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Balsas
Las balsas son uno de los logros tecnológicos indiscutibles de los humanos. Se utilizan para multitud de tareas. Con ellas se pueden navegar las vías fluviales arriba y abajo con mayor rapidez, lo que permite a los comerciantes acceder a las poblaciones costeras con mayor facilidad. Las balsas permiten a los pescadores realizar capturas en sitios que de otra manera serían inaccesibles y su utilización comienza a permitir pequeñas incursiones en aguas abiertas, lo que pone en contacto a las comunidades costeras con las tribus de isleños.
Las balsas se construyen de muchas formas diferentes. La más habitual es la balsa individual que consiste en un par de troncos gruesos y resistentes atados por medio de cuerda. El usuario de esta balsa se sienta en el medio, con las piernas a ambos lados de los maderos, sumergidas. En ocasiones (por ejemplo, zonas donde se sabe que habitan tiburones toro o pulpos de anillas azules), las piernas se sitúan juntas sobre los maderos para evitar accidentes indeseables.
Otro modelo habitual es la balsa de cinco maderos. A pesar de su nombre, puede ser tan pequeña como de tres y tan grande como de siete. Se construyen cuando se quiere que se suba a ella más de una persona o cuando es necesario transportar algo. Se suelen tomar para ello gruesos troncos de entre medio metro a metro y medio, atados juntos por medio de cuerda tanto por el exterior, como por el interior (agujereando los troncos para pasar la cuerda) y de ese modo asegurar una fuerte sujeción. Habitualmente se trata la madera en fuego, para darle mayor resistencia y endurecerlo, secándola y otorgándole mayor flotabilidad ya que evita que la madera absorba humedad y se hunda demasiado. Este tipo de balsa tiene en muchas ocasiones construida sobre su estructura una pequeña caseta hecha con madera fina y techo de paja u hojas de helecho para protegerse de las inclemencias del tiempo o para situar la carga (en ocasiones, se han dispuesto cuerdas para fijar dicha carga a la balsa y que no se caiga en caso de bamboleo debido a rápidos u oleaje).
La balsa plana es una balsa especial que utilizan algunos isleños y habitantes de la costa. Son bastante trabajosas de construir, ya que se necesita no sólo encontrar un tronco lo bastante grueso (unos dos o tres metros de anchura) sino un trabajo posterior de pulido con arena y fuego para darle una forma plana y aerodinámica. El resultado es una balsa individual que puede utilizarse para deslizarse sobre las aguas utilizando para ello el oleaje. A pesar de que no puede cargar un número muy elevado de capturas por parte de los pescadores, les permite en cambio huir de potenciales amenazas (como tiburones blancos o tiburones limón) poniéndose de pie en la balsa y dejándose llevar por una ola hacia tierra firme.
Existen balsas más avanzadas, que permiten hacer viajes cómodos durante cierto período de tiempo. Su construcción es muy compleja y requiere del trabajo de varios artesanos a la vez. Se elige un tronco grueso (tres o cuatro metros de grosor, a veces más) y se pela su corteza. Luego se hace una hoguera y se comienza a tratar para secarla y endurecerla, al mismo tiempo que se abre por una parte y se vacía creando un hueco donde los remeros se sentarán. Tras esto, se pule con arena y con el uso de piedras lija para afilar sus extremos y permitirle cruzar el agua con el menor esfuerzo por parte de sus ocupantes. Se le instalan unos rudimentarios asientos (tablones cruzados y fijados a la estructura interna) y se añaden unos cestos de mimbre o boo-kelpo para que cada uno de sus ocupantes pueda meter sus pertenencias, recoger agua o guardar capturas. Estas embarcaciones se completan con grabados y pinturas de vivos colores para atraer a los espíritus del mar y de los animales marinos y realizar un viaje sin sobresaltos. Este tipo de balsa se utiliza en ocasiones como "navío de guerra" en disputas territoriales. Transporta, normalmente, entre cinco y quince remeros.
Otro utensilio útil para navegar son las boyas, hechas de vejigas de animales curtidas y rellenas de agua o aire. Permiten señalar la posición de un nadador sumergido o indican temporalmente (antes de que se desinflen o se las lleve la corriente) lugares de baja profundidad o zonas de bancos de peces.