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Oso ibérico
Imagen del Museo Nacional de Ciencias Naturales (1914). Licencia Creative Commons Atribución Compartir Igual 3.0
Los más observadores sabréis que la ficha del oso ya aparece en el manual de 1808. Sin embargo, este emblemático animal tiene una comportamiento, y una distribución en la Península Ibérica del siglo XIX, que le hacen merecedor de una explicación más extensa y útil para Direcciones de Juego. Además, hemos ampliado su ficha, añadiendo algunos datos respecto de los que hay en el manual básico.
El oso pardo ibérico (ursus arctus pyrenaicus) es una población del oso pardo europeo (ursus arctus arctus), subespecie a su vez del oso pardo. Aunque en comparación con el resto de osos del mundo es pequeño, es el animal terrestre en estado salvaje más grande de la fauna ibérica. Miden entre 1,6 y 2 metros de longitud. Las hembras pesan de media 85 kg. pero pueden superar los 100 y los machos pesan de media 115kg. pero pueden llegar a superar los 200.
Aunque su vista es mediocre, su oído es agudo y su olfato es extremadamente bueno, capaz de detectar parejas sexuales, rivales y alimento a kilómetros de distancia. Distancia que puede recorrer hasta a 60 km/h, por cierto. También es un buen nadador y escalador, y es capaz de ponerse en pie para acceder a alimentos a más altura… ¡o aplastarnos!
Su esperanza de vida en libertad supera los 20 años, de los cuales están una buena cantidad de tiempo en hibernación, disminuyendo su ritmo cardiaco y temperatura para pasar los inviernos en oseras. Es en ellas en las que las hembras dan a luz y es al abandonarlas cuando debemos tener cuidado de cruzarnos con ellas pues, aunque en general tenderán a alejarse, si se sienten acorraladas o ven amenazadas a sus crías, mostrarán su máxima ferocidad.
Lo normal es verlos en solitario, formando grupos de larga duración hembras con sus cachorros o grupos de estos cachorros que pueden estar juntos durante bastante tiempo tras independizarse de la madre. De forma puntual se pueden ver grupos de dos o más osos por concentración de alimento o celo.
Los osos pardos estuvieron distribuidos por toda la Península ibérica pero el progresivo aumento de la presencia humana y de las armas de fuego, el reglamento de "animales dañinos" de Carlos III a finales del s. XVIII y la socialización de la caza en el XIX fueron relegando progresivamente al oso pardo a las zonas más aisladas.
Aunque en general se da por extinto al oso en el centro y sur de España en el 1800, otros autores aportan documentación según la cual los personajes jugadores se podrían encontrar a este plantígrado en territorios muy concretos. Así, podría haber algún ejemplar suelto en el extremo occidental del Sistema Central, en las sierras de Gata y de Francia, incluso varios ejemplares en los Montes de Albarracín, la sierra de Segura y la sierra de Alcaraz.
Donde sí sería esperable un encuentro con osos es en el territorio rural desde Galicia a Burgos, pasando por Asturias, León, Cantabria y Palencia. Algunas poblaciones serían solo residuales en la frontera con Portugal, en el Macizo Galaico, los Montes de León y la provincia de Zamora, así como en un pequeño núcleo muy aislado del Sistema ibérico Norte, a caballo entre tierras soriano-riojanas. El otro gran grupo de población de osos del siglo XIX era el de los Pirineos, desde la Selva de Irati, en Navarra, hasta el extremo occidental de la provincia de Girona.
Pero, a lo importante para nuestra mesa de juego: ¿qué pasa si me encuentro un oso? En general podemos decir que el oso pardo europeo, en especial si se le compara con otros como el americano, no es agresivo y usa su olfato más para evitar a la gente que para perseguirla. En general el riesgo está en acercarse demasiado al oso, por accidente o imprudencia, cuando está herido o acorralado, con sus crías, metido en su osera o comiendo carroña. En esos casos el oso se defenderá con un ataque breve y luego intentará la huida. El problema es que ese ataque puede resultar muy peligroso, dado lo bien armado que está el animal.
Lo más inteligente que podrían hacer los personajes si tienen un encuentro es alejarse sin alertarlo, si no les ha visto. Si la les ha visto y se acerca, les conviene moverse y hablar en tono normal para que les detecte y prefiera alejarse. Deberían alejarse sin brusquedad, sin bloquear salidas al oso y en general sin mostrar ser una amenaza. Sobre todo, deben evitar los ruidos fuertes y correr para evitar un ataque.
Normalmente el oso que nos ataque desde cierta distancia iniciará una carga disuasoria que no llegará a resultar en un contacto cuerpo a cuerpo. La dirección de juego debe recordar que la intención del oso será casi siempre que los molestos humanos se larguen. Así que lo ideal es largarse despacio, sin dejar de mirar al oso y hablando en tono suave. En caso de ataque directo, si no tenemos con qué defendernos, la estrategia de tirarnos al suelo en posición fetal y agarrándonos la cabeza es mejor que intentar derribar a un oso a puñetazos. Posiblemente nos de unos cuántos golpes con las garras pero rara vez usará los dientes.
Por supuesto, estos conocimientos etológicos sobre la conducta del oso no se los deis a los personajes por las buenas, para eso tienen las habilidades de Supervivencia o de Conocimiento científico.
Características
CUERPO: 9Habilidades
Intimidar: 16
Nadar: 14
Observación (olfato/vista/oído): 21/8/17
Sigilo: 15
Supervivencia: 16
Trepar: 15
Ataque desarmado (Garras): 19
Daño: I+3
Ataque C/C (Fauces): 15
Daño: I+3
Correr: 18
Saltar: 10