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jueves, 21 de noviembre de 2024


 

Veneración a los Héroes

Un hecho que no se suele mencionar lo suficiente es que la Guerra de los Portales no solo expulsó la magia de Eriloe. También supuso el fin de la religión. En los días previos a la Guerra, los hombres adoraban a poderosas entidades, llamadas dioses, que usaban a personas ordenadas como canal para manifestar sus poderes en el mundo. Los abusos de estas personas y de los mismísimos dioses ha hecho que las gentes del Eriloe actual no quieran ni oír hablar de dioses, sacerdotes, rezos o templos. Para el ciudadano medio no existe el mundo espiritual, no hay un más allá, ni un otro mundo donde residen criaturas sobrenaturales o las almas de los difuntos. Por tanto aquellos que dicen seguir a un dios o ser parecido son tratados con un desdén que oculta un ancestral desprecio.

Sin embargo, ninguna sociedad, por muy civilizada que sea, puede existir sin tener un referente moral, un conjunto de premisas que les indican cómo comportarse en sociedad y donde se deben limitar los deseos personales para satisfacer los de los demás. Resulta también necesario que cada individuo tenga a su disposición varias opciones a la hora de elegir cual va a ser su conjunto de valores. En respuesta a esta necesidad básica del ser inteligente surgió la veneración a los Héroes. Este tipo de creencia toma a una persona insigne del pasado y adopta la ética que el individuo tuvo o se cree que tuvo. Esté ídolo suele determinar en mayor o menor medida cual va a ser el curso de acción de una persona que lo siga cuando se encuentre con un dilema moral.

Clases de fieles

La veneración a los Héroes no debe entenderse como un culto propiamente dicho. La mayoría de las personas toman cada vez el ejemplo del Héroe que mejor le venga en cada circunstancia, circunscribiéndose eso sí al conjunto de Héroes que forma parte de su cultura. Así una cultura guerrera tendrá un gran número de Héroes guerreros en los que fijarse, con lo que su respuesta moral será más bien guerrera. Sin embargo, de vez en cuando algunos individuos deciden tomarse verdaderamente en serio la idealización de los Héroes y adoptan estrictamente el código de valores de un Héroe en concreto. En función de lo intensa que sea la relación de una personal con la veneración a los Héroes, podemos distinguir cuatro tipos de personas:

Fieles.

Este es el estatus que tienen el común de los mortales. Un fiel a los Héroes suele seguir sus los preceptos de los héroes de su cultura, manifestando quizá su preferencia a algún héroe en concreto, pero encomendándose a todos por igual. Suelen participar en los festejos locales, más movido por el sentimiento de pertenencia a la comunidad que a una verdadera devoción.

Seguidor.

Un seguidor ha dado un paso más en la veneración a los Héroes y ha decidido encomendarse a un héroe en concreto. Toma un papel más activo en los festejos del héroe e intenta vivir su veneración en su comportamiento diario. Suele respectar a los otros héroes de su cultura, aunque puede sentir cierto desdén a héroes que compartan atributos con el héroe que ha decidido seguir. Por ejemplo, un seguidor de Gerom, un famoso guerrero, puede mirar con cierto desdén a un fiel de Utay Shim, otro héroe guerrero, pero más taimado que el primero. Probablemente su relación con los fieles de Join Mater, un héroe que personifica el ánsia de conocimiento, sea bastante neutral.

Devoto.

Un devoto es una persona que ha decidido dedicar gran parte de su vida a la veneración de los Héroes. Suelen hacerse cargo de organizar las festividades asociadas a la veneración y ocuparse del mantenimiento de los lugares dedicados a dicha veneración. En algunas culturas con una veneración más institucionalizada, como la Iglesia de Corus, los devotos se dedican a tiempo completo a un héroe en concreto, compaginando con alguna veneración a héroes asociados. Para estas personas ser un devoto es su profesión, recibiendo su sustento de fieles, seguidores o las rentas de algunas propiedades de la veneración. Sin embargo, esto es una excepción, y la mayoría de los devotos compaginan sus funciones con otra ocupación y dedican su tiempo a varios héroes a la vez.

Avatar.

Esta última forma de veneración es sumamente rara. Un avatar toma a un héroe en concreto como modelo de conducta y dedica su vida a comportarse exactamente como él, o como se supone que se comportó él. Un avatar de Join Mater estará continuamente explorando nuevos territorios y uno de Groo a emborracharse y no dejar posada ni taberna sin esquilmar. Este comportamiento excesivo suele desembocar en problemas de estabilidad mental, haciendo a los avatares personajes con los que es complicado convivir, ya que se rigen por un ideal que pocas veces se corresponde con el comportamiento normal y equilibrado de una persona. Por todo esto los avatares son vistos por el resto de fieles con cierta distancia, respetados por su entrega una importante figura del pasado, pero también denostados en cierta medida por su exceso de celo.

Lugares de veneración

Por lo que respecta a los lugares de veneración, sus características están más o menos estandarizadas en todo Eriloe, así, podemos encontrar:

Monumentos.

El lugar de veneración más sencillo, se trata de una construcción o elemento aislado, de pequeño tamaño, que recuerda a un héroe determinado. Suelen estar en lugares con significancia para la historia del héroe, como el lugar donde afrontó una dura prueba, o donde nació. Obeliscos, hornacinas, retablos, estatuas son típicos ejemplos de monumentos. Los fieles suelen decorarlos con recuerdos asociados al héroe y acudir a ellos bien en fechas señaladas o cuando necesitan encomendarse a alguna tarea. No son raro los viajes en grupos de fieles recorriendo los monumentos de un héroe local, o grupos de héroes asociados.

Monumento. Imagen generada por Copilot Designer.

Imagen generada por Copilot Designer.

Museos.

Los museos suelen ser edificaciones o partes de estas dedicadas a alojar recuerdos o documentos asociados a un héroe. Lo más normal es que el museo sea una sala incluida en edificaciones más grandes, como el museo a Join Mater en la biblioteca de Os o el museo de los Padres Fundadores en el ayuntamiento de Arim. Las grandes ciudades pueden tener museos con salas dedicadas a varios héroes locales y, quizá, a algún héroe más internacional. Cuando hay alguna fecha señalada, los museos preparan representaciones dramatizadas de la vida del héroe, con el fin de difundir su vida y hazañas.

Panteones.

Las edificaciones más grandes dedicadas a la veneración de los Héroes son, sin duda, los panteones que acogen los restos de estos. Todo héroe que se precie, tiene un panteón donde los fieles pueden acudir a presentar sus respetos en el día de su muerte o nacimiento. Algunos héroes especialmente señalados, como el Emperador o Eric Samoeno, tienen panteones dedicados fuera de su ciudad de (a veces supuesto) eterno descanso. Estos lugares alojan alguna reliquia o objeto importante del héroe que hace las veces de resto mortal.

Como excepción a esta clasificación estarían las dos catedrales de Istionar y Alme, situadas en los reinos de Corus y Widana, respectivamente. Estas dos magnificas estructuras fueron los únicos templos dedicados a los viejos dioses que sobrevivieron a la Guerra de los Portales, gracias a la agilidad de los sacerdotes en abandonar el culto divino en favor de la veneración a Corus primero y, en el caso de Widana, a Elûn después.

 

 

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Cita

«Hermoso cuando ocurrió y hermoso recordarlo.»

Nor