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El clan de los levantadores de menhires
Por los caminos de Pangea viajan extrañas caravanas formadas por miembros de una o más familias que llevan en su equipaje extrañas herramientas: troncos de gran longitud, lanzas de piedra con enormes cabezas o flexibles cestos construidos con mimbre. Se trata de los levantadores de menhires o badrulak y aunque la mayoría son mendwan, pueden ser de cualquier raza, incluso viajando dos o tres de ellas juntas.
Los badrulak ofrecen sus servicios de grakin en grakin para levantar erigir grandes piedras en conmemoraciones, como agradecimiento o ante la muerte de un importante líder. En general trabajan por la manutención durante el transcurso de la obra, pero si hay que traer la roca a erigir de muy lejos o de lugares peligrosos o si la roca incluye tallados o pinturas, pueden cobrar algo más por su servicio. Los levantadores de menhires se ocuparán de realizar todo el trabajo mientras el grakin o quién les haya contratado les alimente.
Levantar un menhir puede llevar varias drumas o una estación, pero es un trabajo que, una vez concluido, durará para siempre. El alzamiento de un menhir siempre se realiza durante la vinkana y el chamán y el maestro artesano de los badrulak realizarán diversos rituales para asegurar que la piedra se sostendrá en pie muchas generaciones.
No es esta una tarea exenta de peligros y varios badrulak perderán la vida en el transcurso del levantamiento. Sus cuerpos suelen enterrarse bajo los menhires que ayudaban a levantar (salvo que mueran en la noche del alzamiento en cuyo caso serán incinerados y sus cenizas repartidas alrededor del menhir como una protección adicional a los contratantes.
Todos los clanes de levantadores de menhires se reúnen con el Sabio del Desierto cuando este está a puntos de iniciar una nueva columna en la estela. Es un momento de gran celebración en el que comparten sus experiencias y algunos cambian de clan al encontrar pareja. A estas reuniones, los badrulak las llaman: concilios y cada mano de concilios son ellos los encargados de erigir una nueva estela para el Sabio del Desierto. A estos días los llaman el Concilio del Despertar porque según su tradición cada estela erigida es un nuevo nacimiento del mundo.