en su juventud. Antiguo pandillero, durante seis años vivió en la comunidad winteriana de Ámsterdam antes de regresar a España y fundar su propia congregación. Se trata de un hombre de aspecto afable, a finales de la treintena, que viste con las sencillas ropas de un granjero. Al igual que casi todos los demás habitantes de la granja, niños incluidos, su habilidad con el arco de poleas es formidable.
La rama cuniense de la Undécima Iglesia hace más que vender nabos y lechugas a los hippies de ciudad. Durante los últimos cinco años, la prolongada crisis económica ha pasado factura a las fuentes de financiación clásicas de la congregación. Ante la disyuntiva de perder todo lo que con tanto esfuerzo habían construido en este lugar, el reverendo Bustos se inspiró en sus viejos tiempos en Holanda y ha iniciado el cultivo de marihuana a gran escala. A día de hoy, los winterianos poseen la mayor plantación de marihuana de todo Levante, que luego venden a los metropolitanos. La extensión de la finca (la cual cuenta con sus propios generadores de electricidad con los que atender la plantación) y la naturaleza aislacionista del grupo religioso ha resultado ser una pantalla perfecta para encubrir sus actividades ilícitas.
Sin embargo, no todo ha resultado ser ideal en la nueva situación. Algunos rumores sobre el origen de la droga se han filtrado entre la población criminal de Cunia. La finca ya ha sufrido un asalto por parte de cuatro pandilleros procedentes de la ciudad, contratados por un traficante que pretendía eliminar a la competencia prendiéndole fuego a toda la plantación. Muy a su pesar, los asaltantes descubrieron dos cosas: uno, que el entrenamiento winteriano realmente es paramilitar y dos, que una flecha con punta de acero cromado puede resultar tan letal como una bala. Por otro lado el abono obtenido ha resultado ser estupendo para las tomateras, que estaban un poco mustias este año...