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Pangea: el juego de mesa
«Pangea» es el nombre de un juego de mesa para dos o más jugadores, grabado en un disco de arcilla cocida con inscripciones en ambas caras, una de las cuales representa el mundo de lo material ("el mundo de la carne") y la otra el mundo de los espíritus (esta cara suele estar requemada u oscurecida con pez o barro negro).
La partida comienza en la cara del mundo físico, aunque algunos lances del juego pueden obligar a voltear el tablero, llevando la partida a la otra cara del disco y trasladado así la acción al mundo de lo inmaterial (y viceversa). Durante su turno, cada jugador arroja al aire dos guijarros verdes y uno blanco, tallados en una forma especial. Su posición al caer proporciona un resultado con el que cada jugador puede hacer avanzar a una o varias de sus "fichas" (generalmente pequeñas chinas o semillas coloreadas, además de un peón principal tallado en hueso, que representa al jugador) a través de un tablero en forma de espiral formado por casillas con determinadas combinaciones de dibujos. En su turno cada jugador debe llevar a cabo una jugada, pudiendo incluso atacar las fichas de sus rivales, o incluso la efigie que lo representa. El ganador es el primer jugador que consigue llegar con su efigie a la casilla final del juego.
Cada una de las imágenes en las casillas permite elegir entre varias acciones, que a su vez pueden provocar otras acciones o reacciones por parte de los demás jugadores. Además, dependiendo de la casilla en la que se caiga, se puede avanzar o verse obligado a retroceder, llevar a cabo una tarea o acción especial o incluso sufrir un castigo, que puede consistir en una penalización al movimiento de las fichas, la imposición de una condición u objetivo que debe cumplirse o incluso en una agresión verbal o física sobre el propio jugador. Aunque no es lo habitual, tampoco es del todo desconocido que alguno de los jugadores muera como consecuencia de una acumulación de malas tiradas o de las acciones de sus competidores (sobre todo entre las razas más agresivas, como los ogros o los gardan).
Los tableros de Pangea son difíciles de crear, y por lo tanto muy valiosos. Algunos de los más finamente grabados han llegado a ser trocados por muchos esclavos. En Aguaclara se celebran partidas de Pangea con frecuencia, en el establecimiento de Crata. Gara el Feo, un rico maestro de esclavistas que ocupa un asiento en el consejo del grakin es un jugador especialmente brillante, y cuando se sabe que va a jugar, sus partidas siempre despiertan una gran expectación y un importante número de apuestas.
Varios son los pueblos que afirman ser los creadores originales de este juego, aunque es especialmente popular entre los ogros. Los miembros de esta raza aseguran que su creador fue un arrogante caudillo de la época de las guerras Raciales llamado Garrdo. Otros jugadores opinan que, aunque puede que los ogros tengan razón, Garrdo tan solo esbozó las líneas básicas del juego, y que fueron las aportaciones de otros desarrolladores posteriores quienes lo convirtieron en el entretenido juego que es hoy en día. Por último, algunos detractores afirman que es imposible que un juego con unas reglas tan elaboradas como este haya podido ser creado por un miembro de una raza tan simplona como los ogros. En todo caso lo que es seguro es que, cada vez que surge este tema, la polémica está asegurada…