Número: 141. 4ª época. Año XXI ISSN: 1989-6289
El contraataque alemán para romper las posiciones Aliadas en el norte de África ha terminado y aunque ha sido duro y en algunos momentos pensaron que no resistirían, el empuje alemán ha quedado detenido. Son duros combatientes estos boches, pero ahora ha llegado la hora de la venganza. Sin embargo, y para su sorpresa, el 16º regimiento de la Red One se queda a la expectativa, en la reserva. Algunos compañeros empiezan a especular que si han quitado a la 1ª de primera línea es que ya no quedan muchos alemanes disponibles y hay que dejar algo para los británicos. Otros, más veteranos, saben que la unidad debe estar en cuadro tras la batalla de Kasserine y que ha llegado el momento de descansar y reconstituirse.
La Sangrienta Siete, expertos en estas lides, buscan refugio en una de las casas menos machacadas por los bombardeos y extienden sus petates con la maestría que da la costumbre. Una gran ventana les permite ver la carretera que da al sur y desde el otro lado les llegan los ecos de la batalla, al noreste. Nada puede perturbar ese momento...
...salvo la Long Range Desert Groups.
Estos malditos comandos británicos aparecen por el sur envueltos en una nube de humo provocada por la arena que se desprende de sus jeep y esos otros vehículos raros que gastan. ¿Qué hacen tan al norte?
Tras el intercambio de cortesías, tabaco y algún café recién hecho, los británicos les explican que vienen persiguiendo a un grupo de italianos que atacaron las líneas desde la retaguardia y que temen que se hayan infiltrado en el pueblo.
-¿En qué pueblo?
-En este pueblo.
-Hombre, nos hubiéramos dado cuenta.
-Van disfrazados como árabes.
-¡Mierda!
Y lo que parecía una prometedora tarde de relajación se convierte en una búsqueda, casa a casa, en la que cada vecino puede ser un enemigo mortal.