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Musgo azul
El musgo azul es una planta que tiene un ciclo de vida doble. En la primera fase (o fase vertical), el musgo es parecido a un pequeño arbusto de tallo fino y endeble y de una altura no superior a un puño. Tiene pequeñas hojas azules a lo largo de su altura unidas al tronco por pequeños abultamientos llamados "ojos de musgo" y que si se aplastan rezuman un líquido blancuzco parecido al humor vítreo. En la parte superior de la planta las hojas se agrupan formando una especie de flor, que no es tal, y contiene un ojo más grande o, como lo denominan los chamanes "vulva de musgo".
Cuando el tallo es fecundado, los ojos se hinchan y revientan esparciendo al aire un montón de pequeñas semillas negras muy ligeras que el viento puede arrastrar a kilómetros de distancia. Estas semillas tienen el exterior cubierto de pequeñas espinas que les permiten engancharse a casi cualquier superficie: piedras, troncos de árboles, etc. Al germinar, la semilla empieza a extender finas raíces en forma de red (que incluso se unen y mezclan con otras semillas) envolviendo toda la superficie (sobre todo las zonas que estén a la sombra y tengan humedad). De las raíces surgen pequeñas cabezas con diminutas hojas de color azul. Esta es la segunda fase o fase horizontal. Cuando el musgo ha cubierto una buena superficie (como una vara de extensión), las hojas empiezan a segregar un fino polvo azul (polen) que se adhiere a cualquiera que lo toque (insectos, animales, etc.). Este polen azul es lo que germina el tronco de la primera fase.
Cuando todos los ojos de un tallo revientan o se secan, el tallo se angosta y cae sobre el terreno en el que esté. Allí, la vulva germinará y crecerá un nuevo tallo dando lugar a un nuevo ciclo.
Además de zonas de umbría y superficies donde extenderse, el musgo azul necesita que la zona haya presencia de azufre. Por ello este musgo es muy habitual en la Tierra de los Volcanes, pero no es extraño verlo en otros lugares con menos actividad volcánica. A veces, algunas cuevas o algunos bosques esconden grietas a través de las que salen gases sulfurosos. La presencia de musgo azul casi siempre delatara la presencia de un camino al subsuelo de Pangea (aunque no siempre es un camino amplio y rebosante de magma, a veces son grietas tan pequeñas que no se aprecian a simple vista o filtraciones a través del agua).
Los chamanes de Pangea han descubierto que las pócimas preparadas con el humor de los ojos de musgo ayudan a curar las heridas infecciosas, pero se debe aplicar con mucho cuidado porque hacerlo en exceso (o sobre heridas sangrantes) puede debilitar la resistencia al Wukran y provocar la locura en el paciente.
Es imposible recolectar el ojo del musgo sin embadurnarse del polen del musgo que se pegará a los brazos y piernas del recolector. Si este no se lavase (sumergiéndose completamente en agua y sin frotar) podría sufrir un debilitamiento del Wukran similar al de los heridos tratados con las pócimas.
La vulva de musgo secada y pulverizada es un potente veneno. Algunas tribus h´sar lo utilizan en sus armas.
Algunas tribus tikki utilizan el polen de musgo como insecticida. Es bastante eficaz, pero también muy peligroso para los que no conozcan como manejarlo.
Potingue de ojo de musgo
El potingue de ojo de musgo se prepara "ordeñando" los ojos, extrayendo el humor vítreo y mezclándolo con un poco de grasa animal y molienda de plantas aromáticas (para eliminar el olor a azufre del musgo). Cuando se utiliza este preparado, el paciente añadirá un punto de curación por puño a cualquier preparado médico que haya recibido. El ojo de musgo no cura, sólo mejora la curación de otros preparados. Además, añadirá un +5 a las pruebas de infección de heridas (acumulable con otros ungüentos).
Veneno de vulva de musgo
Se prepara machando la vulva caída (no vale las aún verdes ni las ya germinadas) hasta convertirlo en un polvo de color azul. Este polvo se guarda en un pequeño recipiente en el que el portador debe introducir el arma (generalmente la punta de una flecha o de un puñal) para envenenarla. Al ser en polvo, no pueden envenenarse las armas de forma permanente, habría que mancharlas antes de cada combate. La primera herida, por otro lado, elimina la mayor parte del polvo y hace que el veneno ya no tenga efecto.
Tiene una potencia x2. Su efecto completo causa la locura de la víctima (la posesión del Wukran) en 1d10 puños. La víctima empezará a dañarse a sí misma como pueda y la única manera de evitarlo es sujetarle. Sus encías se volverán azules y sus uñas también. Normalmente, la locura causa la muerte del paciente por las heridas que se hace a sí mismo, pero si le sujetan, un chamán podrá preparar un bebedizo antídoto y salvar al paciente. Este bebedizo se hace con amapolas. En el daño atenuado, la persona afectada se volverá irascible y muy violenta en los próximos 1d10 días, pero al cabo de este tiempo, volverá a su estado natural. Tendrá ligeras manchas azules en las uñas.
Nota: el polen del musgo afecta a los recolectores como el veneno de vulva (con potencia x3), si quedan expuestos a él un día entero. Si se lavan, todo el polvo se irá de la piel y no sufrirán ningún efecto.