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martes, 5 de noviembre de 2024


 

Intriga en Pequeña Rihad.

En el nombre de Alá, el más compasivo, el más misericordioso.

Has de saber, hermano o hermana que lees esto, que en un lugar llamado Cunia y en uno de sus barrios, el de Génova, existe una manzana de edificios que en sí mismos conforman un mundo fuera del mundo, un trozo de Medio Oriente incrustado como una gema en el anillo de falso oro que es la Ciudad Doliente.

Los cuatro edificios que conforman la manzana acotada por las calles Rey Abu Said, Luis Sanz Jiménez, Periodista Antonio y Norte (98 C-1 en el callejero de Cunia) pertenecen a un grupo de millonarios de origen Saudí, más o menos emparentados entre sí y con la familia real de la dictadura teocrática.

En estos edificios se acumulan las sedes de media docena de empresas saudíes que buscan abrirse paso en el competitivo espacio comercial de Cunia. En la ciudad no son peces grandes pero sus conexiones con enormes ballenas económicas del resto del país les otorga algunas ventajas.

A esta manzana de edificios reformados el callejero y sus dueños los llama "Conjunto Said", pero la calle los llama "Pequeña Rihad".

Abusaid

En nuestros días, el principal empresario cuya empresa está allí instalada y el único de todos los propietarios que reside permanentemente en Cunia es Abdul ibn Faisal bin Al-Walid, dueño de la cementera SACECO cuyo material se puede encontrar en la mitad de los pueblos costeros de la provincia de Castellón.

Abdul deja que las principales decisiones las tomen los miembros de su Consejo de Administración, lo que le proporciona muchos momentos de ocio que llena con bellas mujeres y lectura de mala poesía. Es un hombre querido por los ejecutivos sujetos a bonus, pues desde que tomó las riendas de la empresa esta se ha convertido en la más próspera entre los prósperos negocios de la Pequeña Rihad.

Las dos plantas más altas del principal edificio están ocupadas por la residencia de Abdul, donde es servido y protegido por un nutrido grupo de empleados. Esta aventura asume que los personajes son empleados clave de Abdul, que pueden ser cunienses sin problema, pero todos han de estar bien cualificados para el trabajo que se les va a asignar (seguridad, informáticos, gestores, quizás un médico por si acaso…). Otra posibilidad perfectamente viable es que sean miembros de una agencia de detectives o similar contratada por Amir.

Que la paz esté con todos ellos.

Información para la Dirección de Juego.

El señor Abdul ibn Faisal tiene, como muchos ricos, algunas aficiones extrañas, pero algunas son menos recomendables que otras por el riesgo que conlleva para ellos. Una en concreto le ha traído graves problemas. Al empresario le gusta salir a pasear por las calles más "vulgares" de Cunia, de incógnito, acompañado de su secretario de mayor confianza, Nadir Labat. Así, disfruta personalmente del pulso de la ciudad, tanto diurno como nocturno, durante no más de diez horas, un día al mes.

Nadir, tras muchos años de servicio, ha aceptado cambiar de señor en aras de un mayor beneficio económico. Una motivación sencilla, cuestión de negocios, nada personal… Su nuevo jefe sería el vicepresidente de la empresa y supuesto mejor amigo de Abdul, Jalal bin Abd al-Rahman.

Este ha planeado la desaparición del presidente de la empresa, lo que facilitaría enormemente su propio ascenso a la presidencia y ayudaría a ocultar unos desfalcos sin importancia de los que es responsable. Ha visto en estas salidas secretas de Abdul la ocasión ideal para llevar a cabo sus planes. De este modo, conchabado con Nadir, secuestra al empresario y lo encierra en una zona en desuso del propio edificio de la empresa.

Lo más sencillo y rápido sería matarle y hacer desaparecer el cadáver, pero Abdul mantiene demasiados secretos comerciales y claves de cuentas secretas desperdigadas por paraísos fiscales. Hasta que no se lo saquen todo mediante tortura, le deben mantener vivo.

Pero, mientras, Jalal debe mantener una imagen de normalidad. Al salir a la luz la desaparición, querrá encargar una investigación interna antes de llamar a la policía, argumentando que quizás el presidente solo esté alargando una fiesta. Incluso plantará pruebas de la muerte del presidente, para resolver ese asunto incluso antes de terminar el interrogatorio, que puede alargarse mucho. Abdul, a pesar de su vida entre colchones, es una persona dura.

Información para los personajes.

El grupo de juego o bien está al servicio directo de Abdul, llevando varios años a su servicio, o bien son investigadores externos que hayan recibido algún encargo en el pasado. El caso es que los personajes hayan tenido ocasión de apreciar a Abdul como una persona bonachona, inteligente y generosa. Incluso, bastante más "liberal" con respecto al brutal desprecio con el que en su país de origen se trata a los derechos humanos.

Los personajes serán llamados al despacho personal de Jalal bin Abd al-Rahman un sábado a última hora de la tarde. Le encontrarán ocupando uno de varios confortables sillones, dispuesto a tomar un té o un café con ellos. Nadir estará también allí, de pie, sin intervenir. Es un hombre grande y fuerte que en principio les parecerá mucho más un guardaespaldas que un secretario.

En la entrevista con Jalal debe quedar claro lo diferente que es de su superior: orgulloso, frío, evita dirigirse a las mujeres y si lo hace no las mira a los ojos, mira por encima del hombro… En cualquier caso, dejará claro que es un superior o un cliente con poca paciencia para las tonterías. Hay mucha gente en la ciudad a la que contratar para este caso.

El vicepresidente explicará por encima la costumbre de las salidas del señor Faisal y que en este momento lleva al menos 24 horas fuera. Remarcará que, contrariamente a sus costumbres y de manera imprudente, salió a este paseo sin la compañía de su secretario de dirección, Nadir. Aunque lo más probable es que esté alargando su salida en un asunto que prefiera mantener en privado, al no haber dado señales de vida, se teme por su seguridad y conviene cerciorarse. De modo que les pedirá que acompañen a Nadir a los lugares que en otras salidas hayan frecuentado más. El objetivo es, además de encontrar al presidente de la compañía, lograr que regrese lo antes posible. Deja bastante claro, eso sí, que Nadir está al mando.

Ya fuera del despacho, Nadir les sugerirá equiparse o hacer cualquier preparativo que necesiten. También les sugiere, según como vayan vestidos, que se pongan ropas adecuadas para lugares "más bien sórdidos" de la ciudad. Nada elegante, en resumen. Si los personajes en efecto deben marcharse, se citará con ellos en una hora en la entrada sur del edificio.

Si alguno de los personajes no se fía y sigue a Nadir, solo podrá verle entrar en su despacho, donde lo único que hará es cambiarse (tiene ropa "de calle" preparada precisamente para las salidas) y coger un revolver pequeño. De hecho, hará esto también incluso si los personajes no necesitan marcharse a hacer ningún preparativo.

Buscando en las calles.

A la hora convenida saldrán del edificio y, sea andando o en vehículo, se mezclarán con el resto de la muchedumbre que sale a disfrutar del sábado noche.

A continuación, proporcionamos la lista de lugares que visitarán con Nadir y un listado de rumores y respuestas que podrán encontrar en ellos. El tipo de respuestas a obtener dependerá del tipo de éxito que se obtenga en las habilidades utilizadas por los personajes en cada caso. El procedimiento para cada escenario será que los personajes describan lo que van a hacer para lograr la información mediante conjunción de acciones. Si la TA se falla, no se obtiene nada (no saben o no quieren hablar) Si se acierta, el rumor que se obtiene depende del resultado de los dados de calidad (la suma de D+ y D-). En estos lugares hay tanto testigos fiables como otros "plantados" por Nasrud. Así, veréis que en unos testimonios se menciona a Nasrud (son los fiables) y en otros no.

Lugares a visitar:

Restaurante chino León Púrpura, calle Peñuelas (101 C-2 en el callejero de Cunia). A pesar de estar en el Barrio Chino, este pequeño restaurante no está (de momento) integrado en la estructura de los Dragones Rojos, pero eso los personajes no lo saben. En cualquier caso, no es un barrio para hacer el tonto.

Frutería Sonsoles, calle Secaderos (99 B-3). A pesar de su inocente aspecto, la familia que regenta esta frutería de buen tamaño la usa como tapadera para la distribución de hachís. Abdul es un cliente habitual, aunque no consuma. Compra por tener la "experiencia real" de llevar drogas encima.

Farmacia El Andaluz: los personajes podrían llegar a conocer esta farmacia de un caso anterior (http://www.edsombra.com/index.asp?cod=13681). La antigua dueña traspasó el negocio poco después del asesinato de su empleada. Aquí es donde Abdul compraba la viagra que le receta su médico particular.

Sauna La Seda: este local no oculta en absoluto ser uno de los prostíbulos más populares de las chicas de Catty. Está situado en la calle Barón Pierre de Coubertin (79 C-2), justo enfrente de la iglesia de San Pascual.

Rumores.

Recuerda que el rumor en concreto nace del resultado en la suma de los dados de calidad. No hagas tiradas de rumores en la Sauna La Seda, allí tienen preparada una "sorpresa". Cada ruimor incluye una información distinta dependiendo de si Nadir está presente o se ha quedado fuera del negocio.

2-5: Sí, estuvo aquí un rato pero se marchó diciendo que tenía una cita. Iba acompañado de este tipo que os acompaña/un tipo enorme.

6-12: Sí, estuvo aquí. No recuerdo que hiciera o dijera nada especial. Hizo lo que vino a hacer y se fue. Creo que venía solo.

13-17: No, no le he visto. Venía de vez en cuando por aquí, pero hará. No sé, ¿un mes que no viene?

18-20: No, y no viene por aquí hace más de un mes. Era un tipo simpático, no como su compañero, muy serio. No, nunca le he visto venir solo.

Sin importar lo que averigüen, Nadir nunca cambiará la ruta y siempre acabará en La Seda. Si se ponen testarudos les recordará que está al mando y amenazará con avisar al vicepresidente.

La Seda.

Este negocio es un edificio de una sola planta de setenta años de antigüedad, reformado hace veinte. El interior consiste en una serie de saloncitos independientes e insonorizados, la mitad de ellos con jacuzzi (hay que justificar lo de "sauna"), conectados por un laberinto de pasillos.

Allí, la gerente del local, una mujer de aspecto delicado llamada Rosa, se mostrará esquiva y poco comunicativa. Una TA de Psicología podría revelar que finje no saber nada. Si la suma de los dados de calidad es superior a 10, además se detectará que también finje su nerviosismo. Si los personajes la presionan, confesará que estuvo aquí anoche pero que ya se marchó. Si le pide ver el lugar donde tuvo su "cita" se negará débilmente y con poca presión accederá. Si los personajes no presionan en esta dirección, será Nadir, quien en esta ocasión sin duda intentará entrar, tanto acompañándoles como justo después para aparecer en el momento oportuno. Lo importante es que tanto el secretario de Abdul como la dueña del negocio están conchabados para llevar a los personajes hasta una sala de calderas. Sin embargo, Nadir no lo sabe todo…

Lo que Nadir sabe.

Según cree Nadir, el plan es llevarles hasta un cadáver anónimo carbonizado al que han adjuntado una mano amputada. Esa mano sí pertenece a Abdul y se la puede reconocer por un anillo y por las huellas dactilares. La idea es que al descubrir el cuerpo la dueña "confiese" que Abdul golpeó con fuerza a una de las chicas y una agente de Caty se cobró la venganza. No se podrá hacer mucho al respecto sin iniciar una guerra y la propia dueña debería llegar a una acuerdo económico con Caty. Abdul era buen cliente de esta casa y eso, junto con la promesa de dinero suficiente para reformarla entera habrían logrado este trato con Jalal. El trato se cerraría cuando Nadir volviera con unos "investigadores" que serían quienes confirmasen la muerte y llegasen a ese "trato". Eso además permitiría sugerir hacer desaparecer el cuerpo y no volver a buscar a Abdul; muy conveniente para evitar que un análisis forense determine que solo la mano pertenece al presidente.

Lo que Nadir no sabe.

Rosa y las trabajadoras de La Seda consideraban a Abdul un excelente cliente y perderlo por una chapuza como esta no les parece buena idea. Sin embargo, Nadir se presentó aquí con la mano, el cuerpo calcinado y un par de hombres armados. Aunque La Seda tiene seguridad, Rosa prefirió no montar lío en ese momento. Tras colocar la "escena del crimen" les dejó marchar y llamó a Caty. Esta decidió hacer que fuesen los propios testaferros de Jalal quienes se ocuparan del asunto para mancharse ellas las manos lo menos posible.


Cuando entren en la sala que en teoría habría ocupado Abdul verán un dormitorio de aspecto "árabe" lleno de errores culturales pero aquí uno viene a lo que viene. Las paredes están paneladas en madera y si los personajes buscan podrán Descubrir a un grado menos de dificultad, un panel que encaja mal (Rosa lo habrá dejado así a propósito). Si lo abren verán que es una salida secreta a un pasillo. Este por un lado da a puertas secretas de otras salas y a una salida de emergencia; por el otro da a unas escaleras que bajan a los sótanos y a la sala de calderas. Un rastro de manchas de sangre intermitentes y secas les llevará por el buen camino. Durante el paseo, Rosa intentará convencerles de no seguir adelante, con la suficiente poca convicción.

Al llegar a la sala de calderas se encontrarán un espectáculo siniestro. Una vieja caldera de carbón entreabierta está en un rincón, siendo la principal, de gasoil, la que domina el centro de la sala. La caldera antigua está entreabierta y dentro se ve un buen montón de cenizas de aspecto extraño y algo de color rosado. Allí encontrarán los restos troceados de un cuerpo humano y la mano, solo medio quemada, con un anillo que reconocen como perteneciendo a Abdul aún puesto.

Ese será el momento que Rosa decidirá darle su susto a Nadir. Si su papel de mujer indefensa ha cumplido y no la han registrado, sacará un arma y apuntando a Nadir comenzará a desvelar la verdad. Nadir no permitirá esto sin defenderse, sacando su propio arma, quizás recibiendo un primer tiro en el proceso. O, quizás los personajes puedan intervenir antes de que llegue la sangre al río.

En caso de que Rosa haya sido desarmada, lo que hará es confesar igualmente pero a gritos y simulando desesperación y fragilidad. "¡Señores! ¡Os está engañando! Este hombre ha arrastrado el cuerpo aquí! ¡Me ha amenazado de muerte si no os guiaba hasta él!"

Nadir

Valor medio de atributos por característica:
CUE 4
DES 4
INS 6
INT 5
PRE 6

Habilidades:
Conducir 14
Descubrir 19
Dialéctica 15
Escuchar 15
Intimidar 14
Pistola 15

Capacidades
Alerta 18
Esquivar 12
Iniciativa 4, 4
Ajuste por fuerza +0

Puntos de vida: 12

Tanto si Nadir acaba con un tiro en el estómago como simplemente capturado, se resistirá bastante bien a un interrogatorio o a la tortura. En realidad nada de eso sería necesario, pues con registrarle será posible encontrar una tarjeta magnética roja, una llave electrónica de la zona de almacenes bajo el edificio Abu Said. Pero en fin, si se empeñan en usar la violencia o la intimidación, en algún momento Nadir cantará.

Rosa aprovechará cualquier momento de calma (o el interrogatorio al que la sometan) para explicar lo que ha ocurrido y la propuesta de caty: que se encarguen ellos de rescatar al presidente, ese buen cliente, y llevar las pruebas que hagan falta a la policía. Incluso están dispuestas a cubrir el pago que en teoría Jalal iba a hacerles. Eso sí: deben hacerlo todo de tal manera que ellas no queden implicadas en este asunto lo más mínimo; ni siquiera desean comparecer como testigos. Y nada de policía; ellos no pasan por alto pistas ni dejarían de interrogar a fondo a Nadir. Por cierto, de él también se pueden encargar ellas.

Las entrañas del palacio

Después de una tarde-noche en que los personajes han sido llevados de la manita y toreados de un lado a otro, sin duda apreciarán tener campo libre para ahora actuar conforme a sus propios planes. Concretamente, los de entrar a rescatar al señor ibn Faisal.

Mientras preparan el plan, hay que tener en cuenta que Jalal no se quedará quieto. Espera a primera hora de la mañana como tarde un informe de los investigadores confirmando la muerte del empresario. Si no la tiene empezará a mover a personal de seguridad para que busque a los personajes o el cuerpo. Lo importante es poder declarar la muerte lo más discreta y pronto antes posible al consejo de administración y a la familia para empezar a mover ficha y hacerse con el poder. Mientras, irá extrayendo los secretos a Abdul. Los personajes no lo saben pero como mucho Abdul seguirá con vida, cada vez en peor estado, unos cinco días más; quizás menos si Nadir no aparece.

Incluso si los personajes simulan seguir el plan y anuncian a Jalal la muerte de Abdul, este les hará seguir unos días mientras termina de sacar la información a su jefe, así que cuidado: será necesario dar esquinazo a estos vigilantes para llevar a cabo los planes con tranquilidad.

Tanto si son empleados de la cementera como si son externos, al moverse por el edificio habrán visto que hay tarjetas magnéticas de distintos colores que dan acceso a distintas zonas. Ninguno de ellos habrá usado una tarjeta roja nunca pero sí habrán visto que sobre el escritorio de Jalal (y sobre el de Abdul) había una tarjeta semejante. Preguntando con cuidado al personal de seguridad (Dialéctica) y/o mediante la lectura de sus datos (Electrónica con el material adecuado) sabrán que se trata de la tarjeta de un ascensor. En efecto, Tanto jalal como Abdul tienen ascensores privados en sus despachos.

Otra forma para llegar a este mismo punto es obtener mapas del edificio y descubrir que existe un sótano al que solo se puede acceder o desde ese ascensor o desde una puerta también privada que hay en cada planta (las que dan a los distintos rellanos del ascensor).

En todos los casos será necesario acceder al edificio y a esas zonas sin ser vistos o con un motivo que el personal considere legítimo, disfrazados, sobornando a alguien… Aquí entra la imaginación de los personajes y su acierto a la hora de elegir las vías adecuadas.

El ascensor privado que comparten Jalal y Abdul baja a cada uno de los pisos existentes. En todos los casos se detiene en un rellano y en cada rellano hay una pùerta más, que se abre con la misma llave, y que lleva a las oficinas o despachos de esa planta. Solo el piso más bajo al que lleva este ascensor da a un lugar diferente.

Se trata de la planta -2. Allí el rellano es más amplio y aunque hay la habitual puerta que lleva a la segunda planta del parking, también parten de aquí unas escaleras metálicas de caracol que descienden. Junto a ellas hay un cartel fluorescente que reza "salida de emergencia".

Se puede apreciar que las escaleras hace tiempo que no se usan y sin duda el metal, algo oxidado, gime mientras descienden por él. Tras descender una planta se llega a un nuevo rellano con una nueva puerta. Esta es una puerta de emergencia y como tal no tiene cierre y se abre solo empujándola. Es posible detectar, si se buscan, huellas de pisadas en el polvo. Son varias y todas de zapato, siendo imposible saber si son muy recientes o cuáles lo son más. Lo que sí es posible es saber que al menos hay tres personas distintas, puede que más, entrando y saliendo de aquí en los últimos días.

Mapa

Al otro lado de la puerta hay un pasillo que rodea dos primeros almacenes en los que hay algo de material de oficina y viejo material informático. Todo ello está abandonado aquí con poco cuidado y desde hace años. Está claro que hace tiempo que no se usa. Ya desde aquí es posible escuchar a lo lejos el zumbido de aires acondicionados funcionando y ver la débil luz que alumbra la sala principal en la que el pasillo desemboca.

En dicha sala hay unas escaleras que ascienden hasta una trampilla metálica en el techo por la que, si se rompiera el oxidado candado, se podría acceder al callejón. También allí espera de guardia un miembro del staff de seguridad de la empresa, bien compensado por Jalal y dispuesto incluso a pegarle un tiro a compañero de trabajo. En caso de que este escuche llegar al grupo, avisará en la habitación para que el otro agente que hay dentro salga a cubrirle desde la cobertura del vano de la puerta mientras él corre a colocarse tras la cobertura de las escaleras y desde ahí esperar a ver quién se acerca.

Dentro quedarán tanto el responsable de interrogar al presidente Abdul como el propio prisionero (todo él, menos su mano). Aquí, la dirección de juego puede decidir, dependiendo de cuántos personajes haya, si Jalal está también aquí abajo asistiendo al interrogatorio.

Mucho ojo ahora con el tiroteo que pueda montarse. Es muy probable que se coja a Abdul como rehén y el lugar es una ratonera.

Seguridad de SACECO (2)

Valor medio de atributos por característica:
CUE 6
DES 6
INS 4
INT 6
PRE 5

Habilidades:
Descubrir 19
Pelea 15
Pistola 18

Capacidades
Alerta 18
Esquivar 18
Iniciativa 6, 6
Ajuste por fuerza +1

Puntos de vida: 18

Torturador

Valor medio de atributos por característica:
CUE 4
DES 5
INS 6
INT 6
PRE 4

Habilidades:
Armas blancas 18
Descubrir 19
Intimidación 18
Pelea 12

Capacidades
Alerta 18
Esquivar 15
Iniciativa 5, 5
Ajuste por fuerza +0

Puntos de vida: 12

Rehen

Recompensa

En caso de que logren rescatar a Abdul serán recompensados con mucho ma? que una paga normal. Abdul tiene la capacidad de y la tendencia a ser muy generoso, pudiendo ofrecer empleos sencillos muy bien pagados, dinero suficiente para comprar un apartamento de lujo, deber un enorme favor… Como todos, estima en mucho su propia vida.

Es posible que a partir de este momento a los personajes les surjan más trabajos para el propio Abdul o incluso para la organización de Caty.

La imagen del edificio pertenece a Vic Beriau. El resto de imágenes han sido realizadas por Jacobo Peña con Sweet Home 3D.

 

 

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Cita

«En ausencia de órdenes, encuentre algo y mátelo.»

Rommel (atribuida)