Llego hasta aquí
Imaginero
El pájaro imaginero es una especie propia de los climas fríos del continente, que gusta de anidar en las estribaciones montañosas con roquedas graníticas. Se trata de un pájaro de un distintivo tono amoratado, con un pico de tono claro. Su pico es, probablemente, el más duro de todas las aves conocidas de Pangea (de hecho, algunos artesanos emplean los picos de los imagineros para fabricar herramientas con las que tallar la madera). Es precisamente gracias a su prodigioso pico que estos pájaros son capaces de taladrar y dar forma a la misma roca. Pero no es solamente su pico lo que hace realmente únicos, sino la asombrosa capacidad que poseen para plasmar en piedra arte figurativo, en concreto representaciones de animales o personas que puedan haber observado y que son capaces de reproducir con una asombrosa fidelidad. Algunos viajeros han comparado esta habilidad con la de algunos pájaros exóticos del lejano sur, de los que se dice que son capaces de aprender a hablar.
Los pájaros imagineros viven en colonias formadas por centenares de nidos cercanos, y las bandadas pueden estar formadas por varios miles de individuos. Dichas colonias son fácilmente localizables, puesto que suelen estar rodeadas de docenas de rocas a las que han ido dado forma a lo largo del tiempo. Curiosamente, los imagineros parecen compartir algún tipo de vínculo mental, puesto que toda la bandada colabora para esculpir la misma figura. Algunos cazadores han especulado con la posibilidad de que sea el líder de la bandada el que, de algún modo, impone a los demás qué deben esculpir. En realidad nadie lo sabe con seguridad…
A pesar de que el sabor de los imagineros resulta bastante insípido al paladar, el vistoso color del plumaje de los imagineros hace que sus plumas sean usadas como adorno por algunos clanes de ogros grises y mendwan que habitan cerca de las montañas. Por el contrario, los dwaldur tienen en la más alta estima a los imagineros, y se toman a mal el hecho de que otros los cacen. Sus leyendas tribales dicen que fueron estos pájaros quienes inspiraron al mismísimo Tharkas cómo tallar la roca. De hecho, se sabe que algunos zelotes de Tharkas han llegado a atacar a individuos que lucían plumas de imaginero entre sus adornos. En cualquier caso no resulta una buena idea lucir plumas cárdenas cuando se planea tener trato con los dwaldur.
Reglas
Pájaro imaginero: FUE 2/3. VOLAR 16. Ataque pico 12.
La Roca de Tharkas
En la orilla de un pequeño lago de montaña, en un profundo valle situado en las Montañas Grises a unas dos manos de jornadas de marcha de Grejkham, existe un lugar llamado la Roca de Tharkas. Desde que se tiene memoria en este lugar se ha alzado la efigie de un dwaldur tallada por los imagineros. Los dwaldur creen que se trata de una representación de la faz del mismísimo Tharkas, del que se dice que habitó por estos lares. Durante las guerras raciales este lugar fue asediado por ogros y drak, cuyos líderes deseaban destruir la imagen y así asestar un duro golpe a la moral de sus enemigos. Los ogros cuentan que incontables dwaldur cayeron defendiendo la roca, tiñendo de rojo las aguas del lago. Por su parte, los dwaldur afirman orgullosos que, incluso en los peores momentos de la guerra, la carne nunca escaseó en el menú de los defensores de la roca, otorgándoles la fuerza que precisaban para seguir luchando día tras día contra las hordas enemigas.
A pocos pasos de la roca se encuentra el mayor asentamiento de zelotes de las Montañas Grises, el lugar a donde estos fanáticos caníbales peregrinan para entrar en comunión con el primero de su raza. Muchas manadas de zelotes son nómadas, yendo de aquí para allá durante gran parte del año, pero la mayoría regresa aquí para pasar el invierno. En este lugar festejan y procrean mientras esperan al deshielo, planeando nuevas expediciones y razias. En ocasiones surge un líder que consigue reunir a una hueste particularmente numerosa y, entonces, los enemigos de los dwaldur tiemblan.