Número: 146. 4ª época. Año XXI ISSN: 1989-6289
El pueblo de Cunia fue alcanzado ayer, 23 de Octubre de 2016, por el terrorismo internacional con destrucción injustificada de la estación de metro Este. Sin llamada de advertencia y sin que las autoridades temieran un suceso así, una explosión detonó en el andén en dirección a la universidad. Pocos minutos después una segunda deflagración derrumbó todo el vestíbulo principal del intercambiador atrapando tanto a las personas que huían de la primera explosión como a los primeros servicios de emergencia que acudieron al lugar.
Durante todo el día y toda la noche, los servicios de emergencia han estado desescombrado la zona intentando salvar a todos los supervivientes atrapados en el vestíbulo. Es pronto para evaluar el número de víctimas y el gobierno federal se ha mostrado bastante prudente. Los servicios de rescate han accedido al interior de la estación a través de los túneles de otras estaciones y por ahí han podido rescatar a cientos de personas a las que la oscuridad y el humo habían desorientado. Un bombero de Cunia ha comentado con esta reportera que les informa que el derrumbe del vestíbulo no ha afectado a los andenes y que es probable que haya más supervivientes de los esperados, pero que deben moverse con precaución porque las instalaciones están muy dañadas y temen que pueda haber fugas de gas o puentes eléctricos.
La imagen de la madrugada nos la han dado los servicios de rescate al sacar a un bebe entre los escombros. Su mano aún sujetaba la de su madre, pero no lloraba a pesar de estar cubierta de cascotes. La madre, desgraciadamente, ha fallecido. Una víctima más de la sinrazón de este acto que ha conmocionado a toda Cunia. Los ciudadanos están haciendo cola en los servicios de urgencia para donar sangre en una muestra de generosidad que nunca se había visto en la ciudad y hay miles de personas en la calle con mantas, con bebidas calientes y con comida para repartir generosamente entre todos los servicios de asistencia. Mientras escribo estas líneas, anegada por las lágrimas, España sigue sin tener gobierno y sin dar ninguna respuesta ni enviar ninguna ayuda, un gobierno en funciones a quién parece que esta ciudad sólo le preocupa para ponerla de mal ejemplo.
El gobierno federal dio una rueda de prensa a las ocho de la tarde en la que lamentaba los hechos, agradecía la reacción ciudadana y evitaba hacer una estimación de víctimas. Se ha facilitado líneas de teléfono para comprobación de heridos y fallecidos ya identificados, pero el presidente ha recomendado utilizar los teléfonos móviles para localizar a amigos y parientes. Se ha reforzado el servicio telefónico, ha dicho, y las llamadas pueden guiar a los servicios de emergencias. Por último, el presidente de Cunia ha recordado que las competencias del terrorismo pertenecen en exclusiva al gobierno nacional y que ellos no van a especular sobre los posibles autores del atentado. Fuentes no gubernamentales apuntan a grupos islamistas, pero, hasta el momento, no ha habido reivindicación.
El grupo que compone La Verdad lleva emitiendo noticias en directo desde el momento de la primera explosión y queremos agradecer, desde aquí, todas las condolencias y muestras de afecto que nos han llegado por nuestra compañera Roberta Alias. Sabemos que ha sido llevada a un hospital, pero desconocemos el alcance de sus heridas. Ustedes serán los segundos en saberlo en cuanto sepamos algo más.
Desde el Bulevar Este, en la esquina con Doctor Sánchez de la Nieta, despide esta crónica Estella Fernández.
Trama 230
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