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Caravanas I
Consideraciones generales
Las caravanas de comerciantes son una visión habitual en los caminos que unen los diferentes grakin de Pangea y los pueblos que se establecen entre ellos. Pero es raro encontrar dos caravanas que se parezcan, o que siquiera ofrezcan los mismos bienes para el trueque. No sólo depende de los gustos y manías de sus legítimos poseedores, sino que también depende enormemente de la zona donde tiene establecida su base de operaciones.
Una de las primeras creencias que debemos destruir entorno a las caravanas de comerciantes, es la de que sólo se dedican al trueque me materiales. Sí, es cierto que en un enorme porcentaje las caravanas obtienen beneficios trocando materiales y enriqueciéndose en el proceso y también es cierto que cualquier comerciante que se precie de serlo no perderá la oportunidad de ganar algo de beneficio a través del trueque de las mercancías que lleve. Incluso si son sus posesiones personales. Pero no sólo se dedican a eso. Muchas caravanas, debido a las zonas donde trabajan, suelen ofrecer servicios más que mercancías. De este modo, una caravana puede ofrecer diversos servicios que sean enormemente apreciados por las comunidades que visita: alfareros, curtidores, tejedores, talladores, etc., que ofrecen un valioso servicio a tribus que necesitan trabajos en piedra, vasijas y cuencos y en general artículos de primera necesidad para el día a día. Por supuesto, el llevar trabajadores cualificados en una caravana y sus servicios son por norma general más caros que el simple trueque de mercancías, sobre todo por el tiempo y el gasto de materiales que posiblemente la caravana tenga que emplear para ofrecer un producto acabado y de calidad.
Existen otros servicios que se ofrecen en algunas caravanas y que son enormemente apreciados por todos. Uno de ellos son los servicios de curandería. Un primitivo médico ambulante es una de las cosas más requeridas en las caravanas y sus servicios pueden proporcionar enormes beneficios a la caravana lo suficiente afortunada para contar con uno o dos en su grupo. Además, ahorra costes en caso de que alguien en al caravana caiga enfermo. Del mismo modo, los bardos y contadores de historias son muy amados en las zonas más remotas, ávidas de entretenimiento. Un buen cantor o músico, que relate buenas historias no sólo entretiene a una agradecida audiencia, sino que predispone a dicha audiencia a comerciar de manera más favorable con la caravana.
Una excepción a esto son los chamanes. Ninguna caravana ofrecerá servicios de un chamán, salvo que las personas los busquen específicamente. La razón es simple: en cuestiones de religión, la gente tiende al conservadurismo. Con esto nos referimos que para que un chamán sea aceptado, necesita el respeto y que la tribu a la que protege y guía espiritualmente confíe en él. Y eso lleva tiempo, puesto que las tribus son personas de costumbres. (Si alguien necesita un ejemplo más cercano a nuestra realidad que piense en lo siguiente: un sacerdote católico en un pueblo de Argelia o un imam en la comunidad judía de Nueva York. Puede ser respetado y tratado con amabilidad, pero en cuestiones religiosas, posiblemente nadie le escuche). Eso no quita para que un chamán acompañe a la caravana, pero normalmente ejercerá funciones internamente.
Composición general
Las caravanas, por otra parte, suelen tener una estructura característica que viene condicionada por su entorno. Un tercio de los miembros de la caravana son personas con algún tipo de pericia de combate y de rastreo, como guerreros, exploradores o cazadores. Son los que mejor comen y más parte de reparto de beneficio obtienen en los intercambios comerciales, ya que son ellos quienes se arriesgan más. Algo más de otro tercio son esclavos. Se dedican a tareas de mantenimiento y cuidado de animales de carga, monturas, mercancías, etc. Se les vigila con intensidad para que no escamoteen mercancías o en el peor de los casos un cuchillo. El resto de la caravana lo compone el jefe de la caravana, que normalmente tiene algo de conocimiento de "contabilidad" para llevar las cuentas, aunque en ocasiones se apoyan en un escriba para dichas tareas, los artesanos que puedan acompañar a la caravana (incluiríamos aquí a curanderos y bardos), un chamán si lo hubiera y algunas profesiones específicas para el buen funcionamiento del día a día: un experto en cuerdas y nudos para controlar a los esclavos, alguien que sepa cocinar (no irás a dejar cocinar a los esclavos, ¿verdad?) y en ocasiones, para mantener a la gente contenta y calmada, alguien que ofrezca servicios sexuales a los miembros de la caravana. Este tipo de profesión suele ser la menos habitual, ya que sus habilidades pueden utilizarse para ganarse la confianza de los miembros de la caravana y convertirla en un instrumento a su servicio. Más de una caravana ha desaparecido debido a los tejemanejes de un artesano "del placer".
La caravana, finalmente, se compone además de un par de chillones (para el jefe y alguien de su confianza) y algún tipo de animal de carga, como yaks, cabras lanudas o cualquier animal que pueda cargar con pesos durante largos períodos de tiempo y pueda domarse. Es especialmente apreciado el Scelidotherium, un mamífero prehistórico grandote y afable que se contenta con alguna caricia y algo de forraje y agua. Elefantes y mamuts, a pesar de las leyendas, no han sido utilizados nunca como animales de carga, ya que hay sustitutos más fiables y fáciles de apaciguar.