Llego hasta aquí
El arcón de Maiilamwen
Hubo una época de tiempos revueltos en que Maiilamwen, señora de una pequeña extensión de tierra interior conformada por un puñado de pequeñas poblaciones, tuvo que guiar a su pueblo lejos de sus tierras cuando fueron ocupadas por fuerzas ajenas. No pudiendo defender sus territorios ante el empuje de una fuerza mayor a la suya, se embarcó en organizar una caravana con todos los supervivientes para alejarse de la destrucción. Recogieron todos los enseres y joyas que pudieron, con miedo a sufrir asaltos en su camino hacia otro destino.
Maiilamwen estaba tranquila, veían sus súbditos. Llevó a la plaza un viejo y ajado arcón que, según decía, pertenecía a su familia desde hacia generaciones. Lo abrió y pidió a la gente que fuera poniendo dentro todo lo que quisieran conservar, todo lo que les importara realmente. Y fueron llenándolo sin parar. Parecía que no tuviera fondo. Al final, después de haberlo llenando cien veces su dimensión, apreciaban todos, se cerró y se cargó en un carro. No pesaba más allá de lo que parecía por fuera el peso del propio arcón. Y si durante la travesía se abría, lo que veían los ojos eran unos pocos enseres roñosos y con una gruesa capa de polvo.
Sufrieron por el camino algunas emboscadas pero nunca nadie se llevó nada de dentro. Parecía como si su pátina de un pasado de tiempos mejores los disuadiera y si alguien lo abría se encontraba con la misma imagen que percibía cualquiera que lo hiciera. Y lo olvidaban, como si no fuera con ellos. Nunca nadie extrajo nada de dentro.
Es un arcón, como se ha dicho, viejo y ajado, maltrecho y desvencijado, pobremente labrado con unos motivos vegetales. La mirada casi se vuelve huidiza si se para un segundo en él. Por dentro nada hace cambiar la opinión que se tiene viendo el exterior. Pero, como se cuenta, si se van introduciendo enseres, joyas, lo que sea, con la intención de esconderlos a la vista este activa su "poder" y "hace desaparecer a los ojos" su contenido, logrando además que no tenga fondo con todo lo que se puede meter.
En la actualidad la gente que da por buena esta historia antigua presupone que este arcón tiene un montón de cajones secretos donde guardar cosas fuera de la vista y que es una exageración lo que de puedes llenarlo hasta límites insospechados. La realidad, tozuda ella, es que en algunas partes, que no son visibles, de este están hechas de tillium y que este logra canalizar los magiones otorgando a su propietario, si es consciente y con conocimientos mágicos, el poder de introducir hasta el infinito, se cree, cualquier objeto inanimado. Y que estos no sean visibles por ojos inexpertos y su peso con corresponda en absoluto con todo el contenido que pueda llevar. Asimismo parece emanar un "nosequé" que evita miradas hacia él.
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