Llego hasta aquí
¡Los franceses!
Es un día como otro cualquiera en la comarca. Hace días que no pasan foráneos por la localidad, aunque la noticia de la venida de las tropas de Napoleón hace tiempo que se esparció. El sol se alza como en cualquier otra jornada. Unas pocas nubes acompañan al astro, por lo que se avecina un día soleado y luminoso.
Pero no va a ser tranquilo. Un chico joven cabalga como alma que lleva el diablo. Según entra en la calle principal empieza a gritar lo mismo: "¡Los franceses!¡Vienen los franceses!" Repite esas mismas palabras en varias ocasiones, grito tras grito, procurando que el máximo número de personas le oigan. Cuando llega a la plaza mayor, en el centro del pueblo, vuelve a verbalizar la misma advertencia, y avisa de la cercanía de los galos: llegarán en cuestión de horas…